Tony Kushner irrumpe en escena
'Homebody / Kabul' y 'La ilusi¨®n' se estrenan con ¨¦xito en el Teatro Espa?ol y en La Abad¨ªa
El neoyorquino Tony Kushner, que se define como jud¨ªo, homosexual y antisionista, no se ha representado mucho en Espa?a. Hace diez a?os, lo dio a conocer Josep Maria Flotats con un inolvidable montaje de ?ngeles en Am¨¦rica, su obra m¨¢s representada. Poco despu¨¦s, fue Jorge Lavelli quien llev¨® a escena Eslavos! Hace tres a?os, pudimos ver Una habitaci¨®n luminosa llamada d¨ªa. Eso ha sido casi todo, al margen de alg¨²n peque?o montaje y alguna propuesta de fuera de nuestras fronteras. A pesar de ello, es un gran y admirado referente ya que se trata de uno de los grandes dramaturgos del teatro universal contempor¨¢neo, algo conseguido mucho antes de sus actuales 50 a?os. Para los amantes de este poeta esc¨¦nico y para los que a¨²n no lo han descubierto, se presenta una oportunidad ¨²nica. En el espacio de unas horas, se han estrenado en Madrid dos soberbios espect¨¢culos.
El Teatro Espa?ol estren¨® el mi¨¦rcoles En casa / En Kabul (Homebody / Kabul). Una aut¨¦ntica vuelta de tuerca del director Mario Gas en su prestigiada trayectoria profesional. Anoche, el Teatro de la Abad¨ªa dio a conocer en Espa?a uno de los textos m¨¢s representados de Kushner, La ilusi¨®n, una ir¨®nica e inteligente versi¨®n de la obra de Pierre Corneille, que ha dirigido Carlos Aladro. Ambos montajes, en sus respectivas noches de estreno, dejaron a los espectadores con la rotunda sensaci¨®n de haber vivido una noche de gran teatro.
Gas, uno de los grandes magos esc¨¦nicos europeos, se ha enfrentado a un dificil¨ªsimo y complicado texto que, desde el punto de vista de cualquier director, est¨¢ lleno de trampas y vericuetos. Para sortearlos, se ha rodeado de un equipo que ha dado la talla junto a ¨¦l. Sobre todo, esas dos actrices que son Vicky Pe?a, con su mon¨®logo inicial de una hora, y Gloria Mu?oz, con una perorata escupida a trav¨¦s del v¨¦rtigo del dolor en cinco idiomas simult¨¢neamente.
Gas confiesa que llevaba a?os ronroneando alrededor de este texto y desde el principio contaba con ellas. Luego fue incorporando al resto: el escen¨®grafo y dise?ador de vestuario Antonio Belart; un pu?ado de actores ¨¢rabes y otros espa?oles, como Jordi Collet, Roberto ?lvarez y Elena Anaya. De todas las traducciones que manej¨®, le interes¨® la de Carla Matteini, basada en una de las primeras versiones de este texto que, por ahora, Kushner ha revisado 17 veces. No hay que olvidar que aqu¨ª se habla sobre Afganist¨¢n y la relaci¨®n hist¨®rica y actual de Occidente con aquel pa¨ªs. El texto se escribi¨® antes del 11-S, se estren¨® tres meses despu¨¦s y Kushner fue atacado desde los sectores m¨¢s conservadores de propagandista talib¨¢n.
"No puedo escribir nada que no sea pol¨ªtico", dice Kushner y Gas a?ade: "Hace bandera de su propia existencia y su teatro es pol¨ªtico en el m¨¢s noble sentido de la palabra; ¨¦l siempre toma partido", apunta el director, que defiende que la obra que ahora ha montado "est¨¢ escrita con iron¨ªa, sentido del humor y cargada de poes¨ªa, por lo que no hay que ponerse el casco progre para ver la funci¨®n".
La ilusi¨®n es una producci¨®n m¨¢s modesta, pero no menos ambiciosa, del Teatro de la Abad¨ªa, enmarcada en una l¨ªnea de programaci¨®n con la que se propone descubrir espect¨¢culos "que no sean s¨®lo l¨²dicos, sino que tambi¨¦n analicen la zozobra del ser humano, como este texto debajo del cual subyace un mosaico turbador de intereses y pasiones", dice Jos¨¦ Luis G¨®mez, director de este emblem¨¢tico teatro y apasionado del teatro de Kushner, al que considera un heredero de Brecht. Aunque Kushner prefiere serlo de Tennessee Williams, por su predilecci¨®n por los personajes entre dos mundos. Pero G¨®mez insiste en que con Brecht comparte no s¨®lo el compromiso, sino la manera de mezclar resortes y un contenido po¨¦tico.
La versi¨®n de esta obra de Corneille, de la que Kushner ha hecho un gui¨®n cinematogr¨¢fico, a¨²n no llevado al cine, ha sido traducida por el gran Miguel S¨¢enz. Trata de un padre arrepentido de su severidad; un hijo d¨ªscolo y enamoradizo, una amada y su sirvienta intercambiando papeles, una cueva que evoca visiones y un sutil juego de amor y desamor. Aladro, el director, juega con estos elementos y con un buen equipo para poner en pie esta deliciosa comedia a la que Kushner ha incorporado elementos ajenos a Corneille, como dos personajes de La Celestina, que debieron impactar al autor neoyorquino en su etapa de profesor de literatura medieval.
"A la gente lo que m¨¢s le fascina es ver c¨®mo con esta obra enga?a a los espectadores y adem¨¢s les encanta", dice Aladro, quien resalta de la pieza que mantiene todas las virtudes de Corneille. "Pero Kushner va m¨¢s all¨¢, con una sensibilidad contempor¨¢nea, un toque espa?ol y aceptando las contradicciones que hay entre el coraz¨®n y la cabeza", apunta de esta pieza que se mueve entre la Edad Media, el siglo XVII y la ¨¦poca contempor¨¢nea, algo que ha recogido sabiamente en su trabajo Lorenzo Caprile.
Tanto el Teatro de la Abad¨ªa como el Espa?ol han aunado esfuerzos para traer a Kushner en estas fechas a que viera lo que han hecho con sus obras. Pero el neoyorquino, que el pasado a?o estren¨® el musical Caroline, or change, est¨¢ enfrascado con un gui¨®n para Spielberg (ya le escribi¨® M¨²nich) y Aladro y Gas tienen claro que no pueden competir con el productor estadounidense.
Babelia
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