Banquillos de infarto
Velimir Perasovic, t¨¦cnico del Tau, ¨²ltima v¨ªctima de la tensi¨®n que viven los entrenadores
Los banquillos pasan factura. Velimir Perasovic, t¨¦cnico del Tau, es el ¨²ltimo exponente de la tensi¨®n en que viven los entrenadores. Como otros muchos lunes, el pasado se dedic¨® a planificar el pr¨®ximo compromiso de su equipo, que ma?ana se estrena en la segunda fase de la Euroliga de baloncesto enfrent¨¢ndose al Maccabi en Tel Aviv. De repente, empez¨® a sentir fuertes dolores en el pecho. Al filo de las nueve y media de la noche, telefone¨® al m¨¦dico del club, Alberto Fern¨¢ndez. "Desde el primer momento se vio que pod¨ªa tener una peque?a alteraci¨®n cardiaca", explic¨® Fern¨¢ndez; "le trasladamos al hospital de Txagorritxi, en el que, en principio, se catalog¨® el proceso que sufre como una angina de pecho". Perasovic (Split, Croacia; 1965) fue sometido a una coronariograf¨ªa, en la que se evidenci¨® la ausencia de lesiones obstructivas en las arterias coronarias.
El entrenador del equipo vasco de baloncesto, de 42 a?os, se recupera de una angina de pecho
La dolencia de Perasovic -su estado es estable, aunque en Israel su puesto lo ocupar¨¢ su ayudante, Natxo Lezkano- no reviste la importancia de la de varios colegas que, tanto en el baloncesto como en el f¨²tbol, han sufrido los efectos del estr¨¦s. Por supuesto, comparten factores de riesgo con otros grupos de poblaci¨®n, como el sedentarismo y la propensi¨®n a fumar o beber. No es ¨¦ste el caso de Perasovic, que el pasado viernes cumpli¨® 42 a?os y que practica deporte de forma habitual. No fuma, aunque toma mucho caf¨¦ y bebidas de cola.
En el caso de los t¨¦cnicos profesionales se a?ade otro factor de riesgo: la extrema presi¨®n a la que est¨¢n sometidos, agravada porque est¨¢n solos ante sus decisiones. Estos factores disparan las posibilidades de sufrir estr¨¦s psicol¨®gico y anomal¨ªas cardiacas. ?sas eran algunas de las constataciones de un estudio realizado para la Asociaci¨®n de Clubes de Baloncesto en 1991 por el doctor Toni Tramullas, actual responsable m¨¦dico del Barcelona.
Mediante los datos ofrecidos por un aparato (ECG Holter) que se conectaba a los t¨¦cnicos desde media hora antes y hasta media hora despu¨¦s de los partidos, se midi¨® su frecuencia cardiaca. Si en un estado normal una persona tiene entre 70 y 90 pulsaciones por minuto, dependiendo de sus caracter¨ªsticas f¨ªsicas, el 71% de los entrenadores estudiados superaron las 120 -nivel en el que se establece la taquicardia- en alg¨²n momento. En ning¨²n caso -entre los que se sometieron a la prueba estaban Lolo Sainz, George Karl, Manolo Flores y Manel Comas- se revelaron entonces anormalidades graves.
"Los t¨¦cnicos soportamos una gran presi¨®n. Si pierdes, andas de noche por tu casa sin rumbo", manifest¨® el entrenador del Arsenal, Ars¨¨ne Wenger, poco despu¨¦s de que en 2001 su colega del Liverpool, G¨¦rard Houllier, tuviera que ser operado a coraz¨®n abierto. Dos de sus antecesores hab¨ªan atravesado por situaciones similares. En 1992, Graeme Souness fue sometido a una operaci¨®n de triple by pass (derivar la arteria coronaria y el flujo de la sangre al nivel de la obstrucci¨®n) y un a?o antes Kenny Dalglish dimiti¨® alegando que padec¨ªa un ataque de ansiedad.
Jock Stein y Pulpa Echamendi murieron de sendos ataques cardiacos cuando dirig¨ªan partidos, lo mismo que Ignacio Pinedo, entrenador de baloncesto del Madrid, que sufri¨® un infarto mortal a los 66 a?os en la final de la Copa Korac contra el Cant¨², en 1991. Hennes Weisweiller falleci¨® como consecuencia de un infarto a los 65 a?os cuando dirig¨ªa al Grasshoppers. En febrero de 1991, Johan Cruyff, entonces entrenador del Bar?a, tuvo que ser sometido a una operaci¨®n de doble by pass. Rinus Michels fue operado en 1983 y en 1998 sufri¨® un ataque y Helenio Herrera muri¨® de un ataque al coraz¨®n a los 81 a?os, pero cuando ten¨ªa 53 ya se hab¨ªa tenido que tomarse un a?o sab¨¢tico a causa de esa misma dolencia. Son s¨®lo algunos de los casos m¨¢s sonados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.