"No me gust¨® el ¨¢rbitro"

Fabio Capello naci¨® al pie de los Alpes, en el Friuli. De aquellos valles sufridos hered¨® el esp¨ªritu obstinado de los monta?eses. Y, como buen monta?¨¦s, es un hombre de costumbres. Cuando las decisiones de los ¨¢rbitros lo favorecen, declara que no habla del ¨¢rbitro. Cuando los ¨¢rbitros no lo ayudan, se queja. La reacci¨®n siempre es predecible. Natural como el calendario lunar. Ayer, al parecer, Teixeira no le ech¨® una mano y esto suscit¨® la repugnancia tanto del director de f¨²tbol, Pedja Mijatovic, como del propio Capello. Desde que comenz¨® la Liga, los dos act¨²an en pinza. Primero habla Mijatovic en la televisi¨®n y despu¨¦s Capello le hace los coros en la sala de prensa. Son un d¨²o. Igual que Simon y Garfunkel o que Nixon y Kissinger.

"Me parece que la gente nos ha animado mucho", reflexiona el t¨¦cnico italiano

Ayer, Mijatovic sali¨® en la televisi¨®n al terminar el partido para decir que Teixeira no debi¨® cobrar un penalti al Getafe, sino tres. Capello lo acompa?¨® al punto. Dijo que no le gust¨® el ¨¢rbitro. "No me gust¨®", declar¨® respetando su l¨ªnea. "Hoy no me gust¨® el ¨¢rbitro". Para ser fiel a su din¨¢mica, cuando le pidieron que explicase mejor en qu¨¦ consist¨ªa su desagrado, recurri¨® a su vieja salida: "No hablo de los ¨¢rbitros".

Desde fuera, para un ne¨®fito, esta sucesi¨®n de manifestaciones pueden parecer incoherentes. Para Capello forman parte de su c¨®digo. Son el lenguaje intrincado que emplean quienes habitan su mundo. As¨ª ha vivido durante los ¨²ltimos diez a?os. El hombre no se inmuta con las cr¨ªticas que vienen de fuera. ?l sigue su camino. Porque, debe de pensar, comport¨¢ndose as¨ª logr¨® convertirse en el entrenador con m¨¢s prestigio de Italia. Aunque los ¨²ltimos dos t¨ªtulos que ganara, al frente del Juventus, le fuesen retirados por orden judicial tras probarse que el director general del club, Luciano Moggi, hab¨ªa corrompido a los ¨¢rbitros para que favorecieran a su equipo. De eso Capello no habla. Para ¨¦l, s¨®lo importa el porvenir.

El pasado est¨¢ muerto. La semana pasada, tambi¨¦n. Ayer, Capello insinu¨® que Teixeira debi¨® pitar m¨¢s penaltis a favor del Madrid en aquella jugada en la que cay¨® Cassano o en la que Gago se fue al suelo o en la que Reyes acab¨® lesionado. Nada dijo Capello, ni Mijatovic, de las entradas desaforadas de Roberto Carlos a Cotelo, que merecieron la expulsi¨®n. Tampoco quisieron recordar que la semana pasada, en el Calder¨®n, Daud¨¦n anul¨® un gol al Atl¨¦tico que habr¨ªa supuesto una derrota del Madrid. Entonces, como las medidas arbitrales resultaron notablemente beneficiosas, Capello se escabull¨® con su recurso de costumbre: "Hace dos a?os que no hablo de los ¨¢rbitros".

Capello habla de los ¨¢rbitros cada jornada, pero tal vez ni se d¨¦ cuenta. No est¨¢ en este negocio para hacer historia. S¨®lo le interesa el presente. El d¨ªa a d¨ªa y el dinero que le reporta. Tiene experiencia y sabe que hay valoraciones que no deben hacerse nunca si se quiere mantener en alza el perfil. Primero, nunca ejercer la autocr¨ªtica, salvo por motivos de fuerza mayor. Luego, exhibir una imagen correcta y superficial de la realidad, aunque a su alrededor ocurran cosas tan miserables como que sus futbolistas se nieguen a jugar y ¨¦l los ampare. El caso de Emerson, que gana cinco millones de euros y rechaza jugar en el Bernab¨¦u, es el primer caso en la historia del f¨²tbol en el que un jugador se declara p¨²blicamente en rebeld¨ªa y el club no lo sanciona.

"Hoy hemos jugado un muy buen partido y el resultado ha sido injusto", coment¨® Capello despu¨¦s del empate; "me ha gustado mucho el equipo, el esp¨ªritu, todas las cosas que hemos hecho en el campo. Hoy, el p¨²blico ha visto un buen partido en la segunda parte. Hemos tenido ocasiones, pero hemos fallado por precipitarnos. Me parece que la gente nos ha animado mucho. Hoy, el p¨²blico nos ha ayudado".

Al escuchar al entrenador, se habr¨ªa dicho que el empate le serv¨ªa para luchar por alg¨²n t¨ªtulo. Presa de la misma ilusi¨®n, los futbolistas del Madrid salieron del vestuario diciendo las mismas cosas huecas. Como Robinho, que declar¨®: "Estamos en una buena posici¨®n en la Liga".