De Mozart a Manu Chao
El argentino Osvaldo Golijov alcanza la celebridad en la m¨²sica de vanguardia en EE UU
"?C¨®mo se escuchar¨ªa esta m¨²sica bajo las estrellas?", recuerda haberse preguntado el argentino Osvaldo Golijov (La Plata, 1960), para algunos "el secreto mejor guardado de la m¨²sica contempor¨¢nea", mientras compon¨ªa el a?o pasado un concierto para el chelista de origen chino Yo-Yo Ma. "La idea era estrenarla en T¨¢nger y sent¨ª que la experiencia de tomar contacto con ella al aire libre, compitiendo con la noche, deb¨ªa de ser esencialmente distinta a la de escucharla mirando al techo, pues tra¨ªa a la mente la noci¨®n de eternidad". ?Qu¨¦ hizo, entonces? "Trat¨¦ de reproducir un silencio espiritual colectivo. Redistribu¨ª la orquesta como una gran antena que toma, transforma y remite las pulsaciones y vibraciones del chelo solista. Un grupo de metales y percusi¨®n, que yo bautic¨¦ radio gal¨¢ctica, env¨ªa mensajes. Es una obra de riesgo que explora el silencio vibrante", contesta entusiasmado al tel¨¦fono desde su estudio en las afueras de Boston, donde vive con su familia.
"Cuando empec¨¦ a componer, mi m¨²sica era rara. Hoy refleja la experiencia de millones de personas"
"Coppola siempre me alentaba a ser m¨¢s ambiguo. 'Ponle una melod¨ªa algo m¨¢s extra?a', me dec¨ªa"
Reconocido como compositor del a?o por el Musical American International Directory of Performing Arts, Golijov alcanz¨® en 2006 m¨¢xima repercusi¨®n internacional cuando el Lincoln Center de Nueva York program¨® La pasi¨®n de Osvaldo Golijov, un ciclo dedicado a su obra. Acaba de recibir dos premios Grammy por Ainadamar, su primera ¨®pera, inspirada en su amor por Lorca. Y en su variada obra tambi¨¦n caben bandas sonoras cinematogr¨¢ficas como la de la a¨²n no estrenada Youth without Youth, de Francis Ford Coppola.
Hijo de una pianista y un m¨¦dico, criado en la provincia de Buenos Aires en un hogar jud¨ªo con ra¨ªces en Europa Oriental, Golijov emigr¨® a finales de los setenta en tiempos de la dictadura militar. Despu¨¦s de tres a?os de residencia en Israel, se traslad¨® a Estados Unidos. Su obra es un deslumbrante y apasionado tapiz multicultural. Ecl¨¦ctico radical, en la m¨²sica de Golijov brillan ecos de viajes milenarios, lecciones del bandone¨®n de Astor Piazzolla ("en ¨¦l est¨¢n Bach y Stravinski, pero tambi¨¦n el modo en que la gente camina, grita, hace chistes, seduce, sufre... Con Piazzolla yo entend¨ª que la m¨²sica es una destilaci¨®n de la vida"), un largo amor por Mahler, el canto gregoriano, melod¨ªas de la liturgia jud¨ªa y sones latinoamericanos como la rumba, la guajira y la capoeira brasile?a.
"Cuando empec¨¦ a componer hace 15 o 20 a?os, mi m¨²sica era rara. Hoy, en cambio, refleja la experiencia de millones de personas", afirma. "La gente migra y se lleva su m¨²sica consigo. Buscar un folclore puro como anhelaba Bartok en 1920 ya no tiene sentido". "Yo no creo en la historia de la m¨²sica, sino en la geograf¨ªa de la m¨²sica", sostiene Golijov, globalizado confeso. "Mozart es un continente riqu¨ªsimo con variedad de vida, fauna, flora, costumbres; Bach, tambi¨¦n, Messiaen es la Isla de Pascua... Algunos g¨¦neros populares son continentes, como la m¨²sica popular brasile?a; otros, ciudades: el tango; otros, como el fado, un barrio nocturno. Los grandes g¨¦neros se han vuelto universales, antropol¨®gicos: el flamenco es la investigaci¨®n que el g¨¦nero humano realiz¨® sobre la desolaci¨®n, el dolor m¨¢s espeluznante. El tango investig¨® la provocaci¨®n sexual mejor que ning¨²n compositor".
