El manual para negarlo todo
Un texto islamista hallado en el piso de los suicidas de Legan¨¦s insta a los terroristas a negar su implicaci¨®n en los atentados
Tres semanas antes de los atentados del 11-S, el FBI le ech¨® el guante a un tal Zacar¨ªas Moussaoui, quien hab¨ªa llamado la atenci¨®n de los federales al matricularse en una escuela de vuelo e indicar que a ¨¦l no le interesaban ni los despegues ni los aterrizajes, s¨®lo aprender a pilotar un avi¨®n cuando ya estuviera en el aire. Ahora se sabe que Moussaoui era uno de los pilotos llamados a estrellar los aviones contra las Torres Gemelas, pero entonces logr¨® aguantar los interrogatorios sin dar una pista sobre lo que al mundo se le ven¨ªa encima.
"Procura no contestar. Insiste en que no tienes ninguna relaci¨®n con tal grupo. Confesar ser¨¢ tu condena", alerta el argumentario
Los expertos policiales resaltan que los condenados por el 11-S y un cl¨¦rigo musulm¨¢n de Londres ya utilizaron sin ¨¦xito esta estrategia
El silencio de Moussaoui formaba parte de una estrategia perfectamente dise?ada por la yihad, la guerra santa isl¨¢mica. Los terroristas que se suicidaron en el piso de Legan¨¦s unos d¨ªas despu¨¦s de cometer los atentados del 11-M ten¨ªan en su poder diversas publicaciones en las que se adiestra a los muyahidines a hacer frente a los interrogatorios tanto desde el punto de vista f¨ªsico como ps¨ªquico. Expertos en la lucha contra el terrorismo islamista consideran que la postura adoptada por los supuestos cerebros del 11-M durante el juicio -s¨®lo aceptaron responder las preguntas preparadas por sus abogados- responde fielmente a esa estrategia de la ocultaci¨®n.
Unos de los documentos hallados recoge instrucciones como las siguientes: "Procura no contestar. Insiste en que no tienes ninguna relaci¨®n con tal grupo o persona. Debes ponerte firme a pesar de las pruebas, denuncias de agentes o confesiones de los dem¨¢s, porque t¨² puedes rechazarlas y dar rodeos para salir del dilema con honor; en cambio, confesar ser¨¢ t¨² condena (...) Tu confesi¨®n en los tribunales ser¨¢ la mejor prueba contra ti mismo, que nada te lleve a la confesi¨®n (...) Debes recordar en todo momento que el interrogatorio y la tortura tienen un fin, y de ti depende quedar como un desplomado miserable y traidor o como un h¨¦roe (...) El muyahid¨ªn no debe decepcionar a sus hermanos ni traicionarles (...). La confesi¨®n parcial es el principio de la confesi¨®n completa, el comienzo del derrumbe. La resistencia debe ser total, hay que ocultar todo". Hay todav¨ªa otra directriz -contenida en el documento C¨®mo enfrentarse y tratar con los interrogadores de los servicios de inteligencia, hallado en el piso de Legan¨¦s- que tiene mucha importancia en la estrategia del silencio. "Si no puedes, por cualquier raz¨®n, negar tu relaci¨®n con las pruebas encontradas en tu posesi¨®n, no hace falta confesar la fuente de esas pruebas ni el objetivo de su existencia. Pero te podemos asegurar que, con un poco de esfuerzo mental, t¨² puedes dar un pretexto de por qu¨¦ llevas esas pruebas encima y negar su pertenencia. Debes ser obstinado y resistente".
Hay ejemplos muy gr¨¢ficos de esta forma de actuar. En febrero de 2006, un jurado de Londres conden¨® a siete a?os de c¨¢rcel al cl¨¦rigo musulm¨¢n Abu Hamza por incitar al asesinato. Hab¨ªa sido descubierto con cintas de v¨ªdeo y audio en su poder que llamaban al odio racial. Se le encontr¨® adem¨¢s documentaci¨®n recopilada con fines terroristas. El cl¨¦rigo Hamza, a pesar de las evidencias, lo neg¨® todo.
Durante el primer d¨ªa del juicio en la Casa de Campo, los expertos policiales tambi¨¦n han observado una reacci¨®n de los acusados que tampoco les suena a nueva. Los presuntos cerebros del atentado hicieron hincapi¨¦ en condenar rotundamente los atentados. Tambi¨¦n lo hizo, seg¨²n resaltan, Imad Barakat, m¨¢s conocido por Abu Dahdah, cuando fue juzgado -y condenado- por dirigir la c¨¦lula espa?ola de Al Qaeda que colabor¨® con los atentados de Nueva York. Adem¨¢s de condenar los atentados de Madrid, que calific¨® de asesinatos, Abu Dahdah dijo categ¨®ricamente: "No hay c¨¦lula espa?ola de Al Qaeda, ni organizaci¨®n, ni nada".
A este respecto, la yihad no deja un cabo suelto. Entre la documentaci¨®n encontrada por la polic¨ªa en los pisos de los acusados de la masacre se incluye una interpretaci¨®n del Cor¨¢n para justificar el perjurio: "Preguntaron a Uns Ben Malik sobre el hombre que habla de otro: ?Estar¨ªa bien si un hombre jura por Al¨¢ para proteger a otro? Dijo: S¨ª, si yo juro 70 veces y perjuro sobre lo m¨¢s querido para m¨ª es mejor que dar testimonio sobre un musulm¨¢n".
Hay otra conexi¨®n, seg¨²n la polic¨ªa espa?ola, entre el 11-S y el 11-M. Tanto el piloto suicida Mohamed Atta como los que se quitaron la vida en Legan¨¦s estaban vinculados a la corriente, de ra¨ªz egipcia, Takfir Wal Hijra. Se equivoca quien los intente descubrir por su apariencia. Ni barbas ni chilabas. "No es f¨¢cil detectarlos. Fingen costumbres con los preceptos cor¨¢nicos e incluso llegan a ocultar que profesan la religi¨®n musulmana. Para no levantar sospechas en las sociedades de infieles, los muyahidines est¨¢n dispensados de seguir la Ley Isl¨¢mica. Pueden tener relaciones sexuales con mujeres, beber alcohol, comer cerdo y todas aquellas cosas que sean necesarias para mimetizarse y cumplimentar la misi¨®n encomendada".
Rabei Osman
"Ejerzo la religi¨®n de una forma normal, no extrema. Obviamente, yo condeno estos atentados"
Jamal Zougam
"Me levant¨¦ a las diez y fui a trabajar. El 11-M yo estaba durmiendo, no en un tren. Nunca hab¨ªa o¨ªdo hablar de Morata"
Hassan el Haski
"El grupo combatiente isl¨¢mico marroqu¨ª no existe. Es ficticio. ?D¨®nde est¨¢ su sede? No tengo relaci¨®n"
El juez G¨®mez Berm¨²dez
El presidente de la Sala ha actuado con firmeza y reprobando risas de los acusados y preguntas de sus letrados.
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