?Es Espa?a m¨¢s blanco de Al Qaeda que antes del 11-M?
Empezar¨¦ esta vez por anticipar la respuesta que, en mi opini¨®n, tiene el interrogante del t¨ªtulo. S¨ª, efectivamente, Espa?a es hoy m¨¢s blanco de Al Qaeda que antes de los atentados del 11 de Marzo de 2004. Incluso es probable que seamos ahora m¨¢s blanco del terrorismo internacional que nunca antes y, por la naturaleza de los indicadores que lo ponen de manifiesto, no se trata de una situaci¨®n pasajera. Basta con echar un vistazo a las alusiones espec¨ªficas que sobre nuestro pa¨ªs ha realizado durante los ¨²ltimos ocho meses Ayman al Zawahiri, quien ocupa el segundo lugar en la jerarqu¨ªa de mando de Al Qaeda y es reconocido por el conjunto de actores individuales y colectivos que componen el movimiento de la yihad neosalafista global como su m¨¢ximo estratega. Alusiones espec¨ªficas que, no debe olvidarse, equivalen en la pr¨¢ctica a un se?alamiento de blanco, instigan la comisi¨®n de atentados contra el mismo y advierten de que la propia Al Qaeda puede llegar a implicarse, directa o indirectamente, en su ejecuci¨®n.
En julio del pasado a?o, Ayman al Zawahiri, subalterno de Osama Bin Laden desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, emiti¨® un comunicado en el que, al precisar el sentido de lo que denomina "yihad por la senda de Al¨¢", a?adi¨® literalmente: "Una yihad cuyo objetivo es liberar Palestina, toda Palestina, y todo territorio que fue musulm¨¢n, desde Al Andalus hasta Irak". Adem¨¢s de intentar por en¨¦sima vez entrometerse en la cuesti¨®n palestina y de enfatizar la centralidad que para Al Qaeda tiene la contienda iraqu¨ª, sus palabras implican una referencia agresiva e intemporal a Espa?a como blanco preferente, en la medida en que la pr¨¢ctica totalidad de su suelo ha de ser recuperado, como parte sustancial de un imaginario nuevo califato que unifique al mundo isl¨¢mico, mediante actividades de guerra santa. Adem¨¢s, ese mismo comunicado aduce que los musulmanes son "hijos" de, entre otros, Yusuf Bin Tashfin, emir almor¨¢vide que aglutin¨® los reinos de taifas peninsulares para incorporarlos a su dominio norteafricano y en 1086 combati¨® victoriosamente a las tropas de Alfonso VI de Castilla.
Mucho m¨¢s recientemente, en febrero de 2007, casi a un mes de cumplirse el tercer aniversario de los atentados de Madrid, Ayman Al Zawahiri reiteraba esa fijaci¨®n suya con Al Andalus que implica la demarcaci¨®n del territorio espa?ol como parte de los objetivos ¨²ltimos de la yihad neosalafista global y se?ala a Espa?a como blanco. En esta ocasi¨®n lo hizo tras una referencia a la evoluci¨®n de los grupos y organizaciones yihadistas en el Magreb, mostrar su respaldo a los "leones" que batallan en los denominados m¨¢rgenes occidentales del islam y a?adir exactamente esto: "Pido a Al¨¢ que os conceda que manteng¨¢is vuestros pies firmes para obedecerle y que os conceda su ayuda y su victoria, y as¨ª liber¨¦is el Magreb isl¨¢mico e ic¨¦is el estandarte de la yihad para que ondee victorioso sobre su tierra, y que Al¨¢ os conceda el favor de pisar pronto con vuestros pies puros sobre el usurpado Al Andalus". Aqu¨ª se indica cu¨¢l continuar¨¢ siendo el principal foco de la amenaza que el terrorismo internacional supone para ciudadanos e intereses espa?oles, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Estas y otras citas belicosas sobre Al Andalus no son una novedad en el discurso fundamentalista que subyace al terrorismo global. Abdullah Azzam, mentor ideol¨®gico de Osama