El Mustang y sus amigos
Retrom¨®vil aglutina centenares de coches y motocicletas de ¨¦poca y congrega a aficionados en busca de piezas
?Qu¨¦ dir¨ªa de una persona que es due?a de siete coches? ?Y si son tres Ford Capri, dos Seat 124 y un Seat 600? ?Es un coleccionista? "No, s¨®lo soy un aficionado", asegura Alberto. R¨ªe al decirlo, como si no fuera la primera vez que tiene que explicar que su afici¨®n a los coches de ¨¦poca no es tan rara. Seg¨²n dice, hay quien guarda muchos m¨¢s veh¨ªculos como si fueran su tesoro. "Conozco un se?or que tiene 70 autom¨®viles antiguos", cuenta. Son tantos que, para evitar su deterioro, les ha dise?ado un horario de trabajo especial. Cada d¨ªa pone en marcha 10 y los deja al ralent¨ª. "As¨ª se calientan, las piezas no se estropean y las gomas no se cuartean", explica.
Como Alberto, hay mucha gente enamorada de los coches que acude a Retrom¨®vil, el Sal¨®n Internacional del Autom¨®vil de ?poca, Cl¨¢sico y Deportivo (www.retromovil.com), que se celebra desde ayer y hasta ma?ana (de 10.00 a 20.00) en el Recinto Ferial de la Casa de Campo y que llega a su duod¨¦cima edici¨®n, despu¨¦s de convocar a 60.000 asistentes el a?o pasado. Por 10 euros, los visitantes pueden admirar autom¨®viles y motocicletas de todas las ¨¦pocas, gustos y precios. Hay Rolls Royce de los a?os cincuenta y Cadillacs de la misma d¨¦cada. Tambi¨¦n Ferraris, incluido el monoplaza 641 F1 con el que el piloto franc¨¦s cuatro veces campe¨®n del mundo Alain Prost corri¨® en la temporada 1990-1991. Y muchos m¨¢s. Mercedes, Citro?n, Ford, Seat 600, Renault 5... Incluso un cami¨®n de bomberos American LaFrance de 1926, usado en Nueva Jersey (EE UU), y un veh¨ªculo militar oruga brit¨¢nico que particip¨® en la primera guerra del Golfo. La lista es larga.
V¨ªctor es otro de los que habla con pasi¨®n. ?l tiene un Seat 1200, un bocanegra. El mote le viene por el parachoques de color negro. "El m¨ªo, de 1976, est¨¢ tal cual sali¨® de la f¨¢brica de Martorell, sin ning¨²n a?adido. Ni siquiera tiene radio", explica orgulloso. En Retrom¨®vil ha encontrado un pulsador de la bocina, el que va colocado en mitad del volante, para sustituir el suyo, estropeado en una esquina.
Muchas miradas se dirigen hacia un Ford Mustang. El mismo modelo Shelby GT 500 que Nicolas Cage persigue obsesivamente en 60 segundos. Aqu¨¦l, llamado cari?osamente Eleanor por el protagonista, era de 1967. El de Retrom¨®vil es un a?o m¨¢s joven. El capricho cuesta 70.000 euros. M¨¢s maravillas. Un Mercedes Gullwing o de alas de gaviota, llamado as¨ª por la peculiar forma de sus puertas. Cuando ¨¦stas est¨¢n abiertas recuerdan a un ave en pleno vuelo. Fernando Moret es el responsable de su restauraci¨®n. "Se trabaja entre 1.000 y 2.000 horas por coche para dejarlo como nuevo", explica. Su afici¨®n es su trabajo. "Yo ofrezco garant¨ªa de un a?o y el compromiso de mantener el coche".
La mayor¨ªa son hombres, pero tambi¨¦n hay mujeres. Mariana observa con devoci¨®n un Rolls Royce Silver Cloud de 1959. El precio, "a consultar", dice el cartel. "Mi abuelo era aviador y mis hermanos grandes aficionados a los coches", explica. Mira su sue?o inalcanzable. "?Qu¨¦ m¨¢s quisiera que comprarlo!", reconoce.
En Retrom¨®vil concurren 300 expositores de m¨¢s de diez pa¨ªses. Vandenbergue Geert, belga de Wevelgem, es uno de ellos. ?D¨®nde encuentras las piezas para los coches antiguos? "?se es mi secreto, ?no te lo contar¨¦!", r¨ªe. Geert sabe que lo mejor es ocultar la receta de su negocio. Y sino... que se lo pregunten a Coca-Cola.
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