Michel Cournot, escritor y director de cine

El novelista, dramaturgo, periodista y cineasta Michel Cournot (Par¨ªs, 1922) muri¨® en la capital francesa el 8 de febrero a los 84 a?os. Padec¨ªa c¨¢ncer desde hace a?os.

Michel Cournot escribi¨® en France Soir, Le Nouvel Observateur y Le Monde. Reportajes, cr¨ªtica de libros, de cine y de teatro. Por no escribir libros, porque consideraba que la literatura que ¨¦l amaba -la de Rilke, Proust, Gide o Celine- quedaba lejos del alcance de su talento. Por eso, cuando public¨® libros, primero fueron largos reportajes, ampliaciones de su trabajo period¨ªstico y no fue hasta 1994 -Histoire de vivre- que el pudor le permiti¨® enfrentarse a una escritura no mediatizada por la urgencia, el g¨¦nero o el encargo.

Cournot era parisiense. Hab¨ªa nacido en 1922, en una familia numerosa y con unos padres muy estrictos. La ocupaci¨®n alemana le marc¨® profundamente. Demasiado joven para ser enviado a filas, no lo fue para participar en la primera manifestaci¨®n antialemana, ser detenido a finales de 1940 y ser sometido a la tortura psicol¨®gica del simulacro de ejecuci¨®n.

Profesor de lat¨ªn y griego tras liberarle los alemanes, cuando llega la aut¨¦ntica Liberaci¨®n, la de la victoria aliada, el azar le lleva al periodismo. "He sido periodista, que no deja de ser un oficio muy especial, porque no es el de la literatura. Hay que escribir deprisa, los art¨ªculos aparecen cortados, llenos de errores de imprenta, en ese papel de peri¨®dico destinado a durar un d¨ªa. ?Qu¨¦ supone escribir en los diarios? Simplemente, que cualquier persona te pueda leer", dec¨ªa Cournot en 1986.

Seguir el rodaje de Les espions (1957), de Henri-Georges Clouzot, le permiti¨® escribir un estupendo libro -Le premier spectateur- sobre la alquimia entre arte e industria aplicada al cine y en la que la neurosis act¨²a como catalizador. Y de ah¨ª pas¨® a escribir cr¨ªticas de cine, en el semanario Le Nouvel Observateur, un ejercicio que desembocar¨¢ en la realizaci¨®n de Les gauloises bleues (1968), un filme estil¨ªsticamente marcado por la nouvelle vague, con una construcci¨®n en puzzle propia de un Godard y un tratamiento de los personajes digno de Truffaut.

Nunca hubo segunda pel¨ªcula, seg¨²n Cournot porque se hizo muy dif¨ªcil encontrar dinero para el proyecto que le apetec¨ªa, quiz¨¢ porque la primera experiencia no estuvo a la altura de la alta consideraci¨®n en que ¨¦l situaba el arte de narrar con im¨¢genes.

El teatro fue su nueva pasi¨®n. Y hasta el fin de su vida escribi¨® sobre teatro, sobre lo que hac¨ªa que, a veces, el soplo de la verdad cruzase la escena. Pretend¨ªa que para hablar de teatro hay que tener una cierta edad, hay que haber vivido. Brigitte Salino, su colega en Le Monde, le da la raz¨®n.

En cualquier caso lo hizo siempre con gran elegancia y mucho estilo, logrando que sus cr¨ªticas pudieran leerse como peque?as piezas aut¨®nomas, que exist¨ªan al margen de la representaci¨®n que las hab¨ªa engendrado. Eran reflexiones sobre la vida provocadas por su m¨¢s antiguo simulacro.