Los vuelos ilegales y la credibilidad de la UE

El Parlamento Europeo votar¨¢ hoy el informe FAVA Sobre el supuesto uso de pa¨ªses europeos por parte de la CIA para el transporte y detenci¨®n ilegal de prisioneros. El documento es el resultado de un a?o de trabajo intenso por parte de la comisi¨®n parlamentaria a la que el Pleno de la C¨¢mara encarg¨® la investigaci¨®n. Durante este tiempo se han celebrado, en Bruselas y Estrasburgo, m¨¢s de 33 reuniones, se ha escuchado a m¨¢s de 200 testigos, examinando 19 casos de "entregas extraordinarias" y los parlamentarios han viajado a Macedonia, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Rumania, Polonia y Portugal. El autor del informe, el socialista italiano Claudio Fava, ha elaborado, adem¨¢s, distintos documentos de trabajo en los que se analizan pormenorizadamente las rutas de los aviones de la CIA -matr¨ªculas, fechas y toda la informaci¨®n a la que ha tenido acceso-. Es un trabajo riguroso y honesto que debe servir para esclarecer, esperemos que en un inmediato futuro, si hubo responsabilidad de la UE y de los Estados miembros en el operativo -ilegal- desarrollado por los servicios secretos norteamericanos.

Desde mediados de los a?os 90, la inteligencia estadounidense ven¨ªa utilizando un sistema de traslado de prisioneros a distintos pa¨ªses -cuyos est¨¢ndares de garant¨ªas jur¨ªdicas y de respeto a los derechos humanos son m¨¢s que relativos- con el objetivo de interrogarles o mantenerles recluidos, lejos de la vigilancia de las instituciones democr¨¢ticas norteamericanas. Tras el 11 de septiembre y el shock que produjo -sobre todo en las sociedades occidentales que se vieron directamente amenazadas por el terrorismo de origen islamista-, los Gobiernos europeos activan y profundizan los mecanismos de cooperaci¨®n con los Estados Unidos para combatir con mayor eficacia el terrorismo internacional. A partir de ese momento, ya sea abusando de la confianza de los Gobiernos europeos o bien de acuerdo con ellos o con los distintos servicios secretos, la CIA comienza a operar en el territorio de la UE utilizando rutas civiles, aeropuertos, y posiblemente sus bases militares, llegando incluso a secuestrar al menos a 20 sospechosos de terrorismo, con ciudadan¨ªa o residencia europea. Entre 2001 y 2005, m¨¢s de 1.000 aviones sobrevuelan nuestro territorio y aterrizan en nuestros aeropuertos. En 2005, el diario norteamericano The Washington Post y la organizaci¨®n Human Rights Watch denuncian p¨²blicamente la existencia de los traslados ilegales. En diciembre de ese mismo a?o, el Parlamento Europeo decide constituir una comisi¨®n temporal encargada de investigarlos.

El informe FAVA habr¨¢ servido para destapar la existencia de un gran operativo de detenciones ilegales, y presuntos interrogatorios bajo tortura, por parte de los servicios secretos norteamericanos con la connivencia, la omisi¨®n o la ignorancia de responsables pol¨ªticos de algunos Estados miembros de la UE y de sus instituciones. El grado de implicaci¨®n en dicho operativo de los distintos Gobiernos de la Uni¨®n Europea deber¨¢n determinarlo los propios responsables pol¨ªticos en ejercicio cuando se produjeron los hechos o, en su caso, los tribunales o las comisiones parlamentarias nacionales constituidas al efecto. El Consejo Europeo, por su parte, har¨¢ bien en articular una respuesta adecuada a la gravedad de lo ocurrido, que quedar¨¢ determinada tras el voto en el Pleno de la Euroc¨¢mara.

No ser¨ªa, en absoluto, sensato tratar de ignorar o de minusvalorar lo acontecido. La lucha contra el terrorismo internacional deber¨¢ seguir siendo una de las prioridades de la Uni¨®n Europea y, en esa tarea, la cooperaci¨®n entre los diferentes socios de la UE y con el Gobierno norteamericano ser¨¢ imprescindible. Tenemos que poder colaborar sabiendo cu¨¢les son las reglas del juego sobre la base de la confianza mutua. Los Gobiernos europeos deben enviar un mensaje n¨ªtido tanto a su ciudadan¨ªa como a nuestros aliados: ni siquiera en nombre de la seguridad mundial aceptaremos vulnerar las reglas que hemos construido entre todos, con mucho esfuerzo y sobre el dolor de los peores momentos de la historia contempor¨¢nea. El respeto a las garant¨ªas de los detenidos, el rechazo absoluto de la pena de muerte y de la tortura, la defensa de la dignidad y de los derechos humanos no son negociables. El mundo no ser¨¢ m¨¢s seguro si actuamos fuera del orden internacional. Habr¨¢, posiblemente, que inventar nuevos instrumentos en la lucha contra un terrorismo global que se revela muy complejo, pero sin legitimidad no lograremos ser eficaces. La estrategia antiterrorista del Gobierno de Bush ya ha fracasado. La Uni¨®n Europea no deber¨ªa asociarse a ella sin cr¨ªtica. Desde la confianza con nuestro aliado estadounidense, hay que volver a las reglas del Derecho Internacional, reforz¨¢ndolas, y manifestar nuestra voluntad de cooperar sin trampas. El informe sobre los vuelos ilegales de la CIA debe servir para recuperar la credibilidad de la Uni¨®n Europea, dentro y fuera de nuestras fronteras. ?sa ser¨¢ la mejor contribuci¨®n en la b¨²squeda del equilibrio multilateral y de la seguridad mundial.

Elena Valenciano es eurodiputada. Portavoz socialista de la Comisi¨®n de Derechos Humanos y miembro de la comisi¨®n temporal del Parlamento Europeo que investiga los vuelos de la CIA.