La pasarela de luz veneciana
Cuando los venecianos despierten la madrugada del primer fin de semana de marzo encontrar¨¢n un nuevo puente sobre el Gran Canal, el cuarto, obra del arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava. Se convertir¨¢ en el primer gui?o importante de arquitectura contempor¨¢nea en Venecia, dejando atr¨¢s diez a?os de pol¨¦mica. Algunos lo consideran in¨²til y demasiado costoso; otros, una obra de arte fundamental que conectar¨¢ la estaci¨®n del tren con la de autobuses.
Calatrava ha levantado puentes en otras ciudades, pero en una urbe como Venecia tiene especial relevancia
El puente de Santiago Calatrava (Benimamet, Valencia, 1951) es una estructura en acero de 470 toneladas y 94 metros de largo, que a primera vista recuerda el esqueleto de un dinosaurio. No deja de ser una criatura an¨®mala, pues por lo general debido a una cuesti¨®n est¨¢tica los puentes nacen anchos y se acortan en el centro. Pero en este caso funciona otra l¨®gica: parte con una estrechez de tres metros y luego se ensancha hasta llegar a los nueve metros. "Ha sido creado para el deleite de los usuarios que pueden detenerse en el centro a admirar el panorama sin obstaculizar el tr¨¢fico humano. Es el puente placer, ideado con mucha l¨®gica. La forma es estupenda. Es una simbiosis entre arquitectura y escultura. Es un puente extraordinario, una obra de arte genial con un mensaje universal. Detr¨¢s de ¨¦l se esconde el genio humano que va m¨¢s all¨¢ de la funcionalidad". Palabras del ingeniero Salvatore Vento, responsable de la ejecuci¨®n del proyecto.
En Venecia el agua se convierte en luz. Una luz que cambia conforme pasan las horas: la neblina ma?anera, el cielo azul l¨ªmpido del mediod¨ªa, el tramonto o la oscuridad nocturna cambian la percepci¨®n de los colores, de las fachadas de iglesias y palacios. La luz es un elemento clave en la nueva obra de Calatrava. De noche el puente resaltar¨¢ toda su belleza e ingenio, gracias a unas potentes luces fluorescentes que partir¨¢n del pasamanos en bronce y, en cascada cortar¨¢n el pretil de cristal hasta llegar a la parte baja. Otras luces, desde abajo, iluminar¨¢n las gradas, de vidrio y piedra natural de Istria, creando un sendero luminoso. "Ser¨¢ una pasarela de luz". As¨ª ha resumido el arquitecto valenciano la obra. "De noche ser¨¢ espectacular. El sistema de iluminaci¨®n evidencia las articulaciones de este enorme esqueleto. La luz resalta sus formas y evidencia la vida de la estructura y arquitectura del puente. La luz es un veh¨ªculo de vida que resalta elementos que son parte de Venecia: el hierro, la piedra y el vidrio. Seguramente el juego de la luz y los materiales reflejados en el agua ser¨¢ bell¨ªsimo", pronostica Vento.
Calatrava ha levantado puentes en el Guadalquivir y en el T¨¢mesis, pero en una urbe tan particular adquiere especial relevancia y quiz¨¢ por ello desde sus or¨ªgenes ha despertado tantas cr¨ªticas. Es sin duda el primer gui?o de arquitectura contempor¨¢nea en la antigua Venecia, que compartir¨¢ escenario con el puente de Rialto, creado en el Cinquecento y s¨ªmbolo de la ciudad, el de la Academia, en 1933, y el de la estaci¨®n del ferrocarril, en 1846.
En el pasado otros arquitectos
de fama intentaron sin ¨¦xito alguno edificar en Venecia. Le Corbusier present¨® una propuesta para un nuevo hospital, pero se hundi¨® en la pol¨¦mica. La misma suerte corri¨® el proyecto del Palacio de Congresos en el Arsenal proyectado por Kahn. "En Venecia es dificil¨ªsimo superar todos los obst¨¢culos pol¨ªticos y culturales necesarios para realizar una obra de arquitectura contempor¨¢nea", comenta el primer defensor de Calatrava, el alcalde de la ciudad, Massimo Cacciari, fil¨®sofo de centro izquierda. Hace 10 a?os, bajo una anterior Administraci¨®n de Cacciari, se comenz¨® a barajar la posibilidad de crear un cuarto puente sobre la principal v¨ªa de tr¨¢fico veneciana. El proyecto fue aprobado en 1988, las obras arrancaron en 2001 y deber¨ªan haber concluido en 2004, pero en el camino han surgido una serie de imprevistos. "El puente lo han desarrollado empresas que no estaban a la altura de un proyecto tan delicado y han trabajado con gran lentitud", lamenta Cacciari.
