Secuelas del DNT
Espero que las cabezas pensantes del PP tengan bien dise?ada la estrategia de confrontaci¨®n con el gobierno, incluyendo un plan B, en el caso de que la extrema derecha resucite y comience a adue?arse de las calles, porque de no ser as¨ª, esto ya comienza a ser preocupante. Manifestaciones ilegales encabezadas por alcaldes electos, pancartas insultantes en actos oficiales del Presidente, improperios a voz en grito acompa?ados de un creciente n¨²mero de s¨ªmbolos inconstitucionales, pueblan cada vez m¨¢s el desolador panorama de la Espa?a actual.
No se ve¨ªa algo parecido desde los primeros a?os de la Transici¨®n. T¨¦rminos como traidor y asesino dirigidos al Presidente del Gobierno son ya de uso cotidiano, y, lo que es peor, sin que exista en el horizonte pr¨®ximo el menor s¨ªntoma de que alg¨²n dirigente pol¨ªtico de la otra orilla los desautorice.
"No se ve¨ªa algo parecido desde los primeros a?os de la Transici¨®n: t¨¦rminos como traidor y asesino dirigidos al presidente"
Ciertamente, los l¨ªderes de la derecha pueden estar satisfechos, las encuestas parecen decirles que con cada proclama patri¨®tica, con cada llamada a las barricadas, con cada apelaci¨®n al honor y a la dignidad de todo un pueblo, los votos acuden en masa.
Deben estar celebr¨¢ndolo en privado, aunque en p¨²blico pongan cara de preocupaci¨®n contenida. El objetivo se est¨¢ cumpliendo al mil¨ªmetro: provocar, como sea, elecciones anticipadas en un clima tan crispado, al menos, como el del 11-M. Por fin las cosas volver¨¢n a su sitio, tres a?os despu¨¦s, deben estar pensando en la sede de G¨¦nova.
Naturalmente todo el mundo se ha olvidado ya de que la pol¨ªtica antiterrorista la dirige el gobierno, como dice el art¨ªculo uno del pacto que el mismo Rajoy firm¨®. Pero ?a qui¨¦n le importa eso ahora? Esta es una batalla que se libra en el terreno puramente emocional, un lugar perfectamente abonado para la demagogia y las consignas milenaristas.
Y en ¨¦l, naturalmente, gana siempre quien m¨¢s inter¨¦s le pone. ?Zapatero cobarde, c¨®mplice de terroristas, v¨ªctima inerme del chantaje! ?A la calle! gritan los dirigentes populares. Y claro est¨¢, all¨ª se encuentran todos, los suyos y los que le votaban sin demasiada convicci¨®n, hasta ahora, porque no encontraban alternativas m¨¢s extremas.
Porque el problema, dig¨¢moslo claramente, no es la prisi¨®n atenuada de De Juana. El verdadero problema es que los peritos del 11-M han dictaminado por fin que no hab¨ªa suficiente dinitrotolueno (DNT) como para abonar la tesis de la conspiraci¨®n. ?Tantos meses de trabajo concienzudo de Jim¨¦nez L., Pedro J., y todo el frente medi¨¢tico antisistema, para nada!
Por eso, a partir de ahora, el juicio, en el que tantas esperanzas ten¨ªan todos depositadas, ya no les interesa lo m¨¢s m¨ªnimo. Lleg¨® la hora de olvidarse de las mochilas, los explosivos, el casette de la orquesta Mondrag¨®n y hasta de la furgoneta Kangoo. Es preciso abrir con urgencia otro frente, sin soluci¨®n de continuidad, para que el acoso no decaiga, para que los patriotas no se desmovilicen. Y ah¨ª es cuando aparece De Juana. M¨¢s suerte no se puede tener. Primero L'Estatut, luego Endesa, despu¨¦s el 11-M, ahora el chantaje terrorista... La larga espera comienza a dar resultados.
Si no fuera tan pat¨¦tico resultar¨ªa hasta divertido observar en televisi¨®n los rostros aparentemente compungidos de los dirigentes del PP hablando con total desparpajo de ¨¦tica, de libertad y de defensa del Estado de Derecho, como si ellos fueran sus ¨²ltimos garantes entre tanto caos entreguista provocado por Zapatero y su gobierno.
Pues nada, Sr. Rajoy, ?enhorabuena!, quiz¨¢ su estrategia est¨¦ consiguiendo, por fin, meter el miedo en la gente mientras los suyos se adue?an poco a poco de las calles. Pero ya le vaticino que el miedo es contagioso e imprevisible.
Quiz¨¢ en medio de ese pernicioso y confuso caldo de cultivo que est¨¢n creando entre todos, sin ponerse l¨ªmite alguno, usted mismo corra serio peligro de desaparici¨®n. Tal como se est¨¢n poniendo las cosas no descarte que pueda emerger un l¨ªder con mayor pedigree autoritario que usted y le acabe barriendo de la escena pol¨ªtica como a una vulgar colilla.
Lo haya querido o no, est¨¢ creando un monstruo que le va a devorar con el tiempo. Quiz¨¢ m¨¢s pronto incluso de lo que piensa. No ser¨¢ una buena noticia para la Democracia. Pero, ya se sabe, la demagogia, al final, es lo que tiene.
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