La investigaci¨®n de los biocombustibles 'exprime' los residuos vegetales
Se coge un residuo vegetal, se le extraen primero las sustancias valiosas que a¨²n contenga, como las vitaminas o los antioxidantes, y luego se transforma el resto en biocombustible para los veh¨ªculos. El creciente inter¨¦s por la bioenerg¨ªa ha abierto nuevos campos de investigaci¨®n para exprimir al m¨¢ximo los desechos vegetales y los cultivos agr¨ªcolas. ?sta es una l¨ªnea de trabajo del Centro Nacional de Energ¨ªas Renovables (Cener), que recientemente organiz¨® en Pamplona la Conferencia Internacional Bio South sobre el aprovechamiento de la biomasa forestal.
Cerca de 140.000 toneladas de CO2 se dejar¨ªan de emitir al a?o si adem¨¢s de los residuos agroalimentarios y los cultivos agr¨ªcolas, Navarra comenzase tambi¨¦n a aprovechar el potencial energ¨¦tico de sus bosques, en un an¨¢lisis extrapolable a muchas otras zonas del pa¨ªs. Los resultados del proyecto europeo Bio South, que ha sido liderado por el Cener y ha contado con la participaci¨®n de expertos de seis pa¨ªses diferentes, concluyen que con los restos de ramas o entresacas de ¨¢rboles de las masas forestales de esta Comunidad se podr¨ªa cubrir cerca del 1,53% de todo su consumo de energ¨ªa primaria.
En el caso de la doble valorizaci¨®n o reutilizaci¨®n de los residuos, se trata de un proyecto en colaboraci¨®n con el Centro Nacional de Tecnolog¨ªa y Seguridad Alimentaria (CNTA) para evaluar las posibilidades de recuperaci¨®n de los desechos de la industria conservera y alimentaria de Navarra, como son los restos de zanahorias, guisantes, alcachofas, pimientos... Como detalla In¨¦s Echeverr¨ªa, directora del departamento de Biomasa del Cener, el primer paso consiste en separar de estos residuos las sustancias de mayor inter¨¦s farmac¨¦utico o alimenticio por medio de t¨¦cnicas de extracci¨®n como la microfiltraci¨®n o el empleo de fluidos supercr¨ªticos, consistente en usar CO
2 gasificado por encima de su punto cr¨ªtico, que tiene un alto poder de disoluci¨®n. "Queremos saber qu¨¦ productos de alto valor a?adido hay presentes en esos desechos, en qu¨¦ cantidad y si pueden servir para un proceso industrial", explica esta bi¨®loga. Tras esto, lo que queda de los restos de zanahorias o pimientos suele ser un material fibroso rico en az¨²cares que todav¨ªa puede reutilizarse de nuevo para fabricar bioetanol, a trav¨¦s de un proceso de fermentaci¨®n.
Para producir biocombustibles, ya sean l¨ªquidos (biodi¨¦sel y bioetanol) o s¨®lidos (huesos de aceituna, pellets...), se requiere rentabilidad econ¨®mica y un suministro continuo de residuos o cultivos agr¨ªcolas. Pero esto tampoco lo es todo. Como explica Echeverr¨ªa, el que se conviertan en verdaderas alternativas a los derivados del petr¨®leo depende tambi¨¦n de su balance ambiental, pues no se habr¨¢ avanzado demasiado si la materia prima debe traerse desde largas distancias o si se deforestan otros lugares. "La sostenibilidad es un par¨¢metro cr¨ªtico porque no se trata de desarrollar la biomasa a cualquier precio", se?ala Echeverr¨ªa, quien incide justamente en la necesidad de investigar para optimizar al m¨¢ximo todos estos procesos. En concreto, el Cener desarrolla otro proyecto promovido por Acciona Biocombustibles, en colaboraci¨®n esta vez con el Instituto T¨¦cnico de Gesti¨®n Agraria (ITGA), en el que cultiva diversas parcelas experimentales en Navarra para estudiar c¨®mo mejorar el rendimiento de plantas oleaginosas como la brassica, el crambe o la sinapis. ?stas son variedades de la familia de las cruc¨ªferas, como lo son tambi¨¦n la coliflor o el repollo, que en principio resultan interesantes para producir biodi¨¦sel por tener semillas de alto contenido en aceites y no competir en el mercado alimentario. Est¨¢n ya adaptadas al clima mediterr¨¢neo, pero no as¨ª a su cultivo intensivo.
Cuando m¨¢s se aprovechen y expriman los cultivos o los residuos, explica la directora del departamento de Biomasa, mejor ser¨¢ tambi¨¦n el balance energ¨¦tico y ambiental de los biocombustibles. De hecho, est¨¢ previsto que, entre los a?os 2010 y 2015, empiece a comercializarse una segunda generaci¨®n de biocombustibles mucho m¨¢s eficientes. "Lo ser¨¢n porque se podr¨¢n fabricar con productos residuales, como los materiales lignocelul¨®sicos", especifica Echeverr¨ªa. Esto significa que para fabricar estos biocombustibles no s¨®lo se utilizar¨¢n los granos y las semillas de las plantas, las partes m¨¢s ricas en aceites o az¨²cares, sino que tambi¨¦n se podr¨¢n aprovechar todos los tallos y las hojas ahora descartados, o incluso los restos forestales. En el caso de las emisiones de efecto invernadero se estima que los biocombustibles actuales reducen entre un 50% y un 60% las emisiones de CO2 equivalente en comparaci¨®n con los derivados del petr¨®leo. Pero se prev¨¦ que los de segunda generaci¨®n llegar¨¢n al 90%.
Por otro lado, el departamento de Echeverr¨ªa no s¨®lo eval¨²a los posibles recursos de la biomasa sino que tambi¨¦n investiga la mejora de las propiedades funcionales de los biocarburantes derivados. Los motores que utilizan biodi¨¦sel pueden fallar a veces en el arranque en condiciones de bajas temperaturas, ya que el punto de congelaci¨®n de este biocarburante es m¨¢s alto que el del gas¨®leo convencional. Adem¨¢s, el incremento de la demanda de la colza con la que se fabricaba habitualmente el biodi¨¦sel ha obligado a probar otras mezclas y aceites que agravan este inconveniente. Por ello, el Cener estudia nuevas mezclas y aditivos que garanticen un buen comportamiento con variedades agr¨ªcolas a precios m¨¢s competitivos, como la soja o la palma. De forma similar, tambi¨¦n se investigan otros aditivos para mejorar la conservaci¨®n de los biocombustibles y evitar el enranciamiento oxidativo o la lip¨®lisis, que puede generar dep¨®sitos en el motor.
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