Luis Fern¨¢ndez: el piloto de la tele
Es el primer presidente de la Corporaci¨®n de Radiotelevisi¨®n Espa?ola nombrado por el Parlamento. Y adem¨¢s es periodista, un profesional que en treinta a?os de ejercicio ha hecho de todo en medios audiovisuales. Ahora se enfrenta a un nuevo reto: pilotar una nueva etapa de RTVE.
"Es injusto que se hable siempre de televisi¨®n basura y ese adjetivo no se aplique tambi¨¦n en la radio o en la prensa"
"Dicen que la calidad es incompatible con la audiencia, pues no. Los telediarios son los mejores y tienen audiencia"
A muchos les sorprendi¨® que Luis Fern¨¢ndez, de 49 a?os, periodista, riojano de Santo Domingo de la Calzada, recriado muy pronto en Madrid, hijo de una familia de cinco hermanos, fuera en Vespa al Congreso a inaugurarse como el primer presidente de la Corporaci¨®n de Radiotelevisi¨®n Espa?ola. Fruto de un consenso ins¨®lito entre los partidos pol¨ªticos que por todo lo dem¨¢s andan a la gre?a, ese nombramiento un¨¢nime ?ratificado tambi¨¦n un¨¢nimemente? sorprendi¨® mucho menos que ver en Vespa a este ac¨¦rrimo seguidor madridista cuyos tres hijos son tambi¨¦n del club merengue. Y es que probablemente le conocen poco. Fern¨¢ndez, Luis Fern¨¢ndez, es un hombre campechano y cordial, ha vivido muchos a?os en Estados Unidos, donde gestos como aquel forman parte de la vida misma, y adem¨¢s no es un estirado. Si por ¨¦l fuera, no s¨®lo ir¨ªa en Vespa al trabajo ?al que tiene ahora, en Prado del Rey: un despacho inmenso que su diligencia ha limpiado de papeles?, sino que tambi¨¦n ir¨ªa sin corbata, en mangas de camisa, y estar¨ªa trabajando simult¨¢neamente en ese enorme despacho y en las redacciones de informativos de la radio y la televisi¨®n p¨²blicas. Tambi¨¦n ha sorprendido, pero internamente, porque eso no ha sido fotografiado, que vaya por las salas y por los despachos saludando a todos los funcionarios que se encuentra. Forma parte de su formaci¨®n, de sus h¨¢bitos y, sobre todo, de ese car¨¢cter campechano y abierto con el que ha transitado casi por todos los medios o grupos que pueden imaginarse. Trabaj¨®, en efecto, en la Cope, en la SER, en Canal +, en Tele 5, en empresas televisivas del Grupo PRISA o de Globomedia; ha vivido en Espa?a y en Estados Unidos, y en todas partes ha mostrado un entusiasmado entra?amiento con la informaci¨®n. Cuando hizo un alto en el camino, que inici¨® cuando era un chiquillo, haciendo hockey sobre patines en los informativos de Radio Popular, se tom¨® siete meses de sab¨¢tico; nos lo cont¨® despu¨¦s de la entrevista, como si se hubiera olvidado de lo m¨¢s importante: en esos siete meses ley¨® a P¨¦rez Gald¨®s; La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza; la historia de Espa?a de Fernando Garc¨ªa de Cort¨¢zar, y todo aquello que se le hab¨ªa quedado en la mesilla de noche? Luego volvi¨® al tajo, encari?ado con Miami y con Estados Unidos, resuelto a hacer de aquel territorio el nuevo sitio de su experiencia profesional. Hasta que el consenso pol¨ªtico le se?al¨® como el primer presidente de la radiotelevisi¨®n del Estado. En su despacho enorme nos recibi¨® un jueves de enero; no son¨® el tel¨¦fono, ninguna secretaria le vino a pasar recado urgente alguno, y aunque el ambiente era silencioso y relajado, a Luis Fern¨¢ndez se le ve¨ªa debutar tambi¨¦n en lo que se refiere a las entrevistas de larga duraci¨®n. Sobre la mesa ante la que conversamos despleg¨® un gran n¨²mero de papeles que alguna vez mir¨® de soslayo. Empez¨® cont¨¢ndonos una an¨¦cdota que a ¨¦l le hizo mucha gracia. Le sucedi¨® en un restaurante japon¨¦s de Miami, cuando se supo que en Espa?a le requer¨ªan para el cargo que ahora ostenta. El camarero que dirige la barra de ese restaurante ?el Nobu, uno de los diez mejores del mundo? le invit¨® a cenar. Para agradec¨¦rselo, Luis le envi¨® despu¨¦s de medianoche un SMS. Le respondi¨® su anfitri¨®n: “Es un placer compartir cena con el futuro ex presidente de RTVE”.
