El amigo Juan Carlos

"De Ibarra se puede esperar cualquier cosa y a cualquier hora", dice un socialista andaluz del presidente de la Junta de Extremadura, quien ha anunciado un recurso ante el Tribunal Constitucional contra el Estatuto andaluz. Y as¨ª es.

El socialista Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra estaba invitado el pasado mi¨¦rcoles a la presentaci¨®n de un libro de recetas de vigilia escrito por un se?or que es fraile en los Reales Alc¨¢zares de Sevilla. En la capital de Andaluc¨ªa, casi 48 horas despu¨¦s de la celebraci¨®n del refer¨¦ndum del Estatuto, con un PSOE andaluz aturdido por la baja participaci¨®n (36,28%) y cuando el Gobierno de Manuel Chaves se hab¨ªa propuesto pasar p¨¢gina r¨¢pidamente y desplegar una doble agenda de desarrollo estatutario -con el Guadalquivir en primer plano-, Rodr¨ªguez Ibarra anunci¨® el recurso contra la competencia de mayor carga simb¨®lica de todo el Estatuto: la gesti¨®n por parte de la comunidad aut¨®noma de las aguas andaluzas del Guadalquivir.

"Chaves ha tenido en el partido siempre un papel conciliador, y eso Ibarra no lo asume"

Chaves ten¨ªa previsto asistir al acto, pero la suspensi¨®n del tren AVE, por la ca¨ªda de una viga en la l¨ªnea, le oblig¨® a tomar un avi¨®n a Madrid para asegurar su presencia en el homenaje que el PSOE rindi¨® al fallecido Alfonso Perales ese mismo d¨ªa.

Los socialistas andaluces est¨¢n muy enfadados con su compa?ero, aunque p¨²blicamente minimizan la situaci¨®n. Que lo hubiera anunciado alguien del Partido Popular lo hubieran podido entender, pero no de un presidente socialista. No porque carezca de legitimidad, que nadie niega, sino, sobre todo, por el momento y el lugar escogido, subrayan. Es como si el presidente de la Junta, Manuel Chaves, se hubiera ido a C¨¢ceres a darle una colleja pol¨ªtica sin previo aviso, sin hablarlo antes y en un momento dif¨ªcil para los socialistas extreme?os.

Chaves y Rodr¨ªguez Ibarra nunca han hablado entre ellos de la gesti¨®n del Guadalquivir en el Estatuto andaluz, seg¨²n fuentes socialistas. S¨ª lo hicieron sobre las competencias exclusivas de Andaluc¨ªa sobre el flamenco, algo que el presidente extreme?o calific¨® de "disparate" el d¨ªa despu¨¦s de que el Congreso de los Diputados aprobase casi por unanimidad la proposici¨®n de reforma a principios de noviembre. Ibarra ya entonces apunt¨® que su Gobierno estaba estudiando acudir al Constitucional por el r¨ªo y el flamenco.

Entonces quien s¨ª hizo labores de arbitraje con Rodr¨ªguez Ibarra sobre el Guadalquivir fue Alfonso Perales, cuyo papel de mediador nadie ha cubierto en la ejecutiva federal.

Muchos socialistas andaluces ven tras la decisi¨®n de Rodr¨ªguez Ibarra una suerte de motivaci¨®n personal, una especie de "pique" con Chaves que viene de lejos, cuando el PSOE decidi¨® elegir a su candidato a la presidencia del Gobierno mediante elecciones internas (las llamadas primarias) y gan¨® Josep Borrell frente al secretario general del partido Joaqu¨ªn Almunia. El presidente extreme?o defendi¨® la celebraci¨®n de un congreso extraordinario y el presidente andaluz, la normalidad org¨¢nica. Gan¨® Chaves.

Ambos mantuvieron encontronazos en varios comit¨¦s federales, algo normal en un partido como el socialista donde el peso de los barones ha ido a m¨¢s desde que Felipe Gonz¨¢lez dej¨® de liderar el PSOE. "El problema" quiz¨¢s, apuntan los socialistas andaluces, viene de cuando Chaves sobresale sobre el resto de los secretarios generales como una persona de conciliaci¨®n en el convulso PSOE de los a?os 90, donde siempre se le reclama como soluci¨®n al conflicto. Por ese perfil de hombre de partido no de ning¨²n sector fue designado presidente de la gestora que pilot¨® el 35? Congreso Federal del PSOE y se llev¨® para organizarlo a su mano derecha Luis Pizarro. El congreso lo gan¨® Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Chaves fue elegido presidente federal pese a que su candidato no fue el hoy presidente del Gobierno sino Jos¨¦ Bono. "Juan Carlos siempre se sit¨²a en posici¨®n de confrontaci¨®n en el partido y Chaves siempre ha tenido el papel de conciliador y eso es lo que no asume", aseguran las fuentes consultadas para explicar la tensi¨®n.

El anuncio del recurso al Tribunal Constitucional por la gesti¨®n del Guadalquivir tampoco ha sido comprendido desde el Gobierno central y la ejecutiva federal del PSOE. La redacci¨®n del art¨ªculo 51 del Estatuto consumi¨® horas y horas de debate entre los socialistas andaluces, la direcci¨®n federal y el Ministerio de Medio Ambiente. Al final se aquilat¨® una f¨®rmula feliz para todos y en vez de aludir a la competencia exclusiva de la comunidad sobre la "cuenca hidrogr¨¢fica del Guadalquivir" se aprob¨® la de "sobre las aguas de la Cuenca del Guadalquivir que transcurren por su territorio y no afectan a otra comunidad". En realidad no es una competencia "exclusiva", sino compartida con el Estado, ya que se reconoce la prevalencia estatal para decidir sobre asuntos generales que afectan a las otras tres comunidades por las que discurre la cuenca (Castilla-La Mancha, en un 7,13%; Extremadura, en un 2,45%; y Murcia, 0,20%), porcentaje que un dirigente en el caso de Extremadura compara al agua "que cabe en una palangana".

Aunque los socialistas andaluces dudan en primer lugar de que el recurso se presente y, en segundo, que prospere, por ahora no van a intentar siquiera convencerlo. "En caliente no, m¨¢s adelante", afirman varios socialistas vigilantes, pero no en vigilia.