Palestina-Israel: una gran oportunidad
?Podr¨¢ ignorar Condoleezza Rice las opiniones o los consejos del general Omar Suleim¨¢n o del pr¨ªncipe Bandar Bin Sultan sobre lo que Washington deber¨ªa hacer y, mejor a¨²n, lo que le convendr¨ªa hacer en Oriente Medio? El gran p¨²blico no identificar¨¢ de inmediato estos nombres pero son, respectivamente, jefe de la inteligencia egipcia y jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Arabia Saud¨ª. Y algo m¨¢s: el general es, de lejos, el responsable ¨¢rabe que m¨¢s ha tratado con todas las facciones palestinas y un incansable mediador entre las mismas; y el pr¨ªncipe ha sido embajador en Washington m¨¢s de veinte a?os, ha tenido acceso f¨¢cil a cuatro presidentes y (Bob Woodward dixit) entraba en la Casa Blanca a cualquier hora.
Pero son algo m¨¢s que eso: son altos funcionarios de los dos reg¨ªmenes ¨¢rabes m¨¢s importantes, con una hoja de servicios a los Estados Unidos sin parang¨®n y est¨¢n ligeramente hartos de que en Washington se ignoren sus recomendaciones, reiteradas a Condoleezza Rice el martes 20 de febrero en Amm¨¢n, en una reuni¨®n con otros jefes de inteligencia que pas¨® poco menos que inadvertida. Tales recomendaciones se resumen en una a d¨ªa de hoy: se debe aceptar el proyectado Gobierno de unidad nacional palestino aunque est¨¦ dirigido por un islamista, Ismail Haniya, y no s¨®lo porque gan¨® limpiamente las elecciones sino porque no hay alternativa si se quiere reactivar un proceso pacificador y evitar una eventual reanudaci¨®n de la confrontaci¨®n inter-palestina.
Si se lee bien el comunicado emitido tras la reuni¨®n del 21 de febrero en Berl¨ªn por el Cuarteto [integrado por EE UU, la UE, la ONU y Rusia, y que es albacea de una Hoja de Ruta t¨¦cnicamente vigente], se apreciar¨¢ una flexibilidad nueva, una puerta abierta y un m¨ªnimo de suelo com¨²n que se resume en la socorrida f¨®rmula de juzgar al Gobierno por sus actos. El presidente Abbas, que retendr¨¢ la capacidad para negociar con Israel en tanto que l¨ªder de la OLP, consigui¨® en La Meca un acuerdo de principio que deja la jefatura del Gobierno a Haniya y hace entrar en el Ejecutivo a independientes que se ocupar¨¢n de Hacienda y Exteriores; habr¨¢ un empate sobre qui¨¦n y c¨®mo manejar¨¢ las fuerzas de seguridad. Asimismo, una tarea facilitada ha sido la autoexclusi¨®n de Mohamed Dahlan, quien dijo no estar interesado en ser viceprimer ministro. Si bien es dif¨ªcil pensar que ¨¦ste deje de moverse, no siempre para mejorar las cosas.
La gira de la secretaria de Estado por la regi¨®n termin¨®, aparentemente, con un fiasco: la in¨²til cumbre en la que se reuni¨® con Abbas y el primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert. La parte israel¨ª ya hab¨ªa hecho saber que no discutir¨ªa con la palestina los asuntos cruciales -refugiados, fronteras, colonias, estatuto final en dos palabras-, pero lo que vaci¨® por completo de contenido el encuentro fue el anuncio israel¨ª, con Rice ya sobre el terreno, de que Olmert y el presidente Bush se hab¨ªan puesto de acuerdo en boicotear al eventual Gobierno palestino porque en ¨¦l estar¨ªa Ham¨¢s. Se susurra, sin pruebas, que a la secretaria de Estado le gust¨® poco todo esto, que la dej¨® sin trabajo; y hay indicios de que el Cuarteto habr¨ªa preferido algo m¨¢s de discreci¨®n, m¨¢s oficio y menos tel¨¦fono. N¨®tese la diferencia entre el citado anuncio y tanto el tono de Condoleezza Rice -que se resisti¨® a condenar de antemano al Gobierno en ciernes- como las afirmaciones de Tony Blair, quien dijo en Londres el mi¨¦rcoles 22 que ser¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil lidiar con la situaci¨®n de Oriente Medio si hay un Gobierno palestino de unidad nacional y que se podr¨¢n hacer progresos incluso con los elementos sensatos de Ham¨¢s.