?Y qu¨¦ pens¨® usted de ese mensaje?
Me dije: “Este t¨ªo es cojonudo”.
?Cu¨¢l fue su propio pensamiento cuando le nombraron?
Que ca¨ªa sobre m¨ª una gran responsabilidad. ?Qu¨¦ he hecho yo para merecer eso!
?Con esto se sue?a?
No, nunca. Todo lo contrario. De chico so?aba con ser periodista, desde muy chico.
?Y c¨®mo era de chico?
Un ni?o muy bueno, muy querido por toda la familia. No daba guerra, no hac¨ªa trastadas. ?Al contrario de cuando soy adulto!
?C¨®mo es su familia?
Somos cinco hermanos. Mi padre, que fue empleado de banca, muri¨® cuando yo ten¨ªa 24 a?os; fue un golpe muy duro. No tengo a nadie cercano en la familia que fuera periodista ni nada parecido. Y yo a los diez a?os ya ten¨ªa claro que quer¨ªa ser periodista. Me iba al Bernab¨¦u solo. Cuando volv¨ªa a casa les escrib¨ªa a mis hermanos la cr¨®nica del partido, puntuaba a los jugadores? ?Era ya un periodista!
Se vino pronto de Santo Domingo de la Calzada.
Mi madre era de M¨¢laga, mi padre era de Santo Domingo. Cuando lleg¨® la edad de estudiar, y para que la familia no se disgregara, ¨¦l decidi¨® que vini¨¦ramos a vivir a Madrid, para estar todos juntos. Fue un gran gesto por su parte. Cuando llegu¨¦ a Madrid parec¨ªa que ven¨ªa a otro planeta. ?Cuando entr¨¦ en el colegio, solo, con pantal¨®n corto, quise que me tragara la tierra!
Y por entonces se fue haciendo periodista.
A los trece ya ten¨ªa claro que ten¨ªa que estudiar Ciencias de la Informaci¨®n. Mi padre quer¨ªa que hiciera Derecho, y yo estaba empe?ado en estudiar Periodismo. El primer d¨ªa que entr¨¦ en la Universidad sent¨ª lo mismo que aquella vez que entr¨¦ en el colegio.
?Y esta profesi¨®n es como la so?¨®?
S¨ª, totalmente. Es lo que m¨¢s me gusta del mundo. Para m¨ª, ser periodista es, adem¨¢s de un lujo, una obligaci¨®n y una responsabilidad con los ciudadanos, con la sociedad. Un d¨ªa le dije a un jefe m¨ªo: “Tengo pocos principios, pero los que tengo son muy s¨®lidos”.
?Cu¨¢les son esos principios?
El primero, irrenunciable, es la defensa de los derechos humanos, la igualdad entre las personas, la lucha contra la violencia, la honestidad. Y la independencia.
Estudi¨® y trabaj¨® al mismo tiempo.
Estudi¨¦ Periodismo, e hice algunos cursos de Derecho, en homenaje a mi padre. Pero cuando termin¨¦ el primer a?o de facultad decid¨ª que ya ten¨ªa que hacer algo, porque si no me iba a ir fatal el resto de mi vida. Me pate¨¦ las emisoras de radio de Madrid, y en todas me dijeron que no hab¨ªa nada, ni pr¨¢cticas ni nada. Hasta que fui a Radio Popular, que todav¨ªa no era la Cope. Mi insistencia le hizo pensar a quien me atendi¨® ?Ram¨®n Barca? que quiz¨¢ merec¨ªa la pena probarme?
?se debe de ser para usted un nombre inolvidable?
