Depresi¨®n medi¨¢tica
No se bati¨® ning¨²n r¨¦cord ni los aud¨ªmetros registraron shares comparables a recientes espect¨¢culos funerarios en la tele. Incluso se acat¨® "la prudencia" recomendada transversalmente por Zarzuela, Moncloa y G¨¦nova. S¨®lo a Paloma G¨®mez Borrero se le escap¨® la palabra suicidio, y hasta el c¨¦lebre coro de las brujas de Macbeth, reunidas en el aquelarre TNT, se mordi¨® la lengua para evitar la palabra tab¨² aunque se desmelenaron en las dem¨¢s intimidades de ?rika.
El resultado fue tan obsceno como siempre. Se comprende que una de las pocas monarqu¨ªas cat¨®licas que quedan huya de la palabra "suicidio", pero se entiende peor que en este pa¨ªs todav¨ªa no se pueda hablar con naturalidad de ese estado de depresi¨®n que lleva a la muerte, una de las enfermedades m¨¢s extendidas y que adem¨¢s est¨¢ en el origen de nuestra (pos/h¨ªper) modernidad. Con toda la bibliograf¨ªa y farmacopea existente sobre la terrible enfermedad, con media Espa?a consumiendo antidepresivos, lo m¨¢s natural hubiera sido que los comunicados que nos aconsejaron prudencia hubiesen dado la pista de la depresi¨®n de ?rika. Y si se interpret¨® el accidente de Lady Di por el acoso motorizado de los paparazzi, tampoco es descabellado suponer que la depresi¨®n de ?rika tambi¨¦n fue debida al acoso absurdo y constante al que la somet¨ªan nuestros contumaces reporteros del coraz¨®n, seg¨²n pudimos comprobar.
Estamos demasiado influidos por el doctor House y las series de hospital sangriento. Es cierto que gracias a los m¨¦dicos de ficci¨®n ya se puede hablar con naturalidad del c¨¢ncer de las Roc¨ªo (la Jurado y la D¨²rcal), pero todav¨ªa es tab¨² hip¨®crita mencionar esas extendidas depresiones agudas que conducen al suicidio y que de ninguna manera son enfermedades menores. En el ranking de la muerte natural, las v¨ªctimas por depresi¨®n ocupan los primeros puestos, junto al accidente de tr¨¢fico, y debido sobre todo al agobio. Y alg¨²n d¨ªa, tal y como van nuestros reality rosa y funerarios, habr¨¢ que exigir responsabilidades jur¨ªdicas y psiqui¨¢tricas a nuestra incansable cuadrilla de cazadores de famosos.
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