Los republicanos impiden que el Senado condene los planes militares de Bush para Irak
La secretaria de Estado de EE UU se re¨²ne en Bagdad con el jefe del Gobierno iraqu¨ª
La mayor¨ªa dem¨®crata en el Senado de EE UU no logr¨® aprovechar ayer la inercia pol¨ªtica de la C¨¢mara de Representantes y fracas¨® en su intento de promover una moci¨®n de condena a las ¨²ltimas decisiones de Bush sobre Irak. Las normas del Senado exigen 60 votos en una c¨¢mara de 100 esca?os; el resultado final fue de 56 votos a favor y 34 en contra. Siete senadores republicanos votaron con los dem¨®cratas. Mientras tanto, la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, hizo una escala por sorpresa en Irak en su camino hacia una cumbre con l¨ªderes israel¨ªes y palestinos.
El voto del Senado era procedimental: no se votaba la moci¨®n en s¨ª sino la posibilidad de someterla a debate y culminar despu¨¦s esas sesiones con una votaci¨®n sobre el texto. La redacci¨®n era id¨¦ntica a la que aprob¨® el viernes la C¨¢mara de Representantes, con una condena expl¨ªcita a la decisi¨®n del presidente George W. Bush de ampliar el despliegue en Irak con m¨¢s de 21.500 soldados, muchos de ellos desplazados ya a esa zona de combate.
Los planes de los dem¨®cratas en el Senado fracasaron de nuevo por su negativa a aceptar la tramitaci¨®n de una propuesta alternativa de los republicanos para someter tambi¨¦n a debate una moci¨®n que garantice expresamente el apoyo financiero a las operaciones militares en Irak. La mayor¨ªa dem¨®crata no quer¨ªa enfrentarse a la posibilidad de que esa propuesta prosperase porque no quiere cortapisas a la hora de revisar en el futuro los presupuestos de la guerra. Aunque los republicanos juegan la carta patri¨®tica -acusan a los dem¨®cratas de abandonar a los soldados con recortes presupuestarios- los dem¨®cratas aseguran que su intenci¨®n no es reducir el dinero que sirve para la protecci¨®n de las tropas sino el que se emplea para aumentar el despliegue o el que se malgasta en la reconstrucci¨®n.
La derrota vino con un regalo para los dem¨®cratas: siete republicanos votaron con ellos. En la ocasi¨®n anterior, s¨®lo dos republicanos hab¨ªan votado a favor de censurar a Bush, lo que sugiere una inquietud cada vez mayor en este partido. Sus senadores est¨¢n sometidos a un conflicto en el que algunos de ellos se juegan la reelecci¨®n en sus Estados: han de escoger entre apoyar inasequiblemente al presidente o escuchar a sus electores en contra del nuevo despliegue. El resultado tan ajustado permiti¨® a los dem¨®cratas prometer que resucitar¨¢n la tramitaci¨®n de esta resoluci¨®n cuando se inicien las sesiones tras una semana de vacaciones.
Es dif¨ªcil encontrar una explicaci¨®n pol¨ªtica que justificara la sesi¨®n del Senado, que s¨®lo en ocasiones excepcionales se re¨²ne en s¨¢bado y que ayer, adem¨¢s, coincid¨ªa con el comienzo del puente del D¨ªa del Presidente. El l¨ªder dem¨®crata, Harry Reid, justific¨® la convocatoria de esta manera: "Los estadounidenses merecen saber si sus senadores apoyan el plan del presidente de profundizar nuestra implicaci¨®n en Irak o si est¨¢n de acuerdo con la abrumadora mayor¨ªa de los electores que se oponen a esta escalada", dijo Reid. El 70% de los estadounidenses se opone al aumento del despliegue.
En eso se convirti¨® la sesi¨®n: en un pronunciamiento p¨²blico de cada senador al comienzo de una legislatura profundamente marcada por connotaciones electorales. Los cuatro senadores dem¨®cratas que ya aspiran a la nominaci¨®n presidencial (Hillary Clinton, Barak Obama, Chris Dodd y Joe Biden) suspendieron sus agendas para estar en Washington y votar contra Bush. En cambio, uno de sus hipot¨¦ticos contrincantes republicanos, el senador John McCain, no asisti¨® a la votaci¨®n porque era, en su opini¨®n, "un ejercicio pol¨ªtico partidista y sin sentido". Varios senadores republicanos que marchaban de viaje a Irak no lo suspendieron; los dem¨®cratas que deb¨ªan viajar con ellos se quedaron en Washington para poder votar.
Mientras tanto, la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, modific¨® su trayecto de camino hacia la cumbre con l¨ªderes israel¨ªes y palestino para reunirse en Bagdad con los responsables del Gobierno iraqu¨ª. Rice, seg¨²n su portavoz, quer¨ªa informaci¨®n directa sobre los esfuerzos de ese Gobierno contra la violencia en la capital, una de las exigencias del presidente Bush al anunciar hace semanas la ampliaci¨®n del despliegue.
Rice alab¨® el comportamiento de ese Gobierno, dijo que era muy pronto todav¨ªa para saber si funciona el nuevo plan contra la violencia en Bagdad pero habl¨® de "un nuevo optimismo y una nueva esperanza".
Aunque Bush se ha mostrado contrariado por los debates en la C¨¢mara y el Senado, Rice s¨ª reconoci¨® en Irak el peso pol¨ªtico de la moci¨®n debatida por mucho que no sea vinculante: "Algunos de los debates en Washington son en realidad una indicaci¨®n la preocupaci¨®n de muchos estadounidenses sobre las posibilidades de ¨¦xito si el Gobierno iraqu¨ª no hace lo que ha dicho que har¨¢", dijo en Bagdad.
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