?Viva la Rep¨²blica!
Fue un grito poderoso, rotundo, con voz de mujer de car¨¢cter. El recital de la mezzosoprano extreme?a Elena Gragera y el pianista catal¨¢n Ant¨®n Card¨® acababa de concluir en una atm¨®sfera de serenidad y buen gusto, con canciones de Ernesto Halffter, Nin Culmell, Montsalvatge, Mompou y otros. Inmediatamente despu¨¦s del concierto fue cuando a pleno pulm¨®n se escuch¨® en la sala "?Viva la Rep¨²blica!", algo que pod¨ªa ser una an¨¦cdota aislada, pero el p¨²blico respondi¨® mayoritariamente, y con energ¨ªa, "?Viva!". Hay que ver: los tiempos que corren.
Elena Gragera y Ant¨®n Card¨® est¨¢n realizando una carrera a contracorriente, con una fuerte carga de investigaci¨®n en repertorios inusuales, especialmente de m¨²sica espa?ola, y a la chita callando se han situado en un lugar de privilegio en nuestro panorama musical.
Canciones de la Rep¨²blica
Con la mezzosoprano Elena Gragera y el pianista Ant¨®n Card¨®. Canciones relacionadas con la pintura y las artes de la ¨¦poca de las Misiones Pedag¨®gicas. Auditorio Conde Duque, Madrid, 6 de marzo.
Juntos han grabado ya nueve discos, a los que hay que a?adir cuatro m¨¢s de la mezzosoprano, el ¨²ltimo -calentito, calentito- con canciones argentinas de Piazzolla, Ginastera y Guastavino, con el admirable Octeto Ib¨¦rico de violonchelos de El¨ªas Arizcuren. En cierto modo, y en determinados ambientes concert¨ªsticos, Gragera se ha convertido en la sucesora de Teresa Berganza.
El d¨²o Gragera-Card¨® parte de una honradez inusitada, al margen de criterios comerciales. El recital de anteayer fue una prueba m¨¢s de una manera de estar en sociedad tan humilde como rigurosa. Sin ning¨²n tipo de divismos, con el trabajo bien hecho como ¨²nica carta de presentaci¨®n.
Retrato de ¨¦poca
Abordaron textos de Cernuda, Bergam¨ªn, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Foix, Valle-Incl¨¢n y Garc¨ªa Lorca, entre otros, bordando ciclos de canciones como el de La Barraca, homenajeando al cine de la mano de Ernesto Halffter, al circo con Honneger o a la pintura con Poulenc, en un contexto de iniciativas organizadas en su d¨ªa por los amigos de las artes nuevas.
Fue el de Gragera y Card¨® un retrato de ¨¦poca. Sin himnos. Con una militancia basada exclusivamente en la sensibilidad. Al fondo lat¨ªa, claro, el esp¨ªritu de las Misiones Pedag¨®gicas, cuya exposici¨®n en el cuartel de Conde Duque termina el domingo y del que este concierto era una actividad complementaria. Complementaria, s¨ª, pero absolutamente reveladora de un tiempo y de un pa¨ªs, el nuestro. Por mal que le siente a alguno.
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