"Se acerca una hemorragia mundial"
on Lee Anderson (California, 1957) no es un c¨ªnico; es un periodista. Kapuscinski, uno de sus maestros, dec¨ªa que para este oficio, el periodismo, no sirven los c¨ªnicos, y Anderson es un periodista comprometido con la gente y con la realidad, compasivo. Sus reportajes en la revista New Yorker cubren las m¨¢s diversas zonas del sufrimiento humano; ha informado de guerras abiertas o subterr¨¢neas, y ha compartido experiencias con los revolucionarios de La Habana y Argel, y ha contado batallas del Congo y de Bolivia... Cuando hablamos, por tel¨¦fono, mientras ¨¦l estaba en Londres, preparaba un viaje a Somalia, pasando por Andaluc¨ªa, que fue una pasi¨®n que le contagi¨® su madre. Su ¨²ltimo libro (una reedici¨®n ampliada) es su Che Guevara. Una vida revolucionaria (Anagrama). En esta entrevista habla como un testigo de las ¨²ltimas d¨¦cadas de un mundo marcado por el odio.
El Che "tuvo una etapa muy atractiva, pero luego se hizo un inquisidor, pas¨® a ser un verdugo"
"Los que promueven teor¨ªas de la conspiraci¨®n s¨®lo buscan poder. Es una maniobra burda"
"Hemos llegado a un punto en que a la gente no le importa inmolarse entre muchedumbres"
Pregunta. En Espa?a se est¨¢ produciendo un juicio, el del 11-M, ambientado por una teor¨ªa de la conspiraci¨®n. No pas¨® con la tragedia de las Torres Gemelas.
Respuesta. Hay en medio un grupo que ha perdido el poder, que cre¨ªa que ten¨ªa amarrado. Los que fabricaron, sin ¨¦xito, una teor¨ªa de la conspiraci¨®n en Estados Unidos fueron gente del extremismo musulm¨¢n, y hallaron eco en extremismos similares en otros pa¨ªses. Pero no prosper¨®. Es gente profundamente antidemocr¨¢tica. ?sta es una analog¨ªa, y ¨¦sta es una conclusi¨®n: los que promueven esas teor¨ªas buscan el poder. Es una maniobra de poder, c¨ªnica y burda.
P. ?En qu¨¦ momento est¨¢ viviendo el mundo?
R. Va a venir una hemorragia mundial. No veo nada que nos desv¨ªe de un camino de mayor enfrentamiento y mayor sangre, y una mayor polarizaci¨®n, a corto y mediano plazo. Mira Irak: la inclinaci¨®n siempre es a peor, y ha sido as¨ª desde que cay¨® Bagdad. No s¨¦, a lo mejor se produce la suerte; en todas las guerras se produce un momento en que la sangre deja de derramarse, pero ¨¦ste es un tiempo muy crispado y muy peligroso. No hay un fin previsible para los conflictos que est¨¢n en curso.
P. En esta situaci¨®n, ?qu¨¦ se espera de un periodista?
R. Para m¨ª, un periodista hoy es lo que fue siempre. Somos los que informamos al p¨²blico, de la verdad, del acontecer cotidiano. Mi misi¨®n no ha cambiado; me he sentido atra¨ªdo, impulsado, obligado a participar como observador y narrador de estos hechos, y pienso que ¨¦se es un deber. Al fin y al cabo, soy un ser humano, mi pa¨ªs est¨¢ muy implicado... En t¨¦rminos generales, el periodismo tradicional est¨¢ en una crisis, la circulaci¨®n de los diarios disminuye. Yo mismo compro peri¨®dicos m¨¢s por romanticismo que por otra cosa; me s¨¦ la mayor¨ªa de los titulares, por la radio, por las webs, por los cartelones electr¨®nicos en las grandes ciudades. De momento, la tecnolog¨ªa no es muy atractiva para leer textos de largo aliento, como los que ustedes publican los domingos, as¨ª que por eso leo con inter¨¦s lo que publica EL PA?S los fines de semana, la revista del viernes de The Guardian o el weekend del Financial Times. Con la prensa pasar¨¢ como lo que ocurri¨® en la ¨¦poca de los dinosaurios: desaparecer¨¢n los dinosaurios, pero quedar¨¢n los cocodrilos y los tiburones, que sobrevivieron de aquellos tiempos.
