Un Bulg¨¢kov flamenco
Sorprendente. Que El maestro Juan Mart¨ªnez que estaba all¨ª, del periodista y escritor sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944), haya pasado casi desapercibida en los ¨²ltimos 70 a?os resulta apenas explicable por su falta de pretenciosidad y por el halo maldito de su autor, republicano convencido, "antifascista y antirrevolucionario por temperamento", hasta el extremo de que el desencanto le llev¨® a tomar la v¨ªa del exilio. Eso le dej¨® en tierra de nadie. No en vano escribi¨®: "Hab¨ªa contra¨ªdo m¨¦ritos bastantes para haber sido fusilado por uno u otro bando".
La hierba, no obstante, va creciendo en el desierto del olvido. La rehabilitaci¨®n literaria de Chaves Nogales, todav¨ªa inconclusa, debe mucho a sus paisanos. La Diputaci¨®n Provincial de Sevilla edit¨® en 1993 su obra narrativa completa, y el Ayuntamiento, la Universidad y la Caja de Ahorros de San Fernando han ido publicando tambi¨¦n textos fundamentales como Cuatro historias de la rep¨²blica y A sangre y fuego. Su obra m¨¢s conocida (una biograf¨ªa del torero Juan Belmonte) apareci¨® hace poco m¨¢s de tres a?os en Alianza Editorial, y hace quince que ocurri¨® otro tanto con El maestro Juan Mart¨ªnez que estaba all¨ª (Editorial Castillejo). Ojal¨¢ que la cuidada edici¨®n de esta ¨²ltima obra que ahora publica Libros del Asteroide (un sello de limitada pero selecta producci¨®n) ampl¨ªe el horizonte de lectores de Chaves Nogales.
EL MAESTRO JUAN MART?NEZ QUE ESTABA ALL?
Manuel Chaves Nogales
Libros del Asteroide
Barcelona, 2007
290 p¨¢ginas. 17,95 euros
T¨¦cnicamente, el libro no puede ser m¨¢s simple: el autor se encuentra en Par¨ªs, y escucha las peripecias, que ¨¦l se limita te¨®ricamente a transcribir, de un artista flamenco de variedades, Juan Mart¨ªnez, quien, junto a su mujer -apenas una sombra a lo largo del relato- pas¨® por toda suerte de vicisitudes en la Constantinopla controlada por los alemanes y, sobre todo, en la Rusia zarista y, m¨¢s tarde, en la bolchevique y en la desgarrada por la guerra civil.
El n¨²cleo de la obra es la lu
cha por la supervivencia en Kiev, sucesivamente ocupada, en un tiovivo disparatado, por rojos, blancos, nacionalistas y hasta polacos. Es, en suma, la misma sustancia hist¨®rica de la que se nutre La guardia blanca, obra mayor de Mija¨ªl Bulg¨¢kov que, junto a El maestro y Margarita, le sit¨²an en un lugar de honor entre los escritores de la ¨¦poca sovi¨¦tica.
Sin embargo, la novela o reportaje de Chaves Nogales (la duda de lo que es realmente asalta al lector, y es ya demasiado tarde para resolverla) es antiliteraria, llena de frescura, ajena a toda solemnidad, escrita como se habla, o como podr¨ªa hablar alguien como Juan Mart¨ªnez, que sab¨ªa bastante de baile flamenco, pero no mucho de letras. Es m¨¢s, no s¨®lo no se preocupa de analizar los acontecimientos en los que se ve sumergido, sino que, de vez en cuando aclara que ¨¦l no entiende nada de pol¨ªtica, y que su ¨²nico af¨¢n es sobrevivir. Y en la descripci¨®n di¨¢fana de esa lucha por lograrlo es, parad¨®jicamente, donde la obra adquiere peso y trascendencia, aliento de la buena novela picaresca espa?ola, a la que tanto debe, quiz¨¢s sin pretenderlo. La descripci¨®n de c¨®mo tiene que adaptarse a los sucesivos cambios de r¨¦gimen en Kiev es una delicia, imposible de seguir sin una sonrisa pese a la tragedia inmensa que encierra.
Como Juan Mart¨ªnez "no entiende de pol¨ªtica", se limita a relatar lo que le ocurre (o lo que Chaves Nogales, buen conocedor de Rusia, novela a partir de ah¨ª), y el resultado es que blancos y rojos salen igualmente mal parados, protagonistas de una violencia ciega y de un sectarismo que descalifica los ideales a los que dicen servir. No deja t¨ªtere con cabeza. ?Ser¨¢ ese ¨¢cido distanciamiento lo que no se le ha perdonado a Chaves Nogales?
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