Absolutamente. Una persona a la que debo una gratitud total. Me encarg¨® hacer una cr¨®nica de un minuto en un programa deportivo local. As¨ª empec¨¦. Despu¨¦s se crearon los primeros informativos en conexi¨®n y me metieron ah¨ª?
?Hab¨ªa ya alg¨²n modelo, se fijaba usted en alguien?
Yo ten¨ªa una gran admiraci¨®n por los peri¨®dicos de la ¨¦poca: Ya, Informaciones, y luego EL PA?S en cuanto naci¨®. Despu¨¦s se form¨® Diario 16? Y me encantaba una revista, Por Favor, donde escrib¨ªan Josep Ramoneda y Jos¨¦ Mart¨ª G¨®mez, a quienes tuve el honor de llevar luego a la Cadena SER y a Canal +. En los albores de la democracia, la que marc¨® la pauta fue la prensa, y luego se sumaron la radio y la televisi¨®n.
Luego usted vivi¨® toda la transici¨®n como periodista. ?Qu¨¦ queda en su memoria civil y profesional?
Casi se juntan. Lo que recuerdo con total nitidez y contundencia, con dramatismo y rabia, es el golpe de Estado del 23-F. Yo estaba en el hemiciclo. Pasados los primeros treinta segundos, en los que pas¨¦ mucho miedo, en medio del tiroteo hice un repaso mental y me fij¨¦ en un recuerdo: la imagen de la Guardia Nacional somocista matando a un periodista en Nicaragua. Cuando se acabaron los disparos, lo que sent¨ª fue rabia, una rabia tremenda contra la intolerancia, contra la barbarie.
Siempre, o casi siempre, ha sido directivo?
Hice hockey, cubr¨ª las elecciones de 1977 y contempl¨¦ en directo el palo que se llevaron Carrillo y Tamames, que se esperaban otro resultado. Hice calle hasta 1990, cuando me nombraron director de informativos de la SER.
Pero en la Cope tambi¨¦n fue director de informativos.
Desde 1979 hasta 1983. ?Pero ah¨ª tambi¨¦n hac¨ªa de todo! ?Pagaba los taxis de mi bolsillo!
?Qu¨¦ periodismo quer¨ªa hacer, cu¨¢l era su libro de estilo?
Mi modelo es el periodismo anglosaj¨®n. Es el que m¨¢s me gusta. Contemplando lo que es y lo que hacemos muchas veces te entra un gran sentimiento de frustraci¨®n.
?Y cu¨¢les han de ser las virtudes del periodismo ideal?
El mejor periodismo es el que cuenta las cosas que pasan con el menor n¨²mero posible de adjetivos, y con el mayor n¨²mero de datos, para que la gente se haga su composici¨®n de lugar.
?Y ve muy alejado de eso el periodismo que hacemos?
Es peor todav¨ªa. Veo a la sociedad muy alejada de una demanda de informaci¨®n. I?aki [Gabilondo] siempre dec¨ªa que lo maravilloso de la radio es que est¨¢ pegada a la vida. Yo creo que lo maravilloso del periodismo es cuando est¨¢ pegado a lo que quiere el ciudadano que le contemos. Y no pasa.
?Qu¨¦ ha pasado?
Que la sociedad ha cambiado, pero nosotros, no.
?Cu¨¢l es esa frustraci¨®n que siente con respecto al periodismo que hacemos?
Los que estamos dirigiendo los medios tenemos treinta a?os m¨¢s que hace treinta a?os, y los que han nacido a los medios no tienen las grandes ventajas que tuvimos nosotros hace treinta a?os, cuando naci¨® la informaci¨®n en nuestro pa¨ªs. Y hay demasiados intereses creados para que eso impregne a los periodistas que tienen hoy veinticinco a?os.
?Y qu¨¦ ha de hacerse para romper ese bache?
Hay que conservar la frescura vital e intelectual. Nos hacemos demasiado conservadores, no queremos problemas. Y no es un problema de edad; lo que m¨¢s me sorprende es que la gente joven tiene pocas ganas de pelear, y lo que m¨¢s me molesta de la gente mayor es observar las pocas ganas de aprender que tienen. Y si un periodista no es curioso, no es nada, es una piedra.