Bin Laden durante la guerra que enfrent¨® a los muyahidin y los ej¨¦rcitos sovi¨¦ticos en Afganist¨¢n, promotor luego de la yihad defensiva en otras zonas del mundo, ya a finales de los ochenta mencionaba expresamente a Al Andalus entre las tierras que fueron musulmanas y deben recuperarse. Adalides religiosos muy influyentes entre los seguidores de Al Qaeda tanto en pa¨ªses norteafricanos como europeos, casos de Abu Qutada y Mohammed Fazazi, han hecho frecuentes menciones al retorno de Al Andalus bajo dominio isl¨¢mico. La misma idea es recurrente en no pocos documentos de orientaci¨®n neosalafista incautados en operaciones policiales desarrolladas en territorio europeo desde hace a?os. Incluso los terroristas que reclamaron la autor¨ªa de los atentados del 11 de Marzo se presentaban como "brigada en Al Andalus" y a fines de ese mes grabaron un v¨ªdeo en el que afirmaban: "Continuaremos nuestra yihad hasta el martirio en la tierra de Tarek ben Ziyad".
Pero es la frecuencia y agresividad con la que ¨²ltimamente se evoca Al Andalus desde el directorio de Al Qaeda lo que resulta inquietante en perspectiva espa?ola. Esas alusiones, que se corresponden con una se?alizaci¨®n de blanco y la instigaci¨®n o posible facilitaci¨®n de atentados terroristas contra Espa?a, adquieren particular significaci¨®n en la actualidad por tres razones. En primer lugar, porque se combinan con otras muestras espec¨ªficas de hostilidad hacia nuestro pa¨ªs, como la que el propio Ayman al Zawahiri hizo en diciembre de 2006 sobre la "ocupaci¨®n espa?ola de Ceuta y Melilla" en un mensaje emitido por el canal de televisi¨®n Al Yazira. En segundo lugar, porque se combinan con amenazas gen¨¦ricas igualmente proferidas por los l¨ªderes del terrorismo global y que incumben a Espa?a. Como cuando Al Qaeda amenaza a los pa¨ªses con tropas desplegadas en Afganist¨¢n o L¨ªbano, donde hay soldados espa?oles. En tercer lugar, porque la idea de recuperar Al Andalus ha permeado ya el programa de las redes norteafricanas del terrorismo yihadista y, en concreto, de la recientemente constituida organizaci¨®n de Al Qaeda en el Magreb isl¨¢mico.
El que Espa?a sea hoy m¨¢s blanco de Al Qaeda que hace tres a?os es un indicador relevante que obliga a repensar la amenaza del terrorismo yihadista. Ahora bien, esta se?alizaci¨®n no equivale a amenazas concretas y corresponde a las agencias de seguridad obtener la evidencia que permita elucidar peligros concretos y desbaratar eventuales atentados. Las insistentes llamadas de Al Qaeda para recuperar Al Andalus mediante acciones de guerra santa tampoco implican que Espa?a sea hoy m¨¢s vulnerable que hace tres a?os. A lo largo de este tiempo se ha avanzado mucho en la adaptaci¨®n de nuestras estructuras de seguridad ante los desaf¨ªos que plantea ese terrorismo global. Ahora bien, puede que la amenaza sobre ciudadanos e intereses espa?oles est¨¦ evolucionando a un ritmo no suficientemente compensado por los esfuerzos contraterroristas. Confiemos, de cualquier modo, en que el flujo y el consumo de inteligencia al respecto sean los adecuados para informar una certera toma gubernamental de decisiones en esta materia. El 11-M qued¨® atr¨¢s, pero Al Qaeda contin¨²a teni¨¦ndonos en su punto de mira.
Fernando Reinares es director del Programa sobre Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano y coautor de State of the Struggle: Report on the battle against global terrorism (Brookings Institution, 2007).
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