Las cr¨ªticas de ayer son las mismas de hoy. El puente nace para conectar la estaci¨®n de autobuses, conocida como Piazzale Roma, con la del tren, pues en ambas el tr¨¢fico humano es numeroso. Cada d¨ªa llegan a Venecia, en tren o en autobus, 65.000 personas, de ellas 35.000 son estudiantes y trabajadores, el resto son turistas. Sin embargo, existen ya dos l¨ªneas de vaporetto (lanchas para el transporte p¨²blico) que comunican Piazzale Roma con la ferrovia. El trayecto en vaporetto puede significar 15 minutos de viaje, mientras que cruzando el nuevo puente se necesitar¨¢n seis. Entonces, ?qu¨¦ sentido tiene destinar 6,5 millones de euros en una obra que no es prioritaria? Tal pregunta la ha sostenido siempre la oposici¨®n pol¨ªtica, que en primer plano focaliza la urgencia de frenar la hemorragia de residentes que no pueden darse el lujo de comprar una casa y por ello abandonan la ciudad. El futuro es poco halagador: en 2010, el centro hist¨®rico de Venecia tendr¨¢ menos de 60.000 habitantes, con una media de edad muy alta. En 1951, los residentes eran 175.000.
La discusi¨®n se ha centrado en la utilidad del puente, nadie ha rebatido su solidez arquitect¨®nica y estructural, pero Carlo Magnani, rector de la Universidad de Arquitectura de Venecia, tiene una queja. "Calatrava ha dise?ado una estructura elegante y limpia. El puente de Calatrava es s¨®lo un puente, mientras los ya existentes en el Gran Canal han desempe?ado un cometido urbano muy importante, pues nacieron en un momento clave en la historia de la ciudad. El de Calatrava deber¨ªa formar parte de un dise?o general completo de transformaci¨®n urbana entre la estaci¨®n de autobuses y la del tren, que a¨²n nadie conoce".
Una d¨¦cada de debate alrededor del nuevo puente sobre el Gran Canal podr¨ªa no significar mucho tiempo si se piensa que para construir el de Rialto la discusi¨®n abarc¨® 30 a?os. "El proyecto de Santiago fue aprobado hace 10 a?os, es in¨²til continuar con la pol¨¦mica. Es una obra cultural, bell¨ªsima y coherente con el ambiente veneciano. La arquitectura de la ciudad es absolutamente contrastante, no se puede imaginar una arquitectura m¨¢s diversa, pero la gente es ignorante y no se entera, no entiende lo que ve porque la atm¨®sfera, los canales, el agua y otros sentimentalismos que no tienen nada que ver con la arquitectura unen muy bien todo. La gran arquitectura se adapta en Venecia, las porquer¨ªas, no", enfatiza Cacciari.
Como un dinosaurio adormecido, la enorme estructura de acero espera el anochecer del primer fin de marzo para su lento y delicado viaje por el Gran Canal. Las v¨¦rtebras del gigantesco animal han sido ensambladas en Puerto Marghera, a pocos kil¨®metros de su destino final. Pero el transporte se efectuar¨¢ en dos etapas. En la primera, los dos extremos del puente, cuyo peso es de 200 toneladas, viajar¨¢n sobre una embarcaci¨®n que pasar¨¢ s¨®lo un metro por debajo del puente de Rialto. Dos semanas m¨¢s tarde tocar¨¢ el turno de la parte central, que pesa 270 toneladas y mide 60 metros. El delicado viaje ha sido calculado mil¨ªmetro a mil¨ªmetro. No vaya a ser que, como dicen los m¨¢s pesimistas, Venecia amanezca con un puente menos. Una vez en su sitio, toda la estructura ser¨¢ soldada. El pr¨®ximo oto?o, cuando las gradas en vidrio y el sistema de iluminaci¨®n hayan sido completados, la nueva pasarela de luz se reflejar¨¢ en el agua de la vieja urbe.

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