La estrategia de Ulises
La peripecia del buque mercante Ostedijk a lo largo de la costa gallega durante los ¨²ltimos d¨ªas ha puesto de nuevo de manifiesto (aunque esta vez sin las catastr¨®ficas consecuencias del Prestige) el flagrante malfuncionamiento del sistema espa?ol de protecci¨®n de la seguridad mar¨ªtima, que tiende a convertirse en end¨¦mico si no se adoptan medidas en¨¦rgicas. Un buque cuyos problemas podr¨ªan haberse solucionado en horas en un puerto cualquiera ha sido paseado durante d¨ªas por la costa en una exhibici¨®n de indecisi¨®n pat¨¦tica, para finalmente llevar a efecto en la mar (con las consiguientes dificultades y enormes costos que ello genera) una operaci¨®n t¨¦cnica en s¨ª misma sencilla y trivial. La alarma social provocada, no tanto por el incidente en s¨ª como por su err¨¢tica gesti¨®n, ha generado de nuevo reacciones hist¨¦ricas por parte de las autoridades locales y vecinos del litoral, y ha dado lugar al consabido y lamentable guirigay pol¨ªtico al que los ciudadanos parecemos condenados ¨²ltimamente.
?Qu¨¦ es lo que falla en el sistema? Aunque pueda resultar sorprendente para el p¨²blico, el problema no radica ni en los medios materiales disponibles (nuestro pa¨ªs se ha dotado en los ¨²ltimos a?os de una red de medios costeros y n¨¢uticos m¨¢s que aceptable), ni en la profesionalidad de nuestros t¨¦cnicos en seguridad mar¨ªtima, cuya competencia es indiscutible. El problema radica en el sistema de toma de decisiones, que est¨¢ plenamente abierto y expuesto a las influencias pol¨ªticas y burocr¨¢ticas de los incompetentes. Y para explicarlo con claridad, nada mejor que un ejemplo que procede de otros lares y, por ello, no es sospechoso de partidismo interesado.
El 18 de enero pasado, el portacontenedores MSC Napoli sufri¨® una grieta estructural e inundaci¨®n en la c¨¢mara de m¨¢quinas cuando navegaba por el Canal de la Mancha, en zona de control mar¨ªtimo franc¨¦s. Inmediatamente se procedi¨® a evacuar a la tripulaci¨®n, tomar a remolque al buque y enviar a bordo un equipo de expertos para dictaminar sobre la situaci¨®n estructural de la nave. Se comprob¨® que ¨¦sta era precaria y requer¨ªa llevar el buque a un puerto o lugar de abrigo con urgencia, si se quer¨ªa evitar el hundimiento y sus catastr¨®ficas consecuencias (m¨¢s de 250 contenedores conten¨ªan substancias t¨®xicas y adem¨¢s el buque ten¨ªa a bordo 3.500 toneladas de fuel oil). La autoridad al mando, el prefecto mar¨ªtimo franc¨¦s, identific¨® tres lugares en la costa francesa a los que el buque pod¨ªa acceder f¨¢cilmente, pero las autoridades locales implicadas mostraron su abierta oposici¨®n a que el buque se dirigiera a esos lugares por miedo a la posible contaminaci¨®n. De acuerdo con el sistema franc¨¦s, esta oposici¨®n municipal obliga a que la toma de decisiones pase al nivel burocr¨¢tico superior, el Gobierno de Par¨ªs. Lo malo era que, mientras tanto, el buque se iba a hundir. ?Saben lo que se hizo para evitar la cat¨¢strofe? Pues nada menos que transferir el control del caso al Reino Unido, donde la autoridad competente, el denominado SOSREP, tom¨® r¨¢pidamente una decisi¨®n, la de embarrancar el buque en las playas de Lime Bay, puesto que los puertos de Falmouth y Plymouth no pod¨ªan acoger el buque por falta de calado. La operaci¨®n ha sido un ¨¦xito total, tanto n¨¢utico como ecol¨®gico.
?Qu¨¦ tiene el Reino Unido que no tengan Francia o Espa?a? Pues nada menos que un sistema de adopci¨®n de decisiones adecuado a las caracter¨ªsticas propias de lo mar¨ªtimo. Creado a partir de las sugerencias de un famoso informe de Lord Donaldson sobre salvamento y seguridad mar¨ªtima de 1999, el representante especial del Secretary of State (SOSREP) tiene el mando, control y decisi¨®n ¨²nica en los casos de emergencia mar¨ªtima, y est¨¢ blindado contra cualquier injerencia del Gobierno, pol¨ªtica o localista. Para bien o para mal, ¨¦l decide lo que hay que hacer, sin escuchar otros criterios que los de su equipo t¨¦cnico y los que ¨¦l mismo recabe. Hasta ahora, y el MSC Napoli es un buen ejemplo de ello, ha sido para bien. Tanto que la Uni¨®n Europea aspira a que ese sistema se extienda en todos los pa¨ªses del continente.
El sistema SOSREP es una variante de lo que los polit¨®logos denominan "estrategia de Ulises". Es decir, la de adoptar una decisi¨®n pol¨ªtica previa y general: en caso de amenaza de cat¨¢strofe mar¨ªtima, ser¨¢ un cargo t¨¦cnico de confianza quien decida ¨¦l solo (atarse al palo mayor), y ese cargo no podr¨¢ siquiera escuchar a los intereses burocr¨¢ticos, localistas y electoralistas que claman hist¨¦ricos en estos casos (taparse los o¨ªdos para no o¨ªr las sirenas). No se trata de que la pol¨ªtica abdique de sus decisiones (una especie de gobierno de los t¨¦cnicos), sino que decida con car¨¢cter general y previo c¨®mo hay que decidir en ciertos casos delicados y sensibles que tienden a emborronarse por su repercusi¨®n pol¨ªtica inmediata. Lo mismo, en definitiva, que se hace al confiar la pol¨ªtica monetaria a un Banco Central aut¨®nomo y blindado contra las presiones externas. Cuando hay un incendio, la actuaci¨®n de los bomberos no puede estar sujeta a la reuni¨®n y discusi¨®n de los concejales, los medios, el p¨²blico y los votos futuros.
?Es posible algo as¨ª en Espa?a? Desgraciadamente, nuestra experiencia particular con los "organismos reguladores t¨¦cnicos" es desalentadora: todos ellos han mostrado su permeabilidad a los deseos del gobierno de turno o del partido que los nombr¨® a la hora de adoptar decisiones. Pero es que, adem¨¢s, y en este modelo de Estado fragmentado (Sosa Wagner) al que nos encaminamos con decisi¨®n, se piensa transferir el salvamento y seguridad mar¨ªtima a las Comunidades Aut¨®nomas, lo que garantiza ad eternum el guirigay escandaloso en la toma de decisiones. Vamos, que nuestra derrota es justo la contraria a lo que los buenos ejemplos europeos nos se?alan. Y as¨ª nos ir¨¢.
Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Soroa es abogado.
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