En el nido del Chelsea
Un d¨ªa en la vida de Sergio Tejera, de 16 a?os, una de las principales promesas del club ingl¨¦s
El joven barcelon¨¦s Sergio Tejera, de 16 a?os, llega puntual a la cita. Son las ocho menos cuarto de la ma?ana y los hilos del sol no calientan la helada campi?a de Cobham, un suburbio elegante de Londres. En estas praderas, el magnate ruso Roman Abramovich invirti¨® 30 millones en transformar los jardines del King's College London en un moderno complejo deportivo para su Chelsea. Gran parte de la tradicional instituci¨®n, fundada en el siglo XVIII, es ahora el centro de entrenamiento y formaci¨®n de todos los jugadores del equipo. Tejera pertenece a esta peque?a ¨¦lite de futbolistas y una de sus principales promesas. El Chelsea se lo arrebat¨® a los cadetes del Espanyol, en el verano pasado, pagando una prima de 250.000 euros por su formaci¨®n, y ofreciendo una beca al canterano, superior al sueldo de muchos jugadores de la primera plantilla del Espanyol.
Recibe una beca superior al sueldo de muchos jugadores del Espanyol, su club de procedencia
La primera diferencia que Tejera encontr¨® entre el f¨²tbol ingl¨¦s y espa?ol es que en el Chelsea se vive el equipo dentro y fuera del campo. Todos los d¨ªas desayuna, come y cena con sus compa?eros, de nueve nacionalidades. Es una costumbre en todas las categor¨ªas. Tejera se sienta al lado de astros del primer equipo, como Drogba.
El hermetismo y las extremas medidas de seguridad impiden que el p¨²blico conozca facetas m¨¢s simp¨¢ticas del Chelsea. Jos¨¦ Mourinho, conocido por su actitud arrogante ante la prensa, es afable y cuidadoso al detalle con sus jugadores. El entrenador portugu¨¦s estuvo siempre pendiente de la recuperaci¨®n de Tejera, cuando el jugador sufri¨® una lesi¨®n de rodilla al principio de la temporada. Abramovich suele charlar y compartir mesa y mantel con sus pupilos. En sus primeros d¨ªas, Sergio tuvo al dan¨¦s Frank Arnesen, director de la cantera del club, de traductor. Arnesen, ex jugador del Valencia, decidi¨® contratarle despu¨¦s de verle, con tan solo 15 a?os, tumbar al Bar?a en el Miniestadi, liderando a los cadetes del Espanyol.
El equipo toma un lujoso autob¨²s en direcci¨®n al este de Londres, donde juega contra el West Ham.El partido es muy rudo. Sergio mueve muy r¨¢pido el equipo. En sus primeros encuentros intent¨® jugar de igual manera que en el Espanyol, conduciendo el bal¨®n, pero acab¨® lesionado por culpa de una patada. Descubri¨® que el f¨²tbol ingl¨¦s no permite florituras.
El partido acaba con derrota y el entrenador holand¨¦s Ruud Kaiser re¨²ne a Tejera y sus compa?eros en el centro del campo. No importa el resultado. Kaiser escucha a todos y despu¨¦s, sin broncas y con un tono acad¨¦mico, repasa los errores y aciertos. Despu¨¦s, Tejera es el primero en ayudar a cargar el equipaje en el autob¨²s. De vuelta a Cobham, es hora de la tarea m¨¢s dif¨ªcil para muchos jugadores. Tras cada partido y entrenamiento, el equipo se re¨²ne alrededor de una gran mesa, y con papel y bol¨ªgrafo en mano, cada jugador tiene que describir, en ingl¨¦s, las actividades realizadas y un an¨¢lisis del rendimiento personal y del equipo. Cuando lo terminan, lo entregan a la comisi¨®n t¨¦cnica del club para que lo eval¨²en y devuelvan a los jugadores con las observaciones pertinentes. Tejera cena y se marcha a dormir a su nueva casa, una pensi¨®n familiar contratada por el Chelsea. Dos d¨ªas despu¨¦s marac el gol de la victoria de los Reserves contra China.

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