Investigar Guant¨¢namo

Un grupo de polic¨ªas espa?oles interrog¨® en 2002 a una veintena de presos ilegales en Guant¨¢namo, un hecho que junto a las ¨²ltimas revelaciones de que Estados Unidos utiliz¨® las bases de Torrej¨®n, Mor¨®n y Rota, adem¨¢s de otras escalas ya conocidas, para llevar a prisioneros al centro de detenci¨®n americano en la isla cubana, debe obligar al Congreso de los Diputados a abrir una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre estos hechos s¨®rdidos, que dejan en entredicho el funcionamiento de los resortes de preservaci¨®n de nuestros m¨¢s b¨¢sicos valores democr¨¢ticos.

La democracia espa?ola no puede contentarse con que sea el Parlamento Europeo el que pol¨ªticamente investigue todas estas cuestiones. La dimisi¨®n del holand¨¦s Gijs de Vries, encargado de la cooperaci¨®n antiterrorista en la UE, en plena crisis sobre los vuelos de la CIA, no basta para aplacar ¨¢nimo alguno. Al contrario, debe servir para localizar con precisi¨®n d¨®nde est¨¢n las responsabilidades. Los procedimientos judiciales, a su vez, deben avanzar de forma implacable frente a lo que constituyen a todas luces violaciones de la legalidad espa?ola y europea.

Los polic¨ªas espa?oles interrogaron a 20 marroqu¨ªes, adem¨¢s del ceut¨ª Hamed Abderram¨¢n, luego liberado. Los interrogatorios tuvieron lugar en 2002, es decir, en tiempos del Gobierno de Aznar y meses antes del ataque terrorista del 11-M de 2004. Pero los vuelos prosiguieron al menos hasta noviembre de 2005, es decir, con Zapatero en La Moncloa. Las explicaciones dadas hasta ahora sobre estos ¨²ltimos son insuficientes y requerir¨ªan por s¨ª mismas una investigaci¨®n parlamentaria a fondo.

No es un atenuante que agentes de otros pa¨ªses europeos fueron tambi¨¦n en esas fechas a interrogar a presos a Guant¨¢namo. Francia lo hizo con presos de su nacionalidad, tal como acab¨® sabi¨¦ndose en un juicio en Par¨ªs contra seis acusados de terrorismo. El alem¨¢n de origen turco Murat Kurnaz, que posteriormente fue liberado, tambi¨¦n relat¨® c¨®mo recibi¨® la visita de agentes alemanes mientras estaba en Guant¨¢namo. Los polic¨ªas espa?oles mandados por el Gobierno de Aznar interrogaron, en cambio, a ciudadanos de un pa¨ªs vecino, algo que introduce un elemento mucho m¨¢s inquietante a la hora de evaluar la actitud oficial ante la actividad ilegal desarrollada en Guant¨¢namo.

La hipocres¨ªa de muchos Gobiernos europeos parece no tener l¨ªmites. Estamos ante una serie de desverg¨¹enzas y violaciones de los derechos por parte de servicios europeos que requieren, adem¨¢s de la investigaci¨®n judicial que corresponda, una depuraci¨®n de responsabilidades pol¨ªticas, aunque sea a toro pasado. Debe quedar claro que lo peor que puede hacerse en la lucha contra el terrorismo es doblegarse a lo que quieren los terroristas, y esto es que los Estados de derecho abandonen el camino de la ley y se adhieran a los mismos m¨¦todos de aquellos a quienes persiguen.