Comienza en Francia el juicio por el vertido del petrolero 'Erika'

El 13 de diciembre de 1999, el petrolero Erika se part¨ªa en dos y se hund¨ªa a unos 30 kil¨®metros de las costas bretonas, en Francia, derramando 19.000 toneladas de fuel que contaminaron 400 kil¨®metros de costa y provocaron la mayor cat¨¢strofe medioambiental que, hasta entonces, hab¨ªa padecido Europa. Tres a?os m¨¢s tarde, frente a las costas gallegas, el Prestige provocaba id¨¦ntico desastre. Ayer se abri¨® en Par¨ªs el juicio en el que se dirimir¨¢n las responsabilidades y que est¨¢ previsto que dure cuatro meses.

Han pasado m¨¢s de siete a?os desde aquel d¨ªa tr¨¢gico, cuyas consecuencias siguen afectando, no solo a las econom¨ªas locales, a los pescadores, sino tambi¨¦n a la salud de las personas, hasta el punto de que sigue sin conocerse exactamente cu¨¢l era el tipo de fuel que se verti¨®. Se calcula que la econom¨ªa de las regiones afectadas tuvo p¨¦rdidas por valor de mil millones de euros. Entre otras calamidades ecol¨®gicas, m¨¢s de 150.000 aves marinas murieron atrapadas en el chapapote.

El juicio, cuya instrucci¨®n ha sido extremadamente laboriosa, debe tambi¨¦n poner en evidencia las malas pr¨¢cticas de las compa?¨ªas petroleras, Total en esta ocasi¨®n, y la opacidad de los sistemas de transporte mar¨ªtimo, las subcontratas a empresas deslocalizadas que alquilan barcos de bandera de conveniencia en p¨¦simas condiciones.

Entre los acusados, adem¨¢s de la petrolera francesa, propietaria de la carga, figuran: Giuseppe Savarese, el armador y propietario del barco, de nacionalidad italiana; Karun Mathur, capit¨¢n del buque en el momento del desastre, de nacionalidad india, que no piensa salir de su pa¨ªs ya que pesa sobre ¨¦l una orden de detenci¨®n; la RINA, el organismo italiano que controla la buena condici¨®n de los barcos, y tres oficiales de la Armada francesa acusados de no haber valorado correctamente la magnitud de la cat¨¢strofe. Los cargos a los que se enfrentan son: contaminaci¨®n mar¨ªtima, puesta en peligro de la vida ajena y abstenci¨®n voluntaria de combatir un siniestro.

Ahora se sabe que el hundimiento del Erika, atrapado en medio de una tempestad, no m¨¢s intensa que muchas de las que habitualmente se dan en la zona, era un hecho anunciado. Este monocasco de m¨¢s de 25 a?os de edad, en el que numerosas inspecciones hab¨ªan detectado importantes trazas de corrosi¨®n, fue obligado a zarpar con 30.000 toneladas de fuel a bordo en plena tempestad s¨®lo porque la compa?¨ªa Total no quer¨ªa pagar la multa que le hubiera costado un retraso en la entrega de la carga. La investigaci¨®n ha desvelado que Total estuvo todo el tiempo en contacto con el capit¨¢n del Erika y desde dos d¨ªas antes "ten¨ªa conocimiento de las aver¨ªas del barco, incluidas fugas", pero "no tom¨® ninguna medida para combatir o limitar los efectos".

El juez Jean-Baptiste Parlos preside el juicio en la mayor sala del palacio de Justicia de Par¨ªs. Durante los pr¨®ximos cuatro meses, m¨¢s de 80 abogados y los representantes de 70 asociaciones civiles en representaci¨®n de entidades locales, asociaciones de vecinos y grupos ecologistas, dirimir¨¢n las responsabilidades e intentar¨¢n crear jurisprudencia. Entre los abogados presentes ayer estaba Dominique Voinet, la candidata de Los Verdes a la presidencia francesa y ministra de Medio Ambiente cuando ocurrieron los hechos, en el Gobierno de Lionel Jospin.

Tambi¨¦n estaban presentes otros dos candidatos: el derechista Philippe de Villiers, presidente del departamento de Vend¨¦e y la ecologista Corinne Lepage. Se esperaba a la socialista S¨¦gol¨¨ne Royal, ya que la regi¨®n de Poitu-Charentes, que preside, se ha constituido tambi¨¦n en parte, pero no acudi¨®.

Las asociaciones ecologistas y las comunidades locales de Breta?a esperan que el juicio sirva para hacer evolucionar la normativa en materia de desastres medioambientales y perfeccionar las medidas de prevenci¨®n. La sentencia, conf¨ªan, debe crear jurisprudencia para la protecci¨®n del medio ambiente.