?Cu¨¢l fue su aprendizaje en EE UU?
La falta de prejuicios. En la sociedad, en los medios. All¨ª, el hombre m¨¢s rico del mundo, el propietario del principal grupo de comunicaci¨®n en espa?ol, va al trabajo andando. Eso aqu¨ª no lo hace nadie. Por eso la gente se sorprende cuando voy en Vespa al Congreso. Aqu¨ª le damos una vuelta de tuerca a todo. El otro d¨ªa fui a Tele 5, a una despedida que le hicieron a Jes¨²s Mar¨ªa Santos, que se ha venido a trabajar conmigo. All¨ª est¨¢bamos Pedro Piqueras, que es el nuevo director de informativos de la cadena; estaba Juan Pedro Valent¨ªn, que fue mi sucesor en ese puesto, y estaba yo, y a la gente le parec¨ªa raro que estuvi¨¦ramos juntos, que subi¨¦ramos al estrado a hablar? Me sorprendi¨® que la gente se sorprendiera de que nos llev¨¢ramos bien.
?Y qu¨¦ le ha pasado a este pa¨ªs para que haya tanto agarrotamiento?
Un argentino me dec¨ªa en Buenos Aires: “?C¨®mo es posible que nadie del PSOE pueda ser amigo de nadie del PP? As¨ª se entiende por qu¨¦ hubo una guerra civil en vuestro pa¨ªs”. Y un venezolano les explicaba a un argentino y a un mexicano por qu¨¦ est¨¢bamos aqu¨ª en estado de permanente cabreo: “Se van al trabajo a las ocho, salen a desayunar a un bar a las diez, vuelven al trabajo despu¨¦s de cuarenta minutos, se van a las dos y media a comer, antes se toman una cerveza y dos copas de vino, despu¨¦s del caf¨¦ se toman un orujo, se vuelven al despacho a las cinco de la tarde, les resulta imposible trabajar despu¨¦s de ese almuerzo, y a las ocho se van r¨¢pido a la casa, a cambiarse, porque a las diez tienen una cena. Llegan a la cena a las diez y cuarto, terminan a las doce y media. ?Permanentemente cabreados!”. Lo explicaba el venezolano, y yo estaba en medio, moviendo la cabeza, diciendo: “Es verdad”.
Pues aqu¨ª usted hace lo mismo: llega a las ocho y se va a la una de la madrugada.
Pero no cabreado. Jos¨¦ Mar¨ªa Aranaz, alto cargo del Grupo PRISA, me dec¨ªa cuando yo estaba en la SER: “Luis, ?qu¨¦ haces para estar siempre sonriendo?”.
?Y este traj¨ªn de ahora no va a arrinconar la Vespa?
Vamos a ver. Yo voy a procurar la normalidad. No quiero cambiar mi forma de ser en funci¨®n de nada.
?C¨®mo se siente en esta conversaci¨®n?
Nervioso. Creo que lo que me est¨¢ pasando es como si no me estuviera ocurriendo a m¨ª. ?Es la primera vez de todo!
Pero se sentir¨¢ muy orgulloso.
Orgulloso, s¨ª. Pero no hay ego en mi orgullo. Estuve cinco a?os haciendo psicoan¨¢lisis, y el ego lo tengo atado, amaestrado y a cien kil¨®metros de aqu¨ª.
Y dice que esto no le va a cambiar.
Espero que no. El d¨ªa en que me nombr¨® el Parlamento estuve seis horas pegado al tel¨¦fono. ?Recuper¨¦ a todos los amigos que hab¨ªa perdido en cinco a?os! Impresionante. Yo s¨¦ con qui¨¦nes he hablado y con qui¨¦nes no en este quinquenio. A una de las personas que me llam¨® le dije: “?No me estar¨¢s llamando porque soy el presidente de la Corporaci¨®n?”. “?No! Es que no ten¨ªa tu tel¨¦fono”. Pues qu¨¦ r¨¢pido lo encontr¨®.
?Eso le hiere o le reconforta?
No me hiere, me desagrada. Me pasan por primera vez una multitud de cosas, y yo me siento como si estuviera en la final de la Champions y jugaran el Madrid y la Juve, y yo estuviera en el terreno de juego, los 22 futbolistas, el ¨¢rbitro y yo.
