De la revancha
Hay que considerar buena noticia el hecho de que la pasada semana no se produjera una declaraci¨®n de guerra entre Italia y Croacia. No habr¨¢ combates en el Adri¨¢tico, y la frontera com¨²n que Italia tuvo con Yugoslavia, duramente negociada hasta el tratado de ?simo en 1975, hoy es mero l¨ªmite interno de la UE entre italianos y eslovenos. Pero quienes siguieran el virulento intercambio de acusaciones entre Zagreb y Roma, tras la pol¨¦mica entre sus jefes de Estado, convendr¨¢n en que el vocabulario recordaba al utilizado en proleg¨®menos b¨¦licos de la primera mitad del siglo XX. Dos ex comunistas, los presidentes de Italia, Giorgio Napolitano, y de Croacia, Stipe Music, se vieron enfrentados en violenta reyerta verbal a causa del pasado com¨²n y generaron un espectacular incidente diplom¨¢tico. De "racismo" y "revanchismo" se habl¨®, de "furia sanguinaria", de "expansionismo", de "limpieza ¨¦tnica", de "barbarie" y "excesos nacionalistas".
La cosa tendr¨ªa gracia si no fuera s¨ªntoma de una de las peores miserias pol¨ªticas europeas cuya creciente utilizaci¨®n debiera alarmar a todos. Y disuadir a tantos que juegan con la historia, la memoria y los sentimientos del pasado para su instrumentaci¨®n en el presente y la imposici¨®n de ambiciones m¨¢s o menos confesables en el futuro en su pol¨ªtica interna o externa. Desde la agitaci¨®n antialemana que utilizan los hermanos Lech y Jaroslaw Kaczynski para gobernar Polonia, a la liquidaci¨®n de monumentos sovi¨¦ticos en los pa¨ªses b¨¢lticos, cada vez son m¨¢s los l¨ªderes europeos que recurren a inventar enemigos presentes o pasados internos o externos. S¨®lo recuerdan a los muertos que consideran propios, cuando el reconocimiento de las v¨ªctimas de los bandos ajenos es precondici¨®n para el entendimiento honesto del pasado.
Parad¨®jicamente, el origen de este conflicto est¨¢ en una intervenci¨®n de buena fe y de valent¨ªa de Napolitano que ha hecho revisionismo en el mejor sentido, revisando sus prejuicios con mirada limpia hacia la historia. Gran gesto. Honr¨® a los asesinados por su bando y en nombre de su ideolog¨ªa, como Willy Brandt honr¨® en Varsovia a los liquidados en nombre de Alemania. Fue el 10 de febrero, en un acto en memoria de miles de v¨ªctimas en las regiones de Istria y Dalmacia al final de la guerra. Al recordar estas matanzas Napolitano romp¨ªa una larga "conspiraci¨®n del silencio", dijo, que los comunistas italianos impusieron en la posguerra. El silencio en torno a los cr¨ªmenes del comunismo en Yugoslavia -y en todo el continente- se mantuvo d¨¦cadas bajo la hegemon¨ªa cultural de la izquierda en Italia y Francia. Mientras all¨ª se ha roto, en Espa?a, bajo nacionalismo y neoizquierdismo, se impone con gran potencial intimidatorio.
Seg¨²n la l¨®gica rota y denunciada ahora por Napolitano, quienes recordaran o denunciaran a las miles de v¨ªctimas de los partisanos en Istria y Dalmacia eran autom¨¢ticamente acusados de "fascistas". Como quien recordaba a las decenas de miles de alemanes asesinados y los millones de deportados tras la guerra eran "revisionistas nazis", un recurso por cierto en el que coinciden los gemelos Kaczynski con los desaparecidos reg¨ªmenes comunistas. Tambi¨¦n act¨²an as¨ª los adalides de la llamada "democracia avanzada" que se dicen de nuevas generaciones para reclamar como propios bandos y bander¨ªas de los abuelos que dividieron y enfrentaron a sus pueblos. Mesic cay¨® en la ret¨®rica nacionalcomunista y acus¨® a Napolitano poco menos que de veleidades fascistas. Ha recuperado el sentido com¨²n y se ha disculpado. No s¨®lo sabe Music que el fascismo italiano en los Balcanes era la moderaci¨®n uniformada comparada con el Estado croata ustasha. Tambi¨¦n debiera ser ya consciente de que la intervenci¨®n de Napolitano fue un gran gesto de honestidad con el que el viejo comunista "revis¨®" su visi¨®n de la historia. Un gran gesto que tanto bien le har¨ªa a Europa si proliferara.
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