El silencio durmiente
MENDI GOIKOA, en el vizca¨ªno valle de Atxondo
El arco iris aparece siempre por el lado opuesto por donde asoma el sol. Al atardecer dibuja una p¨¦rgola sobre los flancos del valle de Atxondo, en el Duranguesado vizca¨ªno, que pone umbral a la fachada de dos caser¨ªos gemelos del siglo XVIII, Mendi Bekoa y Mendi Goikoa. El de arriba y el de abajo. O "donde el silencio se oye" y "donde el silencio duerme". Porque el silencio aqu¨ª se hace due?o absoluto de la vida, de d¨ªa y de noche, bajo el chirimiri de los montes.
Goikoa, de piedra rosa, entrada porticada y tejado a dos aguas, es como las posadas de antes. Su interior permanece en una m¨¢gica semipenumbra, salvo el porche acristalado, que sirve de escenario a los desayunos, mirador privilegiado sobre un valle charol de horizontes espesos y soledad buc¨®lica, indemne todav¨ªa a la fiebre inmobiliaria. En las mesas, de madera maciza, el caf¨¦ humeante.
MENDI GOIKOA
6,5. Categor¨ªa: 3 estrellas. Barrio de San Juan, 33. Axpe, Atxondo (Vizcaya). Tel¨¦fono: 946 82 08 33. Fax: 946 82 11 36. Web: www.mendigoikoa.com. Instalaciones: jard¨ªn, salas de convenciones (150 personas), sal¨®n, restaurante, comedor de desayunos. Habitaciones: 1 individual, 11 dobles; con ba?o, calefacci¨®n y tel¨¦fono. Servicios: no hay facilidades para discapacitados, no admite animales. Precios: todo el a?o, 90 euros + 7% IVA; con desayuno. Tarjetas de cr¨¦dito: Eurocard, MasterCard, Visa, 6000. Cierra del 3 al 21 de diciembre y del 1 al 22 de enero.
Arquitectura ... 7
Decoraci¨®n ... 7
Estado de conservaci¨®n ... 5
Confortabilidad habitaciones ... 6
Aseos ... 4
Ambiente ... 7
Desayuno ... 8
Atenci¨®n ... 8
Tranquilidad ... 10
Instalaciones ... 5
El caser¨ªo inspira tranquilidad y gozo ganadero. Portones enanos, ventanucos, entramados de viguer¨ªa, ladrillo a?ejo a la vista... Visillos de encaje en los cristales, colchas con puntillas, blondas y volantes, tapetes hogare?os, s¨¢banas y toallas bordadas a mano... Una piedra de molino aqu¨ª, un arado en desuso all¨¢.
Una docena apretada de habitaciones se reparten las dos plantas y el bajo cubierta de la posada. Muy someras, pero preciosas. Apenas cabe la cama, un armario y una mesa camilla, pero el hueco a la vista del antiguo forjado les hace ganar a algunas volumen y cierto efectismo visual. L¨¢stima que por evitar el crujido de los suelos la moqueta adherida d¨¦ tanta impresi¨®n de suciedad. Tampoco el cuarto de ba?o resiste una inspecci¨®n ocular sobre la grifer¨ªa de bronce y los sanitarios, gastados por el uso. El agua de la ducha se filtra por las juntas. Ya toca reemplazar la mampara e incluso los colchones de la alcoba.
Claro que ning¨²n capricho hotelero puede sustituir la espiritualidad casariega de estos muros, ni el olor a chimenea encendida de estas estancias, ni las vistas que regalan sus ventanales abiertos al valle, bajo la silueta tot¨¦mica del monte Anboto. En especial desde la habitaci¨®n n¨²mero 4, la ¨²nica con balc¨®n, escenario de un inolvidable anuncio televisivo sobre los encantos de la vida en el campo.
ALREDEDORES
LO NATURAL en Axpe es el senderismo a los pies del monte Anboto y a lo largo del valle de Atxondo, cuna de la brujer¨ªa, donde se extiende el parque natural de Urkiola. Durango y Elorrio son las villas principales del valle. Adem¨¢s de poseer el mayor front¨®n de Euskadi, el Jai Alai de Ezkurdi, Durango conserva un notable casco viejo en torno al Ayuntamiento, del siglo XVI, y la iglesia g¨®tica de Santa Mar¨ªa. A unos 20 minutos se alcanza la costa, tachonada de villas marineras donde comer de post¨ªn: Deba, Ond¨¢rroa, Lekeitio, Bermeo, Getxo y... Bilbao.
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