El juicio del 11-M
Ma?ana comenzar¨¢ en la Audiencia Nacional -si las maniobras dilatorias no lo impiden- la vista oral contra los 29 imputados (9 espa?oles) del sumario del 11-M que sobrevivieron al suicidio colectivo de Legan¨¦s el 3 de abril de 2004 y que no consiguieron eludir la persecuci¨®n de la justicia. El ¨ªmprobo trabajo de reconstrucci¨®n del crimen -192 asesinados y 1.824 heridos- realizado por el juez Juan del Olmo a lo largo de 25 meses ha sido recogido en casi 100.000 folios de diligencias; el m¨¦rito de la instrucci¨®n es tanto mayor cuanto que el sindicato de intereses constituido por el n¨²cleo duro del PP -desde ?ngel Acebes, Ignacio Astarloa y Eduardo Zaplana hasta Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre, pasando por Jaime Ignacio del Burgo-y la secta period¨ªstica acampada en El Mundo, la Radio de los Obispos y Telemadrid han boicoteado su labor por todos los medios a su alcance. Esa estrategia obstruccionista trataba de conseguir la nulidad de las actuaciones, o cuando menos el aplazamiento indefinido de la vista oral hasta despu¨¦s de las elecciones generales, con el prop¨®sito ¨²ltimo de continuar sembrando las dudas sobre la imaginaria participaci¨®n de ETA en el atentado, los servicios marroqu¨ªes y la propia polic¨ªa espa?ola en tanto que supuestos autores intelectuales o c¨®mplices operativos de los terroristas islamistas. La eficaz colaboraci¨®n de la fiscal Olga S¨¢nchez y de los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado como polic¨ªa judicial (200 pruebas de ADN, 50.000 registros telef¨®nicos, 116 declaraciones, 650 testigos) durante la instrucci¨®n ha ayudado de forma decisiva a que el juicio pudiera llegar a celebrase.
La complejidad de un sumario instruido bajo presi¨®n hac¨ªa seguramente inevitable la comisi¨®n de errores procesales de tr¨¢mite ordinario, tal y como sucedi¨® con la excarcelaci¨®n de Saed El Harrat tras el vencimiento inadvertido del plazo de su prisi¨®n preventiva; el episodio le cost¨® a Del Olmo una sanci¨®n del Consejo General del Poder Judicial por falta grave y unas crueles burlas a costa de una dolorosa enfermedad ocular. Pero la acusaci¨®n principal dirigida contra Del Olmo por el PP y sus mozos period¨ªsticos de estoques fue -y contin¨²a siendo- darse por satisfecho con los abrumadores indicios disponibles sobre la responsabilidad exclusiva del terrorismo islamista en la matanza de Atocha y con la inexistencia -no menos abrumadora- de datos sobre una teor¨ªa de la conspiraci¨®n cuyos responsables -seg¨²n Aznar- no vivir¨ªan en "desiertos muy remotos" ni en "monta?as muy lejanas".
Aplicando la consigna de Goebbels de que una mentira repetida mil veces termina siendo tomada por verdadera, la ensordecedora tamborrada sobre los agujeros negros del 11-M aporreada durante casi tres a?os ha logrado finalmente engatusar al sector m¨¢s cr¨¦dulo del electorado del PP que no tiene m¨¢s fuentes de informaci¨®n televisiva, period¨ªstica y radiof¨®nica que Telemadrid, El Mundo y la Cope. Esos sabuesos de tebeo y periodistas de investigaci¨®n domingueros llegan a extremos c¨®micos: confunden la Orquesta Mondrag¨®n con la Cooperativa Mondrag¨®n, y atribuyen capacidad explosiva al ¨¢cido b¨®rico. Pero la mentalidad paranoide funciona como una maquinaria razonante preparada para suministrar fundamentaci¨®n l¨®gica a las m¨¢s extravagantes respuestas del orate de turno.
Ese c¨ªnico desaf¨ªo al sentido com¨²n del PP y de sus correveidiles medi¨¢ticos, que niegan la existencia de cualquier parentesco entre el 11-M y los atentados de Londres y Bombay, descarga sobre el adversario la tarea de probar el desatinado car¨¢cter de sus propias fantas¨ªas. Adem¨¢s, Acebes y Astarloa -secretario general y secretario de libertades p¨²blicas del PP respectivamente- fingen olvidar que las responsabilidades pol¨ªticas de la lucha antiterrorista no correspond¨ªan a los socialistas sino que eran suyas -como ministro del Interior y como secretario de Estado- cuando el fundamentalismo islamista teji¨® impunemente las redes del atentado, los confidentes de la polic¨ªa controlaron ineficazmente a los traficantes de dinamita en Asturias, los terroristas subieron en la madrugada del 11-M a los trenes de la muerte y se apearon antes de llegar a Atocha tras depositar en los vagones su mort¨ªfera carga, la polic¨ªa practic¨® las primeras detenciones en v¨ªsperas del 14-M y los GEOS acorralaron a los suicidas en Legan¨¦s.
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