Bagdad, la ciudad donde s¨®lo se oyen disparos
Los habitantes que no han huido de la capital iraqu¨ª viven atemorizados por la violencia y han abandonado las calles
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El vuelo de Dubai a Bagdad va lleno. Sin embargo, hay algo raro en el viaje. Apenas un pu?ado de iraqu¨ªes sube al avi¨®n de Jupiter Airlines. El resto de los pasajeros son contratistas de seguridad occidentales o ciudadanos asi¨¢ticos que trabajan para las subcontratas, ya que los ocupantes no se terminan de fiar de los iraqu¨ªes, cuya tasa de paro ronda el 50%. Y una vez sobre la ciudad, el avi¨®n desciende en espiral sobre la vertical del aeropuerto para evitar los ataques de la insurgencia. S¨®lo unas horas antes del aterrizaje de esta corresponsal, han ca¨ªdo cuatro morteros, uno de ellos en el edificio terminal. A punto de cumplirse cuatro a?os de la invasi¨®n de Irak, la seguridad sigue siendo la asignatura pendiente.
"A partir de las tres nos encerramos en casa y ya no salimos", dice Al¨ª en el aeropuerto
En la carretera que une el aeropuerto con Bagdad, han desaparecido las palmeras. La limpieza de obst¨¢culos que pudieran servir a los rebeldes para emboscarse ha dejado un paisaje de tierra revuelta y desolaci¨®n que se agrava con la ausencia de tr¨¢fico. S¨®lo dos globos aerost¨¢ticos rompen la monoton¨ªa. Equipados con equipos de vigilancia electr¨®nica graban en v¨ªdeo todos los movimientos que se producen en la zona, lo que ha permitido a los militares estadounidenses rastrear el origen de los atacantes suicidas y desmantelar la mayor¨ªa de las c¨¦lulas terroristas que operaban en la que lleg¨® a ser bautizada como Carretera lanzagranadas, por los frecuentes ataques con ese arma.
Pero con globos o sin ellos, los iraqu¨ªes desconf¨ªan. "A partir de las tres nos encerramos en casa y ya no salimos a no ser que sea una cuesti¨®n de vida o muerte", conf¨ªa Al¨ª S., un empleado del aeropuerto que tiembla cada vez que le toca el turno de tarde. "El regreso es una loter¨ªa", manifiesta.
Las calles vac¨ªas dan testimonio del temor de sus habitantes. Las tanquetas policiales, omnipresentes delante de cada edificio oficial, y algunos coches que cruzan a toda velocidad son la ¨²nica se?al de vida. Cierto que ayer era viernes, el festivo semanal en Irak, para cuya celebraci¨®n se restringe el tr¨¢fico durante cuatro horas, pero esta enviada no hab¨ªa visto un Bagdad tan fantasmag¨®rico a mediod¨ªa desde los bombardeos estadounidenses de hace cuatro a?os. El primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki, aprovech¨® para visitar alguno de los puestos policiales y convers¨® con los agentes en un gesto destinado a tranquilizar a los participantes en la conferencia sobre Irak antes de la reuni¨®n de hoy.
A media tarde, s¨®lo las r¨¢fagas espor¨¢dicas de ametralladora y las sirenas de los coches de polic¨ªa rompen el silencio de una ciudad en otro tiempo bulliciosa. No hay cafetines abiertos. Ni tiendas. Ni vida. S¨®lo la incertidumbre y la angustia que cada mes arrancan de sus casas a miles de personas temerosas de ser chi¨ªes en un barrio sun¨ª o sun¨ªes en un barrio chi¨ª. Dos millones se hallan desplazadas dentro del pa¨ªs. Otros dos lo han abandonado presas del miedo o la desesperanza.
A pesar del ¨²ltimo plan de seguridad lanzado por las tropas estadounidenses, la violencia ha vuelto a repuntar en v¨ªsperas de la conferencia de pa¨ªses vecinos prevista para hoy. "Tememos que vaya a producirse un nuevo atentado en cualquier momento", conf¨ªa un embajador europeo bastante cr¨ªtico con los resultados de la campa?a. Se refiere a una acci¨®n espectacular de esas que dejan decenas de muertos porque la sangr¨ªa cotidiana no ha cesado en ning¨²n momento. La fuente no niega que como ha publicitado EE UU hayan descendido los asesinatos sectarios en Bagdad, pero opina que s¨®lo se trata de un efecto temporal.
"Ante la presi¨®n dentro de la capital, los insurgentes o se han tomado un descanso o se han trasladado a otras provincias, pero el volumen general de violencia no ha cambiado", asegura este interlocutor, con largos a?os de experiencia en el pa¨ªs. El martes, sin ir m¨¢s lejos, dos terroristas suicidas mataron a 117 peregrinos chi¨ªes que se dirig¨ªan a Kerbala, donde se han dado cita entre tres y cuatro millones de personas para hoy celebrar el fin de la cuaresma de Ashura.
"Esta ciudad parece no tocar fondo, est¨¢ intransitable, ya no hay espacio p¨²blico, y lo poco que queda es objeto de atentado seguro", declara una diplom¨¢tica occidental destinada en Bagdad que encuentra muy interesante su trabajo pese a no poder salir de su embajada sin escolta armada.
Ni siquiera es posible ya el inocente entretenimiento de acudir a comprar libros al mercadillo de Mutanabi, una de las actividades habituales de los viernes por la ma?ana. El brutal atentado del pasado lunes no s¨®lo mat¨® a 30 personas y dej¨® heridas a otras 65, destruy¨® gran parte del barrio en el que desde 1932 se reun¨ªan escritores, intelectuales y universitarios, y uno de los pocos vestigios otomanos de la ciudad. El jueves, algunos de los habituales volvieron a Mutanabi para honrar a los muertos, pero como vaticin¨® uno de los poetas participantes, "la luz no volver¨¢ a encenderse de nuevo aqu¨ª".
[El l¨ªder de uno de los principales grupos insurgentes supuestamente ligados a Al Qaeda, Abu Omar Al Bagdadi, fue arrestado en Bagdad, seg¨²n la televisi¨®n oficial Al Iraqiya, informa Reuters.]
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