No es habitual que el responsable m¨¢ximo de RTVE sea un periodista. Eso le tiene que llenar a usted de adrenalina, de entusiasmo.
Lo abordo con entusiasmo, s¨ª, con emoci¨®n y con una pasi¨®n total. Y con un miedo esc¨¦nico comparable a todo lo anterior, con ganas de no fallarles a los ciudadanos, de no fallarle al Parlamento? Y con ganas de transmitir que los periodistas no somos unos descerebrados que no tenemos preocupaci¨®n por la gesti¨®n de los medios en beneficio de los propios periodistas y de la empresa en general. ?Periodista igual a bolsillo roto!
Ha mirado de lejos, pero ahora est¨¢ en este pa¨ªs. ?C¨®mo lo ve?
A Espa?a la veo estupendamente, y veo mal la crispaci¨®n que se vive en Madrid. La sociedad tiene las ventajas y los inconvenientes de esta ¨¦poca. No tiendo al tremendismo ni al dramatismo. Me sorprende ver los bares llenos, la gente se lo pasa estupendamente. Yo creo que hay un c¨ªrculo m¨¢s cerrado, el de los medios de comunicaci¨®n, y ah¨ª s¨ª veo que nos estamos haciendo entre nosotros un discurso muy crispado, muy volcado en lo mismo. Podemos estar cuarenta minutos debatiendo sobre ETA como si en este pa¨ªs no pasara otra cosa. A m¨ª me agobia.
?Y qu¨¦ tendr¨ªamos que hacer?
No retransmitir el minuto a minuto del partido.
Antes hablaba de egos. Una corporaci¨®n como ¨¦sta debe de abundar en egos.
Hay que tratarlos con sentido com¨²n, respet¨¢ndolos. He ido a los diversos turnos, a saludar a la gente; en algunos casos me dijeron que era la primera vez que el m¨¢s alto responsable de RTVE iba a verlos.
?Qu¨¦ clima vio?
Muy bueno. Tambi¨¦n les he enviado un saludo por mail. A todos. Es un colectivo que ha pasado un tiempo muy complicado, con un nivel de incertidumbre enorme, sin saber si se cerraba o no TVE, sin saber si se hac¨ªa un ERE o no, sin saber qu¨¦ iba a pasar con sus vidas? Y ahora es como si RTVE volviera a nacer. Sabemos perfectamente qu¨¦ nos ha pasado, qu¨¦ errores no debemos cometer, y tenemos una vida por delante. Y por ah¨ª siguen hablando del desmantelamiento. Me hace mucha gracia, me sorprende. Yo no hubiera dejado Miami, y mi vida all¨ª, para venir a un desmantelamiento. Todo lo contrario: vengo a liderar, a potenciar, junto con mis compa?eros del consejo, con todo el equipo directivo, con todo el colectivo de trabajadores, para hacer de RTVE el grupo empresarial de comunicaci¨®n m¨¢s potente del mundo en espa?ol. Y a esa tarea me voy a poner desde el minuto uno.
?Un partido complicado?
S¨ª, seguro.
?Y c¨®mo ve a los que juegan enfrente?
Son magn¨ªficos. El otro d¨ªa me reun¨ª con todos los que hacen la televisi¨®n, con los que mandan en ella. Vassile, en Tele 5; Carlotti, en Antena 3; Gavela, en Cuatro, y Contreras, en La Sexta; han sido jefes m¨ªos y son amigos m¨ªos.
?Eso es lo que le llev¨® a sugerir que las cadenas intervinieran en las entrevistas a los l¨ªderes pol¨ªticos?
No, eso es la normalidad. En Estados Unidos es el pan nuestro de cada d¨ªa, y aqu¨ª se ha montado un l¨ªo. Pero es que se habr¨ªa montado un l¨ªo igual si lo hubi¨¦ramos propuesto para la radio o para la prensa.
?Le ha sorprendido?
Lo esperaba; me puede molestar, pero no me ha sorprendido. Me dec¨ªan: “Es que ahora estamos muy crispados”. ?Pero es que estamos igual que hace seis a?os! ?O doce! ?O no nos acordamos de lo que pasaba en 1994?
