"La revoluci¨®n no se ha alimentado de la cr¨ªtica"
Senel Paz, nacido en 1950, es uno de los grandes escritores cubanos contempor¨¢neos. Autor de la novela 'El rey en el jard¨ªn' y la premiada dramaturgia 'Mentiras adorables', se meti¨® en el cine, con 'Fresa y chocolate', de la mano de su amigo Tom¨¢s Guti¨¦rrez, que ten¨ªa medios pero no una historia que llevar a la gran pantalla. Ahora reaparece con 'En el cielo con diamantes', una novela sobre la iniciaci¨®n sexual de dos adolescentes en La Habana posrevolucionaria.
"El cubano tiene una relaci¨®n con el sexo menos compleja. Es un pueblo extravertido y no tiene el peso de la religi¨®n cat¨®lica"
"En Cuba, m¨¢s all¨¢ de todos los problemas, el acto creador conserva una gravedad y una densidad que lo hacen salvable"
Ten¨ªa ocho a?os cuando triunf¨® la revoluci¨®n de Fidel Castro. A los 16, Senel Paz becado por el Gobierno cubano, dej¨® el campo y poco despu¨¦s se licenci¨® en periodismo en la Universidad de La Habana. Cuando consigui¨® un premio de narrativa por El ni?o aquel, su primer libro de relatos, abandon¨® el oficio. Desde entonces se dedica a la literatura. Basado en su relato El lobo, el bosque y el hombre nuevo, realiz¨® el gui¨®n de la pel¨ªcula de Tom¨¢s Guti¨¦rrez Alea Fresa y chocolate, todo un referente del actual cine cubano. La pr¨®xima semana viajar¨¢ a Espa?a para presentar En el cielo con diamantes (Bruguera), una novela entre El Decamer¨®n y Las mil y una noches, en la que narra la iniciaci¨®n sexual de dos adolescentes en La Habana posrevolucionaria. Un fresco espl¨¦ndido de la vida en Cuba en los a?os sesenta, en la que el humor y la imaginer¨ªa popular cubana colorean un erotismo desbordado, desinhibido y desternillante.
Pregunta. Resulta sorprendente que en pleno Caribe la iniciaci¨®n a la sexualidad de muchos j¨®venes sea con las chivas.
Respuesta. Hay que recordar que cuando triunf¨® la revoluci¨®n los prost¨ªbulos desaparecieron en Cuba y claro, los muchachos no sab¨ªan qu¨¦ hacer y se beneficiaron las chivas. En el campo eso tiene una normalidad, se hace colectivamente y es un juego y una especie de iniciaci¨®n. En mi novela este hecho encaja muy bien con Arnaldo, uno de los personajes, cosa que nunca har¨ªa su amigo David.
P. ?Estos personajes son dos caras de una misma moneda?
R. David tiene una interacci¨®n conmigo, es en cierto modo autobiogr¨¢fico, y Arnaldo es un resumen de personajes. Mi experiencia posterior al estudiar en La Habana fue estar atento a otro lenguaje con palabras m¨¢s groseras, pero tambi¨¦n con humor.
P. ?El humor y el desenfado de los lances amorosos tiene que ver con una forma de vivir el sexo diferente del resto del mundo?
R. Hay un poco de mito en eso. Creo que el cubano tiene una relaci¨®n con el sexo menos compleja e intelectual. Es un pueblo extravertido y no tiene el peso de la religi¨®n cat¨®lica y s¨ª la influencia de la afrocubana, mucho m¨¢s libre.
P. ?De cero a cien qu¨¦ lugar ocupar¨ªa el sexo en la vida del cubano?
R. Yo dir¨ªa que cien. Es como los aparatos el¨¦ctricos, que el piloto siempre lo tienen encendido. Si una muchacha atraviesa una puerta, todos est¨¢n pensando c¨®mo ser¨¢, si est¨¢ delgada, ad¨®nde ir¨¢... Es una relaci¨®n festiva, menos dramatizada. Ocurre tambi¨¦n con la homosexualidad, tan problem¨¢tica en el pa¨ªs en el plano institucional. Sin embargo, la gente la acepta con naturalidad.
P. ?La revoluci¨®n limit¨® la sexualidad?
R. Hay aspectos contradictorios. La liberaci¨®n de la mujer implicaba en esa utop¨ªa la eliminaci¨®n de la prostituci¨®n y est¨¢ penada constitucionalmente. En mi novela queda reflejado que en el plano pr¨¢ctico se hizo dif¨ªcil hacer el amor. Pero en los a?os sesenta, etapa que describo, coincide tambi¨¦n la liberaci¨®n de la sexualidad en el mundo, que lleg¨® a Cuba.
P. ?Cu¨¢l era el horizonte al establecer relaciones de pareja?
R. Con la revoluci¨®n, los j¨®venes sal¨ªan a estudiar fuera de sus pueblos muy temprano y el concepto de familia se pierde tambi¨¦n por eso. Yo sal¨ª de mi casa a los 16 a?os y nunca m¨¢s regres¨¦. Las relaciones de pareja en ese momento se viv¨ªan con un sentido de liberaci¨®n. Luego vienen las cosas pr¨¢cticas como la vivienda y la pobreza de la vida que impiden que esa liberaci¨®n se desarrolle. Creo que se mantuvieron los mismos prejuicios tradicionales como, por ejemplo, el machismo. La mujer tiene menos posibilidades de acceso a los puestos importantes y es la que m¨¢s ha sufrido la dificultad y las carencias que tenemos.