?Hay dos pol¨ªticas norteamericanas para salir del atasco y avanzar resueltamente en la v¨ªa de la two state solution? No es tan dif¨ªcil de imaginarlo: de entre la desbandada neocon se ha salvado alguna voz menos conocida del gran p¨²blico, pero de peso, como la de Elliott Abrams, a cargo de Oriente Medio en el Consejo de Seguridad Nacional, con rango de vicedirector y estricto aliado de la derecha nacionalista israel¨ª. El tonopre-electoral de hecho que domina ya el escenario norteamericano no ayuda precisamente: ha empezado ya el ritual proceso de determinar con exactitud milim¨¦trica qu¨¦ grado de solidaridad con Israel muestra o mostrar¨¢ cada candidato. Y si no, que se lo digan a Barack Obama.
El Cuarteto desea por tres a uno, si vale decirlo as¨ª, no desperdiciar la ocasi¨®n, dar al Gobierno una oportunidad que no se le niega a nadie y, en el caso ruso, un respaldo claro al nuevo Gobierno palestino de coalici¨®n; y tambi¨¦n el principio del fin de la insoportable asfixia socioecon¨®mica y el boicot pol¨ªtico vigentes (declaraciones del ministro Serguei Lavrov a Rossiyskaya Gazeta). ?Y la Uni¨®n Europea, presente en la reuni¨®n de Berl¨ªn a trav¨¦s de Javier Solana y Benita Ferrero-Waldner? Siempre ha habido un matiz, en el sentido de mantener la asistencia econ¨®mica a Abbas y de privilegiar el fin de la violencia interpalestina, frente a la rigidez norteamericana, y de dar alguna clase de papel a los vecinos, regionalizar un poco la crisis. No ser¨ªa, no deber¨ªa ser, una sorpresa que ahora respaldara la tesis de Abbas ("no hay alternativa") y apostara por esperar, como m¨ªnimo, a ver la pr¨¢ctica pol¨ªtica del nuevo Gobierno.
El mi¨¦rcoles pasado acept¨® la cartera de Hacienda el respetado Salam Fayad y se da por hecho que otro dirigente sensato, Zyad Abu Amr, ir¨¢ a Exteriores. Desde su exilio en Damasco, el jefe pol¨ªtico de Ham¨¢s, Jaled Meshaal, quien estuvo en La Meca y es coautor de todo este plan, dijo tranquilamente hace un mes que Israel es un hecho y que no admitir eso ser¨ªa una tonter¨ªa. Pero no se siente inclinado a reconocerlo como un Estado fuera de un contexto negociador: t¨¢citamente, lo ve como el resultado, no como la condici¨®n previa, de una eventual negociaci¨®n. Ham¨¢s podr¨ªa entrar en la OLP y su respeto por los acuerdos firmados con Israel por la central palestina ser¨ªa un compromiso expl¨ªcito (otro paso hacia el reconocimiento del derecho de Israel a existir, que es lo que literalmente pide el Cuarteto, no el reconocimiento jur¨ªdico instant¨¢neo). ?ste vendr¨¢ si -lo que no es imposible- el nuevo Gobierno da su aprobaci¨®n a la entrada formal de los islamistas en el compromiso global ¨¢rabe contenido en la Declaraci¨®n de Beirut (fruto de la cumbre de la Liga ?rabe en esa ciudad en 2002), que propone todo el reconocimiento a cambio de todo el territorio ocupado en 1967. Algunos le llaman a la propuesta, porque lo fue, la iniciativa saud¨ª, y como tal es mencionada en el pre¨¢mbulo de la Hoja de Ruta. Acercar a los islamistas palestinos a ese consenso es el deber y la conveniencia de Washington. Se lo debe de sobra a los palestinos y nos lo debe a los europeos. Si los norteamericanos se empe?an en bloquear otra vez un camino posibilista y muy respaldado se equivocar¨¢n otra vez. Y los d¨ªas no est¨¢n para m¨¢s equivocaciones en Oriente Medio.
Gema Mart¨ªn Mu?oz es directora general de la Casa ?rabe y el Instituto Internacional de Estudios ?rabes y del Mundo Musulm¨¢n.
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