?Y qu¨¦ concepto hay detr¨¢s de esa iniciativa suya?
Que la televisi¨®n p¨²blica y las privadas no somos rivales, sino complementarias. Y esa dial¨¦ctica de elegir siempre entre pap¨¢ y mam¨¢, o de insultar a unos y defender a otros, me ha parecido una idiotez. Cuando estaba en los medios privados tambi¨¦n defend¨ªa esto. Es necesario para una sociedad democr¨¢tica. Lo que hay detr¨¢s de mi iniciativa es mano tendida.
Los partidos pol¨ªticos se han puesto de acuerdo en torno a usted. Ins¨®lito.
?Pensar¨ªan que soy el entrenador del Betis [que se llama Luis Fern¨¢ndez tambi¨¦n]! Yo sigo sin cre¨¦rmelo.
?C¨®mo se fabric¨® el proceso?
Lo que m¨¢s me sorprendi¨® es que yo supe la noticia tres semanas antes, y no se filtr¨® ni una l¨ªnea. Y estaban en el ajo el Grupo Socialista, el Grupo Popular y varias personas, aparte de yo mismo. Es un milagro que no se haya filtrado y el acuerdo mismo. Me llam¨® el alcalde de mi pueblo: “?Has visto lo brutos que somos los calcetenses? Somos capaces de juntar al PP y al PSOE”. Lo que m¨¢s me enorgullece es que despu¨¦s de treinta a?os de trabajo se haya pensado en m¨ª por mi independencia. Eso es lo que m¨¢s me llena de satisfacci¨®n, ¨¦se es el orgullo por el que me preguntaba antes. Alguien se ha dado cuenta de lo terco, pele¨®n, pesado, de mi comportamiento personal a lo largo de estos a?os, y esto ha dado resultado.
?De veras termin¨® la televisi¨®n politizada desde el Gobierno? ?Sabr¨¢n los pol¨ªticos que la tele la hacen los profesionales?
La ley, que tengo interiorizada, dice en uno de sus art¨ªculos que la Corporaci¨®n no tiene ninguna vinculaci¨®n ni con el Gobierno ni con ning¨²n ¨®rgano de la Administraci¨®n General del Estado. Y les record¨¦ a los consejeros que eso debemos hacerlo extensivo a cualquier otra fuerza pol¨ªtica o sindical.
?Se lo ha tenido que recordar a mucha gente estos d¨ªas?
No he tenido oportunidad.
?Percibe usted alguna herida visible del expediente de regulaci¨®n de empleo [ERE] en virtud del cual dejar¨¢n RTVE m¨¢s de 4.000 personas? ?No es un mensaje muy duro de asumir? ?Lo habr¨ªa hecho usted de otra manera?
Hemos de reconocer sinceramente que muchos de los que se han ido lo han hecho antes del tiempo que hubieran deseado. Y tendr¨ªamos que suplir su experiencia y su profesionalidad con nuevas dosis de ingenio y de esfuerzo. Pero, reconocido ese esfuerzo, lo que estoy transmitiendo todos los d¨ªas es un mensaje de futuro. Lo he dicho en el mensaje electr¨®nico que envi¨¦ a todos los trabajadores el pasado 15 de enero, cuando me nombraron. Es un tema que han hecho magn¨ªficamente los sindicatos, la direcci¨®n de esta casa, la SEPI, el Gobierno: hicieron un acuerdo, y ese acuerdo fue aprobado en refer¨¦ndum por ampl¨ªsima mayor¨ªa. M¨¢s all¨¢ de los casos personales a tener en cuenta, no tengo m¨¢s que decir: es un acuerdo aprobado por la gran mayor¨ªa de los trabajadores. Igual que fue aprobado de manera total, en votaci¨®n secreta, mi nombramiento parlamentario.
Los milagros Fern¨¢ndez? Ahora tiene usted 49 a?os. La edad con la que empieza a contar el ERE.
[Risas]. Voy a preguntar a los servicios jur¨ªdicos de la casa si me puedo acoger.
La radio y la televisi¨®n est¨¢n en sus manos. ?Qu¨¦ le gusta m¨¢s?
Es como elegir entre mam¨¢ y pap¨¢.
