El fr¨¢gil poder de Rusia
Rusia envi¨® una delegaci¨®n impresionante al Foro Econ¨®mico de Davos de este a?o. Despu¨¦s de una s¨®lida representaci¨®n en tiempos de Boris Yeltsin, el nivel de participaci¨®n de Rusia hab¨ªa deca¨ªdo desde que Vladimir Putin lleg¨® a la presidencia. Este a?o, sin embargo, los rusos enviaron a su equipo "A", y hubo una sesi¨®n muy concurrida dedicada al "uso creciente de la fuerza en la pol¨ªtica exterior de Rusia".
El aumento de los precios de la energ¨ªa hace que muchas autoridades rusas est¨¦n disfrutando de su nuevo poder. En Davos me pidieron que hablara sobre las relaciones entre Estados Unidos y Rusia en una cena con altos funcionarios del Gobierno y representantes de Gazprom, el gigante energ¨¦tico. Dije que tanto Estados Unidos como Europa se hicieron demasiadas ilusiones en los a?os noventa sobre la democracia en Rusia y que ahora se encuentran en una fase de desilusi¨®n. Existe preocupaci¨®n sobre el futuro de Rusia, c¨®mo va a emplear su nuevo poder y c¨®mo debe reaccionar Occidente.
Una teor¨ªa es que la pol¨ªtica rusa es una especie de p¨¦ndulo. Hab¨ªa oscilado excesivamente hacia el caos con Yeltsin, y ahora, con Putin, se ha ido demasiado hacia el orden y el control del Estado. No ha vuelto al estalinismo; una met¨¢fora hist¨®rica mejor ser¨ªa la del zarismo. Los observadores debaten si acabar¨¢ por alcanzar un nuevo equilibrio.
La postura optimista afirma que los derechos de propiedad est¨¢n m¨¢s garantizados que antes y que el futuro de Rusia va a depender de la rapidez con la que pueda crearse una clase media interesada en un gobierno legal. Pero otros no est¨¢n tan seguros. A veces, los p¨¦ndulos siguen oscilando sin parar si no hay alguna fricci¨®n que les haga ir m¨¢s despacio, y a veces se quedan atascados. Los observadores pesimistas prev¨¦n un deterioro continuo de las libertades, y no un equilibrio liberal.
Ante esta incertidumbre sobre el futuro de la democracia liberal en Rusia, ?c¨®mo deben responder los pa¨ªses occidentales? ?sta es una pregunta especialmente delicada para el gobierno de Bush, que se debate entre el apoyo que dio el presidente a Putin en los primeros tiempos y su programa de defensa de la democracia.
La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, declar¨® en 2005 que "hoy importa m¨¢s el car¨¢cter fundamental de los reg¨ªmenes que el reparto internacional del poder", y el senador John McCain, candidato a la presidencia de Estados Unidos, ha instado a apartar a Rusia del Grupo de los Ocho pa¨ªses avanzados. Sin embargo, junto a su agenda democr¨¢tica, Occidente tiene unas prioridades realistas, basadas en intereses muy tangibles.
Occidente necesita la cooperaci¨®n de Rusia en asuntos como la proliferaci¨®n nuclear en Ir¨¢n y Corea del Norte, el control de materiales y armas nucleares, la lucha contra la ola actual de terrorismo islamista y la producci¨®n y seguridad energ¨¦tica. Adem¨¢s, Rusia cuenta con personas de talento, tecnolog¨ªa y recursos que pueden ayudar a afrontar nuevos retos como el cambio clim¨¢tico y la propagaci¨®n de pandemias.
Es posible que esos dos ¨®rdenes de prioridades no est¨¦n tan re?idos como parece a primera vista. Si Occidente da la espalda a Rusia, ese aislamiento reforzar¨ªa las tendencias xen¨®fobas y estatalistas presentes en la cultura pol¨ªtica rusa y complicar¨ªa las cosas para la causa liberal.
Ser¨ªa m¨¢s conveniente pensar a largo plazo, emplear el poder blando de la atracci¨®n, ampliar los intercambios y contactos con la nueva generaci¨®n rusa, apoyar su participaci¨®n en la Organizaci¨®n Mundial de Comercio y otras instituciones de mercado, y abordar los defectos con cr¨ªticas concretas en vez de recurrir a las arengas generales y el aislamiento. En cualquier caso, las ra¨ªces del cambio pol¨ªtico en Rusia seguir¨¢n estando sobre todo en la propia Rusia, y la influencia de Occidente ser¨¢ inevitablemente limitada.
Ahora bien, defender las relaciones en lugar del aislamiento no debe impedir la cr¨ªtica amistosa, y en Davos present¨¦ cuatro razones por las que Rusia habr¨¢ dejado de ser una gran potencia en 2020 si no cambia su comportamiento y su pol¨ªtica actual.
En primer lugar, Rusia no est¨¢ diversificando su econom¨ªa con la suficiente rapidez. El petr¨®leo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. En enero de 2007, gracias a los precios sin precedentes de la energ¨ªa y las exportaciones de materias primas, Rusia se convirti¨® en la d¨¦cima econom¨ªa del mundo. Pero las exportaciones energ¨¦ticas financian aproximadamente el 30 % de un presupuesto que se basa en la previsi¨®n de que el crudo va a mantenerse en 61 d¨®lares el barril. Las exportaciones industriales rusas consisten sobre todo en armamento, y la aeron¨¢utica avanzada representa m¨¢s de la mitad de las ventas. Eso hace que Rusia sea vulnerable.
A ello se une el problema de que Rusia no tiene unas leyes que protejan y estimulen a los empresarios. Y ¨¦stos son precisamente la gente necesaria para ayudar a construir una clase media vibrante, la base de una econom¨ªa de mercado estable y democr¨¢tica. En su lugar, prolifera la corrupci¨®n.
Adem¨¢s, la crisis demogr¨¢fica de Rusia contin¨²a, debido a la mala sanidad p¨²blica y la falta de inversiones en una red de seguridad social. Los dem¨®grafos, en su mayor¨ªa, calculan que la poblaci¨®n rusa va a disminuir de forma significativa durante los pr¨®ximos decenios. La mortalidad entre los varones adultos es mucho mayor que en el resto de Europa, y no ha mejorado.
Por ¨²ltimo, aunque quiz¨¢ es comprensible que una antigua superpotencia tenga la tentaci¨®n de aprovechar cualquier oportunidad para volver a emplear una pol¨ªtica exterior basada en la fuerza, las t¨¢cticas intimidatorias en el ¨¢mbito de la energ¨ªa est¨¢n destruyendo la confianza y minando el poder blando de Rusia en otros pa¨ªses. Tanto a sus vecinos como a Europa occidental les preocupa ahora mucho m¨¢s tener que depender de Mosc¨².
Casi todos los participantes rusos en la cena de Davos parecieron ignorar estas cr¨ªticas, pero fue interesante o¨ªr a un funcionario importante que reconoci¨® que las reformas podr¨ªan avanzar m¨¢s deprisa si los precios del crudo cayeran un poco, y a otro que aceptaba el argumento de que las cr¨ªticas ser¨ªan bien recibidas siempre que se ofrezcan con ¨¢nimo amistoso. El simple hecho de que volviera a haber altos funcionarios rusos en Davos para defenderse puede ser una se?al, peque?a pero saludable.
Joseph S. Nye es catedr¨¢tico en la Universidad de Harvard.
? Project Syndicate, 2007.
Traducci¨®n de M. L. Rodr¨ªguez Tapia.
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