Irak cierra sus fronteras con Ir¨¢n y Siria para frenar la violencia

En medio de una nueva jornada de atentados y asesinatos, el Gobierno iraqu¨ª desvel¨® ayer un nuevo plan de seguridad, centrado en Bagdad, para tratar de frenar la violencia rampante. El Gobierno orden¨® el pr¨®ximo cierre de las fronteras con Ir¨¢n y Siria durante 72 horas, extendi¨® el toque de queda en la capital y dio poderes extraordinarios al Ej¨¦rcito y a la polic¨ªa, que podr¨¢n realizar registros sin orden judicial. En la nueva ofensiva, que cuenta con el apoyo de tropas estadounidenses, participar¨¢n en total cerca de 85.000 soldados.

El general Abud Gambar describi¨® en Bagdad el nuevo plan, aunque no anunci¨® el momento preciso en que entrar¨¢ en vigor. "Todos los que incumplan las medidas impuestas por este decreto ser¨¢n juzgadas en virtud de la ley antiterrorista durante procesos excepcionales", se?al¨® el general, que coordinar¨¢ la operaci¨®n.

El toque de queda se prolongar¨¢ entre las ocho de la noche (antes empezaba a las once) y las seis de la ma?ana. Las fuerzas de seguridad tendr¨¢n poderes para registrar "cualquier vivienda o veh¨ªculo" que consideran sospechoso y podr¨¢n "detener, registrar e interrogar" a ciudadanos cuando lo consideren necesario. El general tambi¨¦n anunci¨® que se perseguir¨¢ a las personas que lleven armas sin autorizaci¨®n.

Este plan es el en¨¦simo dispositivo de seguridad que lanza el Gobierno iraqu¨ª desde que, hace un a?o, se disparara la violencia sectaria tras el ataque de la insurgencia sun¨ª que destruy¨® el mausoleo chi¨ª de Samarra. Una de las medidas m¨¢s dif¨ªciles de aplicar es que todas las personas que ocupan viviendas ilegalmente en Bagdad deber¨¢n ser desalojadas. En los ¨²ltimos meses, la limpieza ¨¦tnica se ha generalizado en Irak y miles de chi¨ªes est¨¢n siendo expulsados de zonas sun¨ªes y viceversa.

El alto oficial no precis¨® durante cu¨¢nto tiempo se prolongar¨¢n las medidas, ni siquiera cu¨¢ndo entrar¨¢n en vigor, aunque medios iraqu¨ªes se?alaban anoche que es muy posible que comiencen a aplicarse de forma casi inmediata. En las pr¨®ximas semanas se espera la llegada paulatina de los refuerzos anunciados por el presidente George W. Bush -unos 21.000 soldados, que se concentrar¨¢n sobre todo en Bagdad-. El plan de seguridad movilizar¨¢ a 85.000 soldados.

Las medidas fueron anunciadas durante una jornada de violencia durante la que un suicida mat¨® a 18 personas en Bagdad, cuando se hizo estallar junto a un colegio e hiri¨® a 40 personas.

Mientras, en una ins¨®lita muestra de divergencia en la Administraci¨®n Bush, el general Peter Pace, presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, mostr¨® sus dudas sobre la vinculaci¨®n de Ir¨¢n en el abastecimiento de material militar para la insurgencia en Irak. Un d¨ªa antes, los portavoces de la Casa Blanca y el Departamento de Estado hab¨ªan acusado a Teher¨¢n de facilitar a la insurgencia material para la fabricaci¨®n de bombas.

Pace, de viaje en Indonesia, reconoci¨® que el material usado en algunas de esas bombas puede proceder de Ir¨¢n, "pero eso no significa que el Gobierno iran¨ª est¨¦ directamente implicado". Horas despu¨¦s, en Australia, insisti¨®: "Por lo que yo s¨¦, yo no dir¨ªa que el Gobierno iran¨ª sabe claramente lo que est¨¢ pasando o es c¨®mplice".

Esa afirmaci¨®n se sumaba ayer a las cr¨ªticas dem¨®cratas que pon¨ªan en duda la solidez de las acusaciones de EE UU contra Ir¨¢n presentadas el pasado fin de semana en Bagdad. Portavoces del mando militar estadounidense en Irak mostraron munici¨®n sofisticada capaz de atravesar la cubierta de los tanques y determinaron que su procedencia era iran¨ª. Acusaron al Gobierno de ese pa¨ªs de aprobar y facilitar el desv¨ªo de ese material a los grupos chi¨ªes m¨¢s violentos de Irak. Seg¨²n esos mandos, el armamento ha servido para matar al menos a 170 soldados estadounidenses desde 2004.

Formulada la imputaci¨®n, pol¨ªticos y expertos en desarme mostraron su sorpresa al comprobar que EE UU plantea acusaciones basadas en pruebas fr¨¢giles. David Kay, el experto en desarme que encabez¨® las inspecciones en Irak, asegur¨® que el Gobierno deber¨ªa haber aprendido la lecci¨®n del fiasco que supuso la comparecencia del entonces secretario de Estado Colin Powell en la ONU. Seg¨²n Kay, las acusaciones han de ser s¨®lidas y p¨²blicas "si quieres evitar la impresi¨®n de que est¨¢s falseando la verdad", dijo en The New York Times.