O entre el Bar?a y el Real Madrid.
[Risas]. En eso no tengo dudas. El Madrid es una cosa y el Bar?a es otra. Nueve champions a dos.
En Espa?a se ha instalado al lado de la palabra televisi¨®n el t¨¦rmino basura. ?C¨®mo despegar esa pegatina?
Es injusto que se hable de televisi¨®n basura y ese adjetivo no se fije tambi¨¦n en la radio o en la prensa. Cuando el caso Lewinsky fui a la SER a hablar de aquella cobertura y expliqu¨¦ que los peri¨®dicos tambi¨¦n hab¨ªan sacado cuadernillos comentando el caso. Esa man¨ªa de denostar a la televisi¨®n tiene razones econ¨®micas y empresariales mucho m¨¢s profundas.
Pero lo de la basura se refiere m¨¢s bien a la invasi¨®n de las intimidades, al famoseo, etc¨¦tera.
Estoy encantado de aterrizar en una casa donde eso no existe. Radiotelevisi¨®n Espa?ola tiene incorporado el gen de las cosas bien hechas: yo defiendo que el tema no son los contenidos, sino sus tratamientos. La gente dice que la calidad es incompatible con la audiencia: pues no. Los telediarios que hacemos aqu¨ª son los mejores, tienen audiencia y est¨¢n muy bien hechos.
?Va a defender a RTVE como al Madrid, o el Real Madrid es “un ser superior”, como dec¨ªa Butrague?o, que era su presidente?
?Ja, ja! Me han dicho que no hable mucho de f¨²tbol. En cuanto a lo de defender a RTVE, debo decir algo: cuando llegu¨¦ pregunt¨¦, en primer lugar, por el director jur¨ªdico. “Es muy bueno”, me dijeron. Y se extra?aron de que ¨¦sa fuera mi primera inquietud. Es que pienso usar sus servicios cada vez que alguien arremeta sin sentido contra esta casa. A nadie le saldr¨¢ gratis a partir de ahora meterse con nosotros.
?Belicoso?
No, jugar¨¦ a la defensiva. No queremos que RTVE sea el pimpampum del resto.
?Cu¨¢l ser¨ªa el l¨ªmite de la gesti¨®n de lo p¨²blico? ?Ha de competir la RTVE p¨²blica con las armas de la privada?
Mi objetivo, que es el objetivo del consejo, es el equilibrio presupuestario, tan indiscutible como la rentabilidad social.
?Cualquier cosa por la audiencia?
?se no es un fin de RTVE. La audiencia tiene que ser la consecuencia del trabajo, pero no es un fin en s¨ª misma.
?Y c¨®mo concibe el debate pol¨ªtico, c¨®mo va a gestionarlo desde aqu¨ª?
He pedido unos informes muy sesudos. Dicen que nuestros telediarios son los mejores, y es verdad que est¨¢n hechos a completa satisfacci¨®n de este presidente. Vengo a potenciarlos, a mantenerlos como referencia, para que contribuyan al debate pol¨ªtico, a la reflexi¨®n y al debate ciudadano. Los quiero potenciar para garantizar la informaci¨®n plural e independiente de los ciudadanos.
?Revisar¨¢ esa externalizaci¨®n de los programas de debate pol¨ªtico, como ‘59 segundos’?
No quiero hablar de programas concretos, pero s¨ª, voy a revisar esa pol¨ªtica. Debo contarle esta an¨¦cdota: cuando llegu¨¦ les dije a Fran Llorente [director de informativos de TVE], a Fernando Navarrete [su adjunto] y a Lorenzo Mil¨¢ [al frente de la segunda edici¨®n del telediario], el primer d¨ªa que estuve con ellos: “?Lo que llevo tratando de trabajar con vosotros!”. Ya intent¨¦ ficharlos cuando estaba en Tele 5, y no quisieron porque creen en la televisi¨®n p¨²blica. ?Pues ahora vamos a hacer juntos esa televisi¨®n p¨²blica!
Tiene usted muchos papeles desparramados sobre la mesa. ?Qu¨¦ trae en ellos?
Datos, por si me hac¨ªan falta. Pero casi no he tenido que mirarlos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.