Partida interminable
Cuando todas las bazas parec¨ªan estar en la mano del grupo alem¨¢n E.ON y los accionistas estaban a 20 d¨ªas de aprobar la disoluci¨®n de los blindajes estatutarios de Endesa, la el¨¦ctrica italiana Enel ha entrado abruptamente en el discurrir de la OPA sobre Endesa comprando el 10% del capital al elevado precio de 39 euros por acci¨®n. El efecto es devastador. Complica la condici¨®n de la OPA de E.ON, que exige la disoluci¨®n de los mencionados blindajes societarios, puesto que Enel puede hacer causa com¨²n con la constructora Acciona, poseedora del 21% del capital de Endesa, para obstaculizar la marcha triunfal alemana; acrecienta la incertidumbre de los accionistas minoritarios, que pueden asistir a un derrumbe de precio de la acci¨®n si aumenta la expectativa de que fracase la OPA; y desvela que el Gobierno no se ha resignado al triunfo germano y busca un nuevo envite, esta vez con un aliado tan poderoso como el propio E.ON. Adem¨¢s, la OPA regresa al estr¨¦s burocr¨¢tico de las autorizaciones administrativas y los dict¨¢menes de los reguladores.
Para entender cabalmente la fatiga de esta mara?a de incursiones financieras sobre Endesa, basta con recorrer los hechos desde septiembre de 2005. En aquella fecha, Gas Natural present¨® una OPA por el 100% de Endesa que inclu¨ªa un proyecto financiero e industrial para el grupo resultante, aunque a un precio demasiado bajo; ejecutivos y directivos de Endesa, con el apoyo pol¨ªtico del PP, declararon abiertamente la guerra a la OPA catalana y organizaron una sucesi¨®n interminable de recursos jur¨ªdicos y demandas ante los tribunales; E.ON apareci¨® en escena con una OPA competidora, sin proyecto aut¨®nomo para Endesa, alentada por el equipo directivo de Endesa y por la desuni¨®n pol¨ªtica manifestada por la oposici¨®n del PP a la OPA de Gas Natural; y el Gobierno se sum¨® a esa pol¨ªtica de embarramiento alentando la entrada de la constructora Acciona en el capital de Endesa. Ahora, despu¨¦s de una visita de Romano Prodi a Espa?a, aparece un nuevo actor en el escenario dispuesto a complicar m¨¢s el enredo.
Puede entenderse, incluso defenderse, que el Gobierno porf¨ªe por mantener el control de Endesa en manos espa?olas o afines. Pero sus ministros no consiguen exhibir suficiente discreci¨®n y habilidad como para imponer con elegancia sus deseos. La pregunta relevante es si una Endesa en manos de Acciona, de Enel o de una eventual alianza entre ambas, dispone hoy de un proyecto energ¨¦tico, econ¨®mico y financiero que pueda defenderse en el mercado. Mientras en los escenarios pol¨ªticos y corporativos se ventila la pelea por el control de los mercados cautivos en Espa?a, los consumidores siguen esperando ofertas comerciales para cambiarse de compa?¨ªa suministradora a cambio de rebajas de precios y mayor calidad del servicio. ?sa ser¨ªa, de verdad, la medida exacta de una aut¨¦ntica liberalizaci¨®n.
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