Isaac Rosa critica una obra de juventud

Hay gente que disfruta leyendo cr¨ªticas literarias que se ceban con los errores de un escritor. Consideran que los palos metaf¨®ricos que recibe el autor son justo castigo a su pretensi¨®n de colocarse en el centro de la plaza del pueblo para relatar sus historias a un corro de lugare?os. El reparto de estopa a granel suele ser tambi¨¦n una forma de darse a conocer por j¨®venes ambiciosos que, cuchillo en la boca, abordan el gale¨®n de la tribu de las letras. Se puede elaborar una antolog¨ªa de cr¨ªticas en la que el vapuleo no deja lugar a una piedad razonable.

He aqu¨ª un ejemplo. "La torpeza del autor para construir personajes, especialmente los femeninos m¨¢s all¨¢ de caracterizaciones t¨®picas (la viuda de hielo, la criada de pechitos), gana un nuevo trofeo con el personaje de Laura, mera comparsa sin identidad, introducido en la novela con la ¨²nica misi¨®n de dar r¨¦plica f¨¢cil al protagonista, pero tambi¨¦n reforzar sus atributos mediante el dem¨¦rito propio". El cr¨ªtico ha ensayado su destreza con la novela La malamemoria (s¨ª, todo junto), de Isaac Rosa (Sevilla, 1974). ?Y c¨®mo se llama el cr¨ªtico? Pues tambi¨¦n se llama Isaac Rosa.

"Hay una inflaci¨®n de t¨ªtulos sobre la Guerra Civil en los ¨²ltimos a?os"

Y es que el escritor ha publicado recientemente ?Otra maldita novela sobre la guerra civil! en la editorial Seix Barral. Rosa no es un escritor cualquiera. Su anterior novela, El vano ayer (Seix Barral, 2004), tuvo un ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico que no suele ser com¨²n entre los autores m¨¢s j¨®venes. A sus seis ediciones y sus traducciones a varios idiomas se suma el Premio R¨®mulo Gallegos, uno de los m¨¢s prestigiosos de la lengua espa?ola.

Isaac Rosa ha abierto un camino in¨¦dito en la literatura espa?ola. Su nueva obra, ?Otra maldita novela sobre la guerra civil!, recoge una cr¨ªtica afilada a La malamemoria, su primera novela. Es decir, tras cada cap¨ªtulo de La malamemoria figura el comentario cr¨ªtico que un Isaac Rosa ya maduro hace a sus p¨¢ginas de juventud. La propuesta es ins¨®lita. "Hablando un d¨ªa sobre el libro con [el escritor] Pere Gimferrer buscaba posibles precedentes de ?Otra maldita novela sobre la guerra civil! Si Pere no los ha encontrado es que no existen esos precedentes", se?al¨® ayer Isaac Rosa en la presentaci¨®n del libro en Sevilla.

La malamemoria, la primera novela del escritor sevillano, muestra dos historias cruzadas e indaga sobre la importancia del pasado. Entre el escritor Juli¨¢n Santos y el pol¨ªtico Gonzalo Mari?as se difumina un misterio: el de un pueblo desaparecido. Lo que ocurre en ?Otra maldita novela sobre la guerra civil! es que aparece un nuevo personaje: un lector an¨®nimo que se?ala las debilidades de La malamemoria y que, incluso, se r¨ªe del autor. As¨ª, a la narraci¨®n perge?ada por un Isaac Rosa veintea?ero se superponen las glosas de un autor cuya visi¨®n sobre la contienda ha madurado y ha adquirido nuevos matices.

"?Otra maldita novela sobre la guerra civil! necesita del lector, de su participaci¨®n y complicidad", coment¨® Rosa. El autor recalc¨® la importancia de "ese lector impertinente que propone sabotear el texto original critic¨¢ndolo y ri¨¦ndose de ¨¦l". Rosa relat¨® c¨®mo escribi¨® La malamemoria cuando ten¨ªa "22 o 23 a?os". El tiempo hizo su labor. "A?os despu¨¦s me convert¨ª en un lector m¨¢s cr¨ªtico y exigente", afirm¨®. Rosa se dio cuenta de c¨®mo en esa "novela primeriza y de juventud" hab¨ªa una construcci¨®n de personajes, un tipo de di¨¢logos, un lenguaje, unos aspectos argumentales, unas formas de presentar la represi¨®n y otras caracter¨ªsticas que "han convertido la literatura sobre la Guerra Civil en una especie de g¨¦nero". Y es un g¨¦nero con sus claves, sus t¨®picos y sus elementos recurrentes.

"El t¨ªtulo de mi novela hace referencia a una expresi¨®n que he o¨ªdo a muchos lectores. Hay una inflaci¨®n de t¨ªtulos sobre la Guerra Civil en los ¨²ltimos a?os", dijo el autor sevillano. Rosa lanz¨® una idea para el futuro. "El libro propone seguir escribiendo sobre la Guerra Civil, pero en serio y evitando ciertos tratamientos superficiales", concluy¨® el autor.