P. ?Cu¨¢l es su posici¨®n respecto al desencanto de la revoluci¨®n?
R. Soy muy positivo y creo mucho en el trabajo, no soy adicto al desencanto. Pienso que el enemigo del socialismo en Europa no fue el imperialismo, sino los propios socialistas. Tit¨®n Guti¨¦rrez Alea dec¨ªa que el gui¨®n del socialismo est¨¢ muy bien pero que el problema es la puesta en escena. Una de las cosas peores que nos ha pasado es estar fuera de la normalidad y que nuestra sociedad se ha cerrado a la cr¨ªtica sobre s¨ª misma. La revoluci¨®n no se ha alimentado de la duda, de la cr¨ªtica y de la inconformidad. Se ha dedicado m¨¢s a reafirmarse y a sobrevivir que a vivir.
P. ?En lo personal, qu¨¦ le debe a la revoluci¨®n?
R. Me he beneficiado de las oportunidades generales, y a partir de un punto lo dem¨¢s ha dependido de m¨ª. Yo procedo de una familia sumamente pobre y sin instrucci¨®n, fui el primero en ir a la universidad y me convert¨ª en el maestro de mi madre, mis abuelos eran analfabetos. No he sido favorecido en ning¨²n otro sentido. No estoy desencantado. Aqu¨ª ha habido muchas ideas y proyectos inteligentes, hay un gran talento en este pa¨ªs y el problema ha estado en la manera demasiado tensa de andar. Hemos querido hacer el socialismo pero con piedras en las rodillas.
P. El gran reproche a la revoluci¨®n es la falta de libertad.
R. Hay desencanto porque llevamos mucho tiempo, la vida de la gente es corta, y muchos logros est¨¢n m¨¢s en el plano abstracto que concreto. En mi caso creo que lo que corresponde a este proyecto es la libertad, y las torpezas y desviaciones han ido en contra de ella. Yo me he sentido siempre libre como creador y creo que no he hecho ning¨²n tipo de concesi¨®n. Me he cre¨ªdo el cuento de que uno vive con libertad. En Cuba m¨¢s all¨¢ de todos los problemas, el acto creador conserva una gravedad y una densidad que lo hace salvable.
P. En un momento usted fue considerado un disidente.
R. Nunca me he propuesto hacer una literatura para criticar nada, pero mi relaci¨®n con la realidad implica entrar en una zona de cr¨ªtica a la realidad que vivo. Creo que la revoluci¨®n o sus autoridades identificaron en un momento cr¨ªtica con disidencia, como si la cr¨ªtica no formara parte de la revoluci¨®n y s¨®lo cupiera la reafirmaci¨®n permanente. No soy un disidente en el t¨¦rmino pol¨ªtico porque no he avanzado nunca por ese camino, pero he reflexionado sobre la vida y la sociedad y siempre he pensado que criticar, dudar, disentir, forman parte de una participaci¨®n positiva y no lo contrario.
P. Fresa y chocolate supuso su incursi¨®n en el cine ?Descubri¨® una nueva pasi¨®n?
R. Me acerqu¨¦ al cine sin intenci¨®n, por ayudar a un compa?ero que ten¨ªa medios para hacer una pel¨ªcula y no ten¨ªa una historia. Nunca pens¨¦ en ser guionista. Lo que me atrapa del cine es la posibilidad de narrar. Mi literatura es introspectiva y en principio no ser¨ªa cinematogr¨¢fica, pero con el cine descubro el di¨¢logo. Fue una sorpresa y una satisfacci¨®n.
P. ?No cree que el cine cubano se ha convertido en un poco t¨®pico?
R. S¨ª. Mucha gente cree y yo tambi¨¦n que han influido las coproducciones. Era m¨¢s cubano cuando lo hac¨ªamos s¨®lo nosotros, luchando con la censura. Era un cine con m¨¢s fuerza, autenticidad y mucho m¨¢s metido en los problemas. Ahora es un cine que busca ser vendido y ser aceptado.
P. ?Cu¨¢les son sus autores cubanos de referencia?
R. Muchos, siento un orgullo y un gran sentido de alegre pertenencia a la literatura cubana. Los autores a los que admiro son Lezama Lima y Cabrera Infante. A pesar de todos los avatares, la literatura cubana ha salido vencedora, no se ha degenerado, no se ha prostituido y ha crecido, es el dep¨®sito del alma cubana. Se me nota mi admiraci¨®n por Cabrera Infante, cuyas ideas pol¨ªticas ni segu¨ª ni me llamaban la atenci¨®n, porque es uno de los escritores que mejor o¨ªdo tuvo en la atenci¨®n al habla popular cubana, sobre todo, al habla habanera, pero me molesta que los juicios sobre ¨¦l se detengan ah¨ª porque su obra tiene un sentido de profundidad que va mucho m¨¢s all¨¢ del lenguaje.
P. ?En relaci¨®n con la salud actual de Fidel Castro, c¨®mo ve el futuro de Cuba?
R. Creo o no s¨¦ si lo confundo con un deseo, que nuestro pa¨ªs va a entrar en un momento de reflexi¨®n sobre su experiencia acumulada y de una busca m¨¢s cr¨ªtica, desprejuiciada y abierta de c¨®mo seguir adelante. Tiene que rescatar y salvar, sobre todo en el campo espiritual, luces que siguen estando delante y que creo que son las correctas. Ser¨ªa una cat¨¢strofe desde el punto de vista internacional que lo que significa Cuba para el imaginario colectivo latinoamericano llegue a una frustraci¨®n.

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