P. Ser¨¢ siempre verdad lo que dec¨ªa Kapuscinski, que los c¨ªnicos no sirven para este oficio...
R. Aunque hay mucha gente c¨ªnica en el oficio. Es, de todos modos, una expresi¨®n un poco t¨®pica del querido Kapuscinski. ?C¨ªnicos en el sentido de la mentira o del escepticismo?
P. A la falta de inter¨¦s por los dramas que cuentan...
R. El periodismo como tal tiende a crear personas que llegan a ser un poco cansinas, que terminan no creyendo en nada... Pero por fortuna vienen nuevas generaciones de gente curiosa, que rompen moldes y que intentan no ser c¨ªnicos... Y ahora est¨¢ llena la profesi¨®n de bloggers: se democratiza el acceso a la informaci¨®n, pero observo que por esa blogosfera circula mucha teor¨ªa de la conspiraci¨®n. Tenemos una avalancha de informaci¨®n, pero se mezcla con los rumores. El mayor problema es que la gente pueda distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo certero y lo falso.
P. Dice usted, hablando de su libro sobre el Che, que es sobre Am¨¦rica Latina. Y afirma que si el Che viviera hoy, ser¨ªa un moderado. ?Es la evoluci¨®n de Am¨¦rica Latina?
R. Creo que s¨ª. Todav¨ªa hay una izquierda residual, potenciada y encarnada ahora en Hugo Ch¨¢vez, Evo Morales... Lo vemos en las universidades, en las reivindicaciones campesinas. Las luchas de hoy son adecuadas al nuevo tiempo; quiz¨¢ la inocencia de noci¨®n de la utop¨ªa, que llevaba a toda una generaci¨®n a empu?ar armas y a morir por una causa, se ha menguado, en parte por el resquebrajamiento de uno de los polos del mundo, la URSS. Despu¨¦s hubo procesos de paz, los que antes luchaban, ahora hacen pol¨ªtica de partido. Y por muchos antiglobalizadores que haya, siempre buscan alianzas y alg¨²n anclaje en el mercado global. Quedan, sin duda, gente como Hebe de Bonafini, que grita en la plaza de Mayo: "?Viva la insurgencia iraqu¨ª!". ?Por favor! La llevaba yo a una plaza de Bagdad para que viera cu¨¢nto duraba, por occidental, simplemente.
P. ?Le cae bien el Che?
R. El joven Guevara me cay¨® muy bien; en t¨¦rminos abstractos, el Che es muy atractivo. A veces me hago esta pregunta: si me hubiera presentado ante el Che, ?c¨®mo me habr¨ªa tratado? Depende de la etapa en que le hubiera pillado, porque hubo diferentes ¨¦pocas en ¨¦l, y unas me desilusionaron. Recuerdo que me sent¨ª muy atra¨ªdo por el joven que iba en busca de filosof¨ªas de toda ¨ªndole, y buscando matices... Tuvo una etapa, como digo, muy atractiva, pero luego se hizo un inquisidor, pas¨® a ser un verdugo, que ve¨ªa a su alrededor, siempre, desertores y traidores. Cuando dej¨® el Congo y se fue a Bolivia, ya no era tan severo; no fusilaba gente por deserci¨®n.
P. De los mitos queda Fidel. ?Cuando muera ser¨¢ el final de una ¨¦poca?
R. As¨ª es. Ya la sucesi¨®n est¨¢ amarrada. Es muy posible ahora que Fidel vuelva a ejercer un rol m¨¢s p¨²blico. Para la revoluci¨®n cubana, eso es un ojal¨¢.
P. Usted es muy aficionado a hacer diccionarios. ?Qu¨¦ palabra define este tiempo?
R. Odio. Es lo que lo mueve todo. Es lo que nos tiene agarrados a todos hoy d¨ªa; es lo que alienta el terrorismo. ?Ya no hay guerrillas, todos son terroristas! Los guerrilleros como el Che ten¨ªan un determinado c¨®digo ¨¦tico. ?Comparado con los terroristas de ahora, es una especie de Robin Hood! Hemos llegado a un punto en que a la gente no le importa inmolarse entre muchedumbres cada d¨ªa. Eso es el odio, y la reacci¨®n tambi¨¦n es odio.
J
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.