Para¨ªso atropellado
En uno de los peores momentos de la Libia de Gaddafi un ni?o intenta proteger su mundo, pero es empujado a enfrentar la realidad personal y social. Con esta primera novela, Hisham Matar ha escrito una obra que demuestra c¨®mo el autoritarismo y el miedo destrozan vidas.
SOLO EN EL MUNDO
Hisham Matar
Traducci¨®n de
Ana Mar¨ªa de la Fuente
Salamandra. Barcelona, 2007
256 p¨¢ginas. 14,80 euros
AL PA?S DELS HOMES
Hisham Matar
Traducci¨®n de Jordi Soldevila
y Llu¨ªs Delgado
RBA. Barcelona, 2007
256 p¨¢ginas. 15 euros
Solo en el mundo es una novela de iniciaci¨®n, una novela que cuenta el paso del mundo de la infancia al mundo de la realidad; tambi¨¦n se suele llamar a este salto la p¨¦rdida de la inocencia y la p¨¦rdida del para¨ªso. El para¨ªso no es la Libia del coronel Gaddafi en los a?os duros de la revoluci¨®n de este temible dictador, sino el mundo inocente de la infancia de un ni?o que vive a cubierto dentro de esa ¨¦poca terrible y ante cuyos ojos van a suceder una serie de episodios que romper¨¢n el velo que protege esa infancia. Es decir: el ni?o mira y percibe lo que pasa a su alrededor y, en principio, lo que hace es incorporarlo a la necesidad de afecto que protege y recubre su mundo personal, pero esa mirada cambia y pasa a juzgar lo que ve, empezando por s¨ª mismo, y esto lo iniciar¨¢ en el camino al mundo adulto, que es donde la inocencia y el para¨ªso se esfuman. Pero la voz narradora no es exactamente la mirada del ni?o porque quien cuenta es ese ni?o, convertido ya en un joven hecho y derecho, y lo que hace es reproducir su vivencia por el camino de la memoria.
El relato es duro porque esa vida es muy dura. Se abre en tres frentes: la historia de su madre, obligada a casarse por el consejo de familia a los catorce a?os, ya que su hermano mayor -un poeta, por cierto- la ha visto tonteando en un caf¨¦ con una amiga y dos chicos y apresuran una boda con un hombre que le lleva diez a?os para adelantarse a una posible (y temible) p¨¦rdida de su virginidad. La historia de su padre, un hombre culto, dem¨®crata, que conspira contra el r¨¦gimen de Gaddafi y que es apresado y torturado junto con sus compa?eros de clandestinidad. Y, por fin, la del mismo ni?o, que asiste a las tensiones existentes en casa y en la calle, que busca ser querido y que no tiene edad para interpretar correctamente lo que est¨¢ sucediendo a su alrededor.
El tema y la novela en s¨ª -que no contiene hallazgos literarios que aporten novedad, pues es un relato conciso y tradicional, muy llano- son m¨¢s bien trillados -es decir: hemos le¨ªdo antes historias semejantes y con semejante enfoque-, pero hay que hacer notar un punto de inter¨¦s: el relato de la evoluci¨®n del ni?o hace hincapi¨¦ no s¨®lo en su incomprensi¨®n del verdadero alcance de lo que sucede en el mundo de los adultos, sea en familia, sea en la sociedad, sino que su desarrollo se basa en c¨®mo la incomprensi¨®n le hace tomar caminos equivocados e incluso da?inos para otros en su af¨¢n de ser querido. De hecho, incluso cuando descarga su rabia -con mala intenci¨®n y con una conciencia clara, a posteriori, de su mala acci¨®n- se trata de descargas que tienen su origen en la frustraci¨®n de la necesidad de afecto. El retrato del ni?o y de la situaci¨®n adquiere as¨ª un inter¨¦s que sostiene bien el relato.
El mundo que rodea al peque
?o Solim¨¢n es el de una sociedad libia que, si bien se encuentra en un proceso revolucionario, sigue siendo de corte medieval y policial. Es un mundo dif¨ªcil de sobrellevar para las personas honestas y que ans¨ªan un m¨ªnimo de libertad. El alcoholismo de la madre, la fortaleza y debilidad del padre, el ominoso poder de los vecinos delatores, la brutalidad policial, la ingenuidad de los conspiradores y los juicios y torturas retransmitidos en directo por televisi¨®n dan lugar a un escenario que demuestra c¨®mo el autoritarismo y el miedo pervierten y destrozan vidas (y hasta qu¨¦ punto, se trate de la cultura de que se trate, las formas del horror son tristemente comunes en todas las sociedades).
La novela se lee bien, y aunque suena a algo ya le¨ªdo, tiene el punto ex¨®tico y siempre atractivo -pues est¨¢ contada con honestidad literaria- de introducirnos en otra manera de pensar y vivir. El autor, de padres libios, es nacido en Nueva York y, salvo unos a?os de infancia, ha vivido siempre en el exilio, primero en El Cairo -como el protagonista de su novela en un momento dado- y despu¨¦s en Londres y Par¨ªs, de modo que lo occidental tiene en buena l¨®gica un peso importante en su formaci¨®n. Cabe hacer notar tambi¨¦n que, al final, el salto del ni?o al joven adulto que est¨¢ contando la historia es muy brusco y, sobre todo, resalta excesivamente que faltan a?os de vida y eso desequilibra la novela un tanto: parece como si se dedicara a coser apresuradamente todo el relato para poder terminarlo o quiz¨¢ no acaba de saber c¨®mo terminarlo con la intensidad y exigencia del resto y, m¨¢s que narrar, recapitula sobre lo que ha narrado. Probablemente no es m¨¢s que un defecto propio de una primera novela que, por otra parte, como tarjeta de presentaci¨®n mantiene intacto el inter¨¦s por la futura carrera literaria de su autor.
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