El medio ambiente como oportunidad
Vitoria es ejemplo de buena pr¨¢ctica en la esfera internacional por la incorporaci¨®n activa de la variable ambiental a sus pol¨ªticas de planificaci¨®n urbana y gesti¨®n p¨²blica en general. Es mod¨¦lico su urbanismo de marcada ra¨ªz ecol¨®gica (espacios verdes en la trama urbana, preeminencia del peat¨®n frente al veh¨ªculo, transporte p¨²blico en constante renovaci¨®n); dispone de unas herramientas de gesti¨®n de primer nivel (Vitoria fue pionera en la definici¨®n de la denominada Agenda Local 21 para un Desarrollo Sostenible y menci¨®n aparte merece el Centro de Estudios Ambientales); adem¨¢s, Vitoria ha sabido poner en marcha proyectos audaces de recuperaci¨®n medioambiental con gran calado en la din¨¢mica de la ciudad (el anillo verde y el conjunto de parques periurbanos de la ciudad son admirados ejemplos en otros municipios que no se acaban de creer c¨®mo hemos podido hacer todas estas cosas); finalmente, la ciudad ha sabido dise?ar y gestionar pol¨ªticas de gesti¨®n de la calidad del aire, de los residuos o del ahorro de agua que est¨¢n resultando ciertamente eficaces.
Todo esta bater¨ªa de actuaciones reflejan claramente una vocaci¨®n y una actitud comprometida de las instituciones locales desde hace muchos a?os con el ecosistema urbano que gestionan. Este esfuerzo y compromiso en torno a la sostenibilidad ha ido, adem¨¢s, tejiendo y proyectando al exterior una especie de identidad colectiva en una ciudad a la que muchas veces se le reprocha, injustamente, no tener una personalidad propia. No s¨¦ si Vitoria tendr¨¢ o no un car¨¢cter muy marcado, pero tampoco creo que tengamos que detenernos m¨¢s de lo necesario en este punto. Lo que s¨ª es cierto es que Vitoria arrastra una trayectoria sin parang¨®n en otras ciudades y que ¨¦sta es una buena imagen que debemos aprovechar para hacer muchas m¨¢s cosas de las que hacemos.
A mi juicio, Vitoria tiene las capacidades y el potencial para posicionarse en el mercado internacional de ciudades como un centro de referencia de primer orden en la materia. Pero no ya (o no s¨®lo) como un municipio concienciado que gestiona muy bien sus recursos y que cuida su urbanismo, sino como una ciudad que entiende la sostenibilidad como una oportunidad para su propio crecimiento intelectual y econ¨®mico como colectivo.
Todos los elementos parecen confluir. A la especial sensibilidad de Vitoria en el ¨¢mbito ambiental y su experiencia en gestionar esta cuesti¨®n se une, por un lado, la creciente necesidad de investigar en materia ambiental para dar respuesta a los grandes retos que la humanidad tiene en este sentido y, por otro, a la oportunidad de poner en marcha nuevas empresas que exploten esos conocimientos y creen puestos de trabajo competitivos y de futuro.
Adem¨¢s, Euskadi presenta una potencia presupuestaria y estrat¨¦gica muy importante en materia de Ciencia y Tecnolog¨ªa y dispone de instrumentos muy interesantes para potenciar n¨²cleos de conocimiento internacional de referencia en el Sistema Europeo de Investigaci¨®n. Vitoria debe tener la habilidad de sacarles el m¨¢ximo partido porque son una fuente excepcional de riqueza.
As¨ª ha ocurrido en los ¨²ltimos a?os con el sector de las biociencias y se han configurado sendos Centros de Investigaci¨®n Cooperativa (CIC) en San Sebasti¨¢n y Bilbao. En su conjunto, van a albergar a varios centenares de investigadores que hasta hace pocos a?os desarrollaban su actividad en los mejores centros internacionales, y todo ello ya ha permitido que se consoliden a su alrededor m¨¢s de 60 empresas que dan empleo a mil personas. Lo mismo va a ocurrir con el sector de las nanociencias y m¨¢s tarde ocurrir¨¢ con la electr¨®nica avanzada o cualquier otro ¨¢mbito emergente.
El medio ambiente parece que a¨²n no tiene un pretendiente claro en este ¨¢mbito de la ciencia y la tecnolog¨ªa. ?Por qu¨¦ no hacemos que Vitoria se posicione en este tema? Partiendo, por supuesto, de la importante trayectoria del Centro de Estudios Ambientales y de otros agentes universitarios, tecnol¨®gicos y empresariales, podemos construir un proyecto que, coordinando capacidades presentes en la Red Vasca de Ciencia, Tecnolog¨ªa e Innovaci¨®n, construya nuevos equipamientos y desarrolle nuevas capacidades que generen nichos de conocimiento de vanguardia que puedan ser explotados tambi¨¦n en forma de empresas innovadoras y competitivas.
El propio Plan Estrat¨¦gico de la Ciudad habla de estas mismas cuestiones y de la oportunidad que supone la ciencia y la tecnolog¨ªa para el desarrollo local. Sacar ventaja de todo esto en el ¨¢mbito del cambio clim¨¢tico y de la sostenibilidad es una forma de concretarlo. Podemos construir un proyecto todo lo complejo y ambicioso que deseemos. La idea la dejamos planteada. ?Qui¨¦n se suma a este proyecto?
Carlos Cuerda es economista y socio de Naider.
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