Menos Plat¨®n, m¨¢s Arco
He estado en Arco. A las pocas horas de su apertura se pod¨ªan observar las sonrisas en las caras de los galeristas.
Me estoy divirtiendo con el libro de John Carey, ese cr¨ªtico ingl¨¦s que antes fue camarero -como todos- y apicultor -como casi todos- y que ahora publica libros divertidos e ir¨®nicos sobre el arte y sus alrededores. Cuando tiene que reflexionar sobre si el arte nos hace, o no, mejores nos recuerda las diferencias que hac¨ªa Arist¨®teles con el placer de la m¨²sica. Hac¨ªa diferencias. Por ejemplo, la flauta no le gustaba nada; adem¨¢s de "demasiado excitante", era una m¨²sica propia de braceros, esclavos y gentes vulgares.
Plat¨®n hab¨ªa sido a¨²n m¨¢s esc¨¦ptico con las artes. Dec¨ªa que, a diferencia de la raz¨®n y la ciencia, las artes nos envilecen, que "estaban lejos de la verdad" y que no albergaban "ambiciones sinceras ni saludables". Un poco mejor trataba a la m¨²sica. Aunque aqu¨ª s¨ª hab¨ªa diferencias: la m¨²sica virtuosa, s¨®lo para los "mejores y m¨¢s educados", y la m¨²sica "viciosa", para el agrado de las mayor¨ªas. ?Qu¨¦ desprestigiadas estaban entonces las mayor¨ªas!
Ahora -bueno, hace ya tiempo- que las mayor¨ªas han tomado el arte, ?qu¨¦ pensar¨ªan un nuevo Plat¨®n, otro Arist¨®teles? ?Representaban ellos el pensamiento m¨¢s avanzado de su tiempo? Tenemos que creer que s¨ª. Pues me encantar¨ªa encontrar las voces de los pensadores de hoy frente al espect¨¢culo del mercado del arte contempor¨¢neo. La cosa est¨¢ demasiado excitante. Es posible que tambi¨¦n viciosa, caprichosa, llamativa, vulgar y muy juguetona. Todos los defectos que encontraban al arte los sabios griegos, con el tiempo y una buena puesta en escena han sido conseguidos. Todas las expectativas, cubiertas, e incluso superadas. El arte, cada d¨ªa m¨¢s, se acerca a una est¨¦tica de la vulgaridad y del juego sin reglas. Hace mucho que el arte es lo que dice el mercado que es. Ciertamente el arte, ni siquiera el m¨¢s valioso en el mercado, no nos hace mejores. El arte no hace mejores a las personas. Eso ser¨ªa demasiado f¨¢cil.
Estuve en Arco, estuve antes de la llegada de las masas, antes de la invasi¨®n del pueblo pagano ¨¢vido de modernidad, pero ya casi igual de masivo el p¨²blico inversor e informador que el otro m¨¢s popular. A las pocas horas de su apertura ya se pod¨ªa observar las sonrisas en las caras de los galeristas. Al menos de la tribu de los elegidos.
Tambi¨¦n sonre¨ªan los artistas. Eso est¨¢ muy bien, al menos para ellos. Ya se sabe que el dinero "non olet".
Menos mal que no puedo, pero no me llevar¨ªa los animales en formol ni otros esqueletos de Dami¨¢n Hirst ni aunque me tocara la loto, tambi¨¦n menos mal que no juego. Otra cosa ser¨ªa llegar a un acuerdo con la pieza de Richard Serra. Ese acero herrumbroso no quedar¨ªa mal en mi corral, aunque demasiado pesado. Paso.
Me hubiera comprado un cuchillo de Lamazares. Menos mal que ya estaba vendido a las dos horas de abrirse la feria, me hubiera arruinado por una larga temporada. Soy un cl¨¢sico, todav¨ªa me fijo en la pintura, en la escultura y en la fotograf¨ªa.
Me fij¨¦, y mucho, en algunas fotograf¨ªas, adem¨¢s de algunos cl¨¢sicos del siglo XX, adem¨¢s de esas fotos que se han fijado en las hermosas, en los artistas o en las guerras de nuestro siglo, me volvieron a encantar las fotos familiares tocadas por Carmen Calvo. Aunque algunas no dejan de recordar a los cementerios bajo la luna. Y volv¨ª a comprobar la cercana genialidad de Joan Fontcuberta.
Adem¨¢s de tropezarme con Lamazares -un tropiezo educado y siempre trat¨¢ndonos de usted como es habitual en este artista de Lal¨ªn, este campesino cosmopolita y berlin¨¦s- tambi¨¦n lo hice con Frederic Amat. Que viene a Madrid para trabajar en una ¨®pera basada en un texto de Juan Goytisolo, de la muy esperada nueva ¨®pera de S¨¢nchez Verd¨². Estaba encantado con una especie de raras formas, como p¨¢jaros de restos urbanos, que hab¨ªa filmado en la antigua c¨¢rcel de Carabanchel. Eso tambi¨¦n debe ser el arte, tener una mirada art¨ªstica para los objetos encontrados. Algo que conoce muy bien otro encontrado en Arco, Antonio P¨¦rez, que ha pasado de tener nombre de secretario a tener nombre de fundaci¨®n.
Mis ojos se fueron detr¨¢s de unas fotos que me parecieron de Cindy Sherman. Hace tiempo que esta mujer que tanto se muestra, que se transforma como en un carnaval continuo, me fascina. No eran suyas. Eran fotograf¨ªas de cuadros que sobre fotos de Sherman hab¨ªa realizado el artista vasco Amondara¨ªn. Hab¨ªa fotografiado sus falsos Sherman. No s¨¦ si me entienden.
Al final apalabr¨¦ un ne¨®n para pobres estetas. Un ne¨®n que sirve para que cuando est¨¦s pidiendo en cualquier calle, en cualquier escalera de iglesia, se te vea bien. Mucho mejor que a los otros pobres. Seremos pobres, pero estamos con el arte. Y con el mercado. M¨¢s Arco, menos Plat¨®n.
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