Pu?etazos en la conciencia
El Teatro Espa?ol estrena 'Un ligero malestar'y 'La ¨²ltima copa', del Nobel Harold Pinter
Son muchos los que sostienen que el premio Nobel Harold Pinter (Londres 1930) es el mayor cl¨¢sico vivo de la escena. A pesar de ello, no ha sido muy representado en Espa?a y s¨®lo aparece de manera espor¨¢dica en nuestros escenarios. Quiz¨¢ se deba a que Pinter, a pesar de su fina iron¨ªa y su delicioso humor, siempre termina propinando un pu?etazo en la conciencia de sus espectadores. Al menos, a los que la tienen. Ahora, el mazazo llega por duplicado ya que el Teatro Espa?ol de Madrid estren¨® el pasado mi¨¦rcoles en su sala peque?a un programa doble, que permanecer¨¢ hasta el 18 de marzo, con dos impactantes obras cortas del autor: Un ligero malestar (A slight ache), escrita en 1958 para la radio y llevada al teatro en 1961, y La ¨²ltima copa (One for the road), que en 1984 dirigi¨® el propio Pinter tras escribirla "r¨¢pidamente" al conocer las torturas a disidentes pol¨ªticos en Turqu¨ªa, y que no hace mucho (en 2001) protagoniz¨® el escritor, ya enfermo de c¨¢ncer.
Chema Mu?oz: "Son textos que sugieren, incomodan, rascan, te sacan de quicio"
Ahora se ofrecen juntas con Chema Mu?oz, Aitor Mazo y Cristina Samaniego en el reparto y el cineasta Alfonso Ungr¨ªa en la direcci¨®n, casi debutando en teatro, al que se acerc¨® en su juventud. "El lenguaje cinematogr¨¢fico y el teatral son un mismo oficio, s¨®lo utilizan t¨¦cnicas distintas, lo que importa es que haya verdad". "Por otra parte, en este espacio tan intimista se trabaja con un primer plano continuo", dice Ungr¨ªa, quien recuerda que la hilaz¨®n entre estas piezas es el miedo: "La primera aborda un estado de preguerra en el que se nos inocula el miedo a los otros, la paranoia, y aparece el comienzo de la represi¨®n; la segunda aborda directamente la tortura en un estado policial", se?ala, mientras Mu?oz a?ade: "Son textos que sugieren m¨¢s que explican, incomodan, rascan, te sacan de quicio y, sobre todo, interesan art¨ªstica, ideol¨®gica y pol¨ªticamente". Pero Pinter jam¨¢s es did¨¢ctico, asegura Ungr¨ªa, "despierta las conciencias, pero a trav¨¦s de las emociones". Aitor Mazo tiene claro que obras as¨ª "nos hacen ser mejores".
Un ligero malestar, dada a conocer en Espa?a hace tres d¨¦cadas por William Layton y Jos¨¦ Carlos Plaza, es una obra cercana al teatro del absurdo llena de aromas toporianos. De manera divertida e ir¨®nica, nos habla del miedo a los "diferentes", que hace que les veamos como enemigos potenciales. La ¨²ltima copa aborda sin tapujos el terrorismo de Estado. Pero, sobre todo, ambas nos ense?an que los detentadores del poder, sea ¨¦ste el que sea, si se les observa detenidamente, muestran casi imp¨²dicamente sus propias miserias y peque?eces y podemos verles como seres insignificantes.
Se puede hablar en las dos piezas de un Teatro de Urgencia, que por cierto denuncia algo que hoy es de terrible actualidad. Pero esa denuncia, ese teatro pol¨ªtico que tanto practic¨® el teatro independiente espa?ol en el franquismo, en manos de Pinter es de una altura est¨¦tica, po¨¦tica y literaria como s¨®lo se encuentra en los m¨¢s grandes.
La austera escenograf¨ªa de Gabriel Carrascal est¨¢ puesta al servicio del sobrio montaje que deja todo el peso de la funci¨®n sobre las espaldas de los actores. Chema Mu?oz (impresionante desnudo) y Aitor Mazo, impecables, solventes y cre¨ªbles, como en tantos otros trabajos suyos. M¨¢s sorprendente es Cristina Samaniego, a la que no se ha visto mucho por los escenarios espa?oles, y observ¨¢ndola aqu¨ª no se termina de comprender por qu¨¦. Es una notable actriz.
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