Mentir para la guerra

Las mentiras y manipulaciones para la guerra de Irak de la Administraci¨®n de Bush ya tienen un primer culpable ante los tribunales, Lewis Scooter Libby, entonces jefe de Gabinete del vicepresidente Cheney. El juicio y la condena sin paliativos de ayer han puesto de relieve las tortuosas maneras de actuar de la Administraci¨®n, especialmente en el camino a la guerra de Irak, para justificarla con unas inexistentes armas de destrucci¨®n masiva. Con este toque de la justicia ha quedado seriamente da?ada la imagen de Bush y especialmente deteriorada la de Cheney, que a¨²n ha de afrontar investigaciones sobre el mal uso de los fondos para Irak.

La CIA envi¨® en 2002 a Joseph Wilson a ?frica a investigar rumores sobre supuestos intentos de Sadam Husein de hacerse con uranio para una bomba. Wilson no encontr¨® nada, lo que no impidi¨® al presidente Bush afirmar en su discurso sobre el estado de la naci¨®n en enero de 2003, semanas antes de la invasi¨®n, que "el Gobierno brit¨¢nico ha sabido que Sadam Husein intent¨® recientemente adquirir cantidades significativas de uranio en ?frica". Poco despu¨¦s, en julio de 2003, Wilson public¨® un art¨ªculo en The New York Times en el que consideraba esas afirmaciones "muy dudosas" y acusaba a la Administraci¨®n de Bush de retorcer los informes secretos para justificar la guerra. Aparentemente en represalia y para intimidar a cualquier otro disidente en la Administraci¨®n, la Casa Blanca filtr¨® a la prensa que la mujer de Wilson, Valerie Plame, era agente de la CIA. Revelar tal condici¨®n es un crimen en EE UU, aunque nadie ha sido acusado por hacerlo en este caso. Libby ha sido condenado por un jurado, tras 10 d¨ªas de deliberaci¨®n, por

obstrucci¨®n a la justicia, mentira y perjurio durante la investigaci¨®n que se abri¨® a ra¨ªz de esta filtraci¨®n, especialmente sobre sus contactos con periodistas. Falta la pena, que el juez ha de fijar el 5 de junio y que podr¨ªa llegar a 25 a?os de prisi¨®n.

El caso Libby pone de relieve los tejemanejes de esta Administraci¨®n sin principios morales, cuando est¨¢n a punto de cumplirse cuatro a?os de una guerra fallida y desastrosa, cuya ¨²ltima tragedia se vivi¨® ayer con la muerte de decenas de peregrinos chi¨ªes al sur de Bagdad en un ataque de dos suicidas, mientras el apoyo de los estadounidenses a este conflicto sigue rompiendo suelos en EE UU. Bush, a trav¨¦s de una portavoz, se limit¨® a declararse "entristecido" por Libby y su familia.