'Erika' = 'Prestige'
En Galicia, donde la negra sombra del Prestige permanece rondando en las mentes, debe seguirse con absoluto inter¨¦s el juicio comenzado en Par¨ªs el lunes pasado - 12 de febrero- contra los causantes del naufragio del petrolero Erika en 1999 frente a las costas y las islas de Breta?a.
Ese viejo nav¨ªo desgastado y corro¨ªdo por 25 a?os de ininterrumpida navegaci¨®n (el Prestige tambi¨¦n llevaba 26 a?os surcando oc¨¦anos), y fletado por la empresa francesa Total-Fina-Elf, transportaba 34.000 toneladas de fuel pesado, un hidrocarburo cancer¨ªgeno id¨¦ntico al del Prestige, el cual cargaba, como todos recordamos, 77.000 toneladas de ese veneno.
Habiendo zarpado de Dunkerke, el Erika se dirig¨ªa, con pabell¨®n de conveniencia malt¨¦s y tripulaci¨®n india, hacia el puerto italiano de Livorno cuando, el domingo 12 de diciembre de 1999, una tempestad lo parti¨® en dos provocando una descomunal marea negra que tizn¨® de luto 400 kil¨®metros de costas. Y caus¨® la muerte de unas 300.000 aves marinas (holocausto ornitol¨®gico id¨¦ntico al que provoc¨® el Prestige).
Para limpiar las playas y las costas de las tres regiones francesas afectadas (Breta?a, Pa¨ªs del Loira y Poitou-Charentes), m¨¢s de 20.000 voluntarios consagraron millones de horas de trabajo durante semanas y retiraron m¨¢s de 250.000 toneladas de escombros. Por eso, el costo total del naufragio ha sido estimado en unos 1.000 millones de euros.
El perjuicio ecol¨®gico reclamado por las tres regiones v¨ªctimas del desastre es de 400 millones de euros. El Estado franc¨¦s demanda, por su parte, otros 154 millones de euros por los gastos ocasionados. La propia firma petrolera, Total, pide 200 millones, y las v¨ªctimas (ayuntamientos afectados, asociaciones ecol¨®gicas, vecinos de la zona, asociaciones de voluntarios que participaron en la limpieza de playas y costas) exigen por lo menos unos 250 millones de euros. Hasta ahora, el Fondo Internacional de Indemnizaci¨®n por los Da?os de las Poluciones de Hidrocarburos (FIPOL) y la compa?¨ªa de seguros del nav¨ªo (Streamship Mutual) s¨®lo han entregado 53 millones de euros. As¨ª que estamos muy lejos de la cuenta.
Los principales acusados son, por orden de responsabilidades, los siguientes: el propietario del petrolero, el armador, la compa?¨ªa de seguros, el fletador y la sociedad de clasificaci¨®n, en este caso la empresa italiana Registro Italiano Navale (Rina). Uno de los aspectos que m¨¢s interesa a la gente y que el juicio deber¨¢ esclarecer es la naturaleza exacta del fuel transportado por el Erika. Es una cuesti¨®n de importancia porque se trata de un problema sanitario y de salud p¨²blica.
Los miles de voluntarios que participaron en la limpieza de la marea negra - como todos los que lo hicieron de igual modo con el chapapote del Prestige - quieren saber cu¨¢l es el riesgo que est¨¢n corriendo personalmente por el tiempo que estuvieron expuestos a los diversos componentes del fuel. En ese sentido, el estudio reciente de una profesora de toxicolog¨ªa de la Escuela Nacional Superior de Agronom¨ªa de Toulouse (ENSAT), Annie Pfohl-Leszkowicz, demuestra la extrema peligrosidad cancer¨ªgena del fuel pesado n¡ã2.
Como era de esperar, la empresa Total ha desmentido ese estudio cient¨ªfico. Pero la profesora Pfohl-Leszkowicz insiste en que toda persona que ha inhalado o manipulado el chapapote sin guantes (o que no cambi¨® con frecuencia de guantes) corre el riesgo de desarrollar un c¨¢ncer. Porque ese tipo de fuel es, seg¨²n ella, genot¨®xico, o sea que altera las c¨¦lulas humanas, en particular las de los pulmones y del h¨ªgado.
La Asociaci¨®n de Voluntarios del Erika est¨¢ movilizando a sus 20.000 miembros para exigir toda la luz sobre esta cuesti¨®n fundamental. Y est¨¢ muy preocupada por los riesgos sanitarios de las primeras personas que acudieron a limpiar, sin ninguna protecci¨®n, el veneno negro.
El juicio va a durar hasta el 13 de junio de 2007. Por eso insisto en que hay seguirlo con el m¨¢ximo inter¨¦s.
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