Amigos de los esp¨ªritus
EL PA?S entrega ma?ana 'Espiritual', de John Coltrane, y el viernes, 'Espa?a', de Michel Camilo y Tomatito, por 4,95 euros cada uno
De aquellos d¨ªas de noviembre de 1961 en los que el cuarteto cl¨¢sico de John Coltrane (m¨¢s el genial multiinstrumentista Eric Dolphy) residi¨® en el club neoyorquino Village Vanguard sali¨® un excepcional disco en directo que conten¨ªa Chasin' the Trane, su inconmensurable solo y la consabida declaraci¨®n de principios. La ca¨ªda sin red (15 minutos de improvisaci¨®n) se titul¨® apropiadamente Persiguiendo a Trane, ap¨®cope que sirvi¨® de seud¨®nimo al saxofonista m¨¢s grande del jazz moderno.
Es cierto, John Coltrane no cej¨® en sus propias persecuciones hasta el d¨ªa de su muerte, a los 40 a?os, en verano de 1967. Persigui¨® la expresi¨®n absoluta de su arte a costa de quemar sus naves, perder audiencias y ganar enemigos, y corri¨® en pos de su propia espiritualidad, una mezcla de varias religiones, iluminaci¨®n oriental y el afrocentrismo de la ¨¦poca de lucha por los derechos civiles.
El viaje propuesto por el disco-libro que se entrega ma?ana con el diario (por 4,95 euros) se centra en esa parte espiritual de su obra. Comienza en aquellos conciertos de 1961, cuando el saxofonista, reci¨¦n fichado por el sello Impulse!, ya hab¨ªa deslumbrado por s¨ª solo y junto a Miles Davis a finales de los cincuenta; y desemboca en un tema, Expresion, disco p¨®stumo registrado poco antes de la muerte, con Trane ya convertido en h¨¦roe ca¨ªdo del free jazz, ese movimiento cultural que sus protagonistas prefer¨ªan llamar new thing.
Y en medio queda su obra magna: A love supreme, una oraci¨®n (de la que se incluye una parte en Espiritual) entonada por el cuarteto que lider¨® a principios de los sesenta y ha pasado a la historia como uno de los grupos m¨¢s perdurables del jazz. Tambi¨¦n la huida hacia delante que supuso cambiar aquella formaci¨®n legendaria por las estridencias de los m¨²sicos, adscritos a la libre improvisaci¨®n, con los que comparti¨® el final de su carrera.
Pero que nadie se asuste. Espiritual deja fuera las exigentes excursiones de Coltrane al free jazz, aptas s¨®lo para los est¨®magos acostumbrados. Ante todo, se trata de una preciosa colecci¨®n de baladas, profundamente enraizadas en el blues y el gospel, en las que la religiosidad resulta el formidable pretexto para una m¨²sica maravillosa.
Elogio de la compa?¨ªa
A la grabaci¨®n de Espa?a (Spain), del d¨²o formado por el pianista dominicano Michel Camilo y el guitarrista almeriense Tomatito, bien pudieron asistir los esp¨ªritus, aunque ¨¦stos fueran sin duda m¨¢s festivos. Publicado en 2000 como la primera referencia del sello Lola Records, de Fernando Trueba, fue, junto a su documental Calle 54 y el ¨¢lbum L¨¢grimas negras (de otro d¨²o, Diego El Cigala y Bebo Vald¨¦s), la aportaci¨®n del cineasta a la popularizaci¨®n en Espa?a del jazz latino, del que siempre se ha declarado uno de sus mejores aficionados.
El ¨¢lbum es excepcional desde su misma concepci¨®n. No existen muchos antecedentes en los anales del jazz de encuentros a pelo entre guitarra y piano (Bill Evans y Jim Hall firmaron con estos mimbres un cl¨¢sico; y en la Espa?a de los setenta, Toti Soler y Jordi Sabat¨¦s hicieron lo propio). Menos a¨²n, matrimonios entre un arte jondo del calado del de Tomatito, que fue guitarrista del dios Camar¨®n durante los ¨²ltimos a?os, y el chispeante jazz infectado de sentir latino de Michel Camilo.
El resultado no queda por detr¨¢s de las expectativas. El d¨²o adquiere el m¨¢ximo br¨ªo ya en el segundo tema (precedido por una introducci¨®n del maestro Rodrigo). Espa?a, que titula el disco, es un cl¨¢sico del jazz flamenco firmado por Chick Corea y que suena como la m¨¢s l¨®gica de las elecciones en este contexto. El resto del repertorio navega entre los tangos de Luis Salinas, las composiciones del d¨²o o la campeona de las versiones B¨¦same mucho.
De Espa?a, que obtuvo el premio Grammy al mejor ¨¢lbum de jazz latino en su a?o, se ha vendido hasta la fecha la cifra, bastante extraordinaria para un disco espa?ol del g¨¦nero, de 165.000 unidades (la mitad de ellas, en el extranjero, otra rareza). Tras su publicaci¨®n, el d¨²o, que se conoci¨® en una gira de conciertos en 1997, ha llevado la mezcla a escenarios de todo el mundo. Y el a?o pasado, la historia tuvo su apropiada continuaci¨®n en otro disco a d¨²o que abunda en la f¨®rmula del ¨¦xito: flamenco feliz, jazz mediterr¨¢neo y contagioso compadreo.
Babelia
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