Desenlace in¨¦dito tras un proceso extra?o
La prisi¨®n atenuada para el etarra llega tras un c¨²mulo de decisiones judiciales contradictorias
La vida del preso o el cumplimiento ¨ªntegro de una condena a tres a?os de c¨¢rcel. El Gobierno ha sopesado estas dos posibilidades y ha optado por evitar a toda costa la muerte del etarra I?aki de Juana Chaos que, en caso de permanecer en prisi¨®n y si hubiera sobrevivido a la huelga de hambre, habr¨ªa cumplido su nueva condena, como muy tarde, el a?o que viene. Su vida ha valido m¨¢s, pero el modo de salvaguardarla ha sido tan excepcional como las ¨²ltimas decisiones judiciales adoptadas con el fin de mantenerlo en la c¨¢rcel. De Juana se ha convertido en el primer preso al que se aplica el cumplimiento atenuado de su pena despu¨¦s de que ¨¦l mismo pusiera en peligro su salud.
Desde febrero de 2005, fecha en que el etarra cumpli¨® su condena a 30 a?os, su historial delictivo parece haber pesado m¨¢s que la propia ley por la que se le conden¨®. De Juana es, sin duda, uno de los terroristas m¨¢s sanguinarios de la historia de ETA. Como miembro del comando Madrid fue uno de los miembros de la banda que hizo explotar la bomba que acab¨® con la vida de 12 guardias civiles y dej¨® malheridas a 58 personas en la plaza de la Rep¨²blica Dominicana de Madrid. Sobre sus espaldas pesan adem¨¢s los asesinatos de otros cinco miembros del instituto armado, as¨ª como la muerte del vicealmirante Escrigas. Todas sus penas sumaban 2.665 a?os de los que, seg¨²n el C¨®digo Penal de 1973, con el que se le conden¨®, s¨®lo cumplir¨ªa 30.
El juez Pedraz pidi¨® su libertad al no ver amenazas, pero la Sala le oblig¨® a procesarlo
El Gobierno del PP le redimi¨® 175 d¨ªas por escribir una novela que criticaba a Prisiones
Ese mismo C¨®digo permit¨ªa la redenci¨®n de penas por el trabajo a raz¨®n de un d¨ªa de castigo por dos de trabajo, un beneficio penitenciario que, hasta mediados de los noventa, "el colectivo de presos pol¨ªticos vascos", como se autodenominan los presos de ETA, no aceptaba como norma. Pero desde 1995, seg¨²n fuentes penitenciarias, los etarras comenzaron a acogerse a ¨¦l sin que los sucesivos Gobiernos (dos de ellos del PP) hicieran nada para remediarlo. El descontrol bajo el Ejecutivo de Aznar fue tal que a De Juana se le comput¨® por duplicado una redenci¨®n de 175 d¨ªas en 2000 por escribir una novela en la vert¨ªa todo su veneno contra funcionarios de prisiones y contra "el sistema penitenciario represor espa?ol".
De Juana consigui¨® de esa manera restar 11 a?os a su condena. El etarra habr¨ªa salido de la c¨¢rcel en agosto de 2005 si no hubiera sido porque el juez Fernando Grande-Marlaska decret¨® en enero su prisi¨®n a petici¨®n del fiscal, por la publicaci¨®n en el diario Gara de dos art¨ªculos titulados El Escudo y Gallizo que se consideraron amenazantes.
En el primero, De Juana manten¨ªa: "Hace a?os escuch¨¦ a un muy apreciado compa?ero chillar con fuerza: 'Sacad vuestras sucias manos de Euskal Herria'. S¨ª, sacadlas, porque otro camino s¨®lo implica m¨¢s sufrimiento. O el futuro terminar¨¢ demostrando sin duda que os quedar¨¦is sin ellas". En el segundo, titulado Gallizo (el apellido de la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo), daba los nombres de seis directores de prisiones a los que acusaba de torturas, pero sin advertirles del mal con que se les amenazaba y a la propia Gallizo, a la que acusaba de promocionar "a los personajes de m¨¢s triste recuerdo para los presos en general y para el colectivo de presos pol¨ªticos vascos en particular". Las cr¨ªticas que en 2000 sirvieron para redimir condena amenazaban ahora con mantenerlo en prisi¨®n.
El juez Santiago Pedraz concluy¨® la instrucci¨®n de esos supuestos delitos en junio de 2005 neg¨¢ndose a procesar a De Juana y ordenando su libertad al considerar que de sus art¨ªculos no se deduc¨ªa ninguna amenaza. Pero el fiscal, empe?ado en que el etarra no saliera de prisi¨®n, recurri¨® a la Sala Penal, que le dio la raz¨®n ordenando a Pedraz que lo procesara. En agosto, al cumplirse su condena, el preso comenz¨® su primera huelga de hambre, que abandon¨® al comenzar el juicio (el 8 de octubre).
La nueva condena lleg¨® s¨®lo un mes despu¨¦s: 12 a?os y siete meses por "amenazas veladas" mediante el "se?alamiento" de personas como objetivo de ETA. El preso decide continuar su ayuno y acaba ingresado en el hospital Doce de Octubre de Madrid, donde se le alimenta forzosamente por v¨ªa parenteral.
Tres meses despu¨¦s, tras recibir un informe m¨¦dico en que se avisaba que su vida corr¨ªa grave peligro, los tres magistrados que lo condenaron estuvieron a punto de concederle la libertad condicional. Sin embargo, la mayor¨ªa de los magistrados de la Sala de lo Penal de la Audiencia, tras conseguir que fuera ¨¦sta en pleno y no la secci¨®n que lo juzg¨® la que decidiera, lo mantuvo en la c¨¢rcel.
El ¨²ltimo acto de este c¨²mulo de contradicciones judiciales fue la sentencia del Tribunal Supremo, de la que, hasta el momento, s¨®lo se conoce su fallo y que reduce la condena de 12 a tres a?os dejando en manos de Instituciones Penitenciarias su posible salida de prisi¨®n. El alto tribunal puso fin al proceso al considerar que las amenazas eran "gen¨¦ricas" y no "terroristas", y que constitu¨ªan "enaltecimiento del terrorismo".
El Gobierno decidi¨® ayer su prisi¨®n atenuada en aplicaci¨®n del art¨ªculo 100.2 del Reglamento Penitenciario, que le permite acordar una ejecuci¨®n de condena espec¨ªfica para un preso determinado. Esa posibilidad se aplica con regularidad en las c¨¢rceles espa?olas, seg¨²n fuentes de Instituciones Penitenciarias que admiten, sin embargo, que nunca se utiliz¨® antes con un preso en huelga de hambre.
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