El argentino sorte¨® con honores en el a?o 2000 el encargo de la Academia de Stuttgart para conmemorar el 250 aniversario de la muerte de Bach. La Pasi¨®n seg¨²n San Marcos, fue calificado como "el suceso m¨¢s resonante" entre las cuatro partituras elegidas: en ella, el v¨ªa crucis se traslada a una plaza latinoamericana y caben desde m¨²sicas ind¨ªgenas hasta el tango. "Francis Ford Coppola escuch¨® La Pasi¨®n... y me escribi¨®. Casi me muero de emoci¨®n", admite. "En Juventud sin juventud uno de los temas es una lamentaci¨®n por una vida larga tras la cual uno se pregunta: '?Pero qu¨¦ habr¨ªa pasado si...?'. Esa mezcla de melancol¨ªa y deseo de haber hecho las cosas de otro modo se representan en la m¨²sica. Coppola siempre me alentaba a ser m¨¢s raro, m¨¢s ambiguo. 'Ponle una melod¨ªa algo m¨¢s extra?a', me dec¨ªa".
?Es o no el "ni?o mimado de la cr¨ªtica estadounidense" como se escucha estos d¨ªas? Golijov r¨ªe y contesta: "Aqu¨ª me tratan bien, pero en Londres no piensan lo mismo". "Reflejo lo que me conmueve. Me emocionan Mozart y Bach, pero tambi¨¦n Manu Chao, que transmite la alegr¨ªa de estar vivo y es adolescente en el mejor sentido: una m¨²sica hormonal, que destila sentimientos luminosos y livianos. Me gustar¨ªa que mi m¨²sica pudiera generar algo de eso".
Ni cl¨¢sico ni popular
?C¨®mo suena la m¨²sica de Osvaldo Golijov? Para Gabriel Senanes, director de orquesta argentino, compositor y ex director del teatro Col¨®n, "es cl¨¢sica y popular, o quiz¨¢, ni cl¨¢sica ni popular, como ha dicho Gustavo Santaolalla", con quien Golijov comparte una productiva amistad creativa.
Senanes agrega: "Buena parte de su valor est¨¦tico reside precisamente en una ¨¦tica de la convivencia. En su m¨²sica conviven muchas m¨²sicas y m¨²sicos que vienen de caminos diferentes y paralelos. As¨ª es como el mero dato de ser el autor jud¨ªo de La Pasi¨®n seg¨²n San Marcos entreteje dos tradiciones monote¨ªstas de oscilante relaci¨®n, estableciendo una l¨®gica que se prolonga en la inclusi¨®n de instrumental e instrumentistas de procedencia variada. Golijov vierte ideas y sustancias sonoras que abarcan Europa, Oriente Pr¨®ximo y Latinoam¨¦rica".
Adem¨¢s de La Pasi¨®n..., un homenaje a Bach en clave americana, son especialmente recomendables sus dos ¨²ltimos trabajos, empapados en Espa?a y su cultura, un pa¨ªs que Golijov visita regularmente -tiene una hermana viviendo en Reus- pero en el que no ha tocado ni dirigido nunca. Ainadamar, ¨®pera en un acto inspirada en la figura de Federico Garc¨ªa Lorca, y Ayre, 11 canciones interpretadas por la soprano Dawn Upshaw, en las cuales el m¨²sico une a sus influencias del Este europeo, ecos del Mediterr¨¢neo y sonidos digitalizados (para Golijov la laptop es un instrumento del folclor del siglo XXI) y explora las fronteras entre la m¨²sica jud¨ªa, cristiana y musulmana y su convivencia en Espa?a, antes de la expulsi¨®n de jud¨ªos y ¨¢rabes. Golijov ha realizado adem¨¢s numerosas composiciones y arreglos para los prestigiosos cuartetos de cuerdas St. Mark's y Kronos.
Babelia
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