C¨¢rceles secretas, juicios sin abogados

Con el acceso de la prensa prohibido por el Pent¨¢gono, el Ej¨¦rcito de Estados Unidos comenz¨® ayer las audiencias en Guant¨¢namo para determinar el estatus de "combatientes enemigos" de 14 presuntos terroristas trasladados el a?o pasado desde prisiones clandestinas de la CIA en el extranjero a la base naval en Cuba.

Entre los prisioneros se encuentra Jalid Sheij Mohamed, presunto cerebro de los ataques del 11 de septiembre de 2001, capturado en Pakist¨¢n en 2003 y entregado a las autoridades de EE UU, y el indonesio Riduan Isamuddin, conocido como Hambali, acusado de ser el Osama Bin Laden del sureste asi¨¢tico y detenido en Tailandia en una operaci¨®n conjunta de la polic¨ªa de este pa¨ªs con los servicios secretos estadounidenses.

Los mandos militares han decidido que, por primera vez, este tipo de audiencias sean completamente cerradas para la defensa y los medios de comunicaci¨®n, que ¨²nicamente tendr¨¢n acceso a transcripciones revisadas.

"Creo que todo el mundo entiende que estos individuos son imprescindibles debido al papel que jugaron en las operaciones terroristas y en las operaciones de combate contra las tropas de Estados Unidos", declar¨® ayer el portavoz del Pent¨¢gono, Bryan Whitman. El Centro para los Derechos Constitucionales, con sede en Nueva York, que representa a uno de los 14 reos, conden¨® las audiencias y denunci¨® el hecho de que su cliente no haya tenido acceso a un abogado defensor.

Las audiencias -conocidas como Juntas Militares de Revisi¨®n del Estatuto de Combatiente- llevadas a cabo en Guant¨¢namo (Cuba) tienen como objetivo final determinar si un detenido es "un combatiente enemigo" y debe seguir encerrado en la base militar o debe ser trasladado a otro lugar o eventualmente liberado. Una vez decidido ese estatus, el presidente de EE UU, George W. Bush, se ha investido de la autoridad para ordenar que se les someta a un juicio militar.

Durante el simulacro de juicio conocido como audiencia, no se plantea la cuesti¨®n de si los detenidos son inocentes o culpables, ya que eso es competencia de los tribunales militares creados especialmente para Guant¨¢namo a trav¨¦s de la llamada Ley de Comisiones Militares que el presidente ratific¨® en octubre del a?o pasado. La Administraci¨®n de Bush defiende el derecho a la detenci¨®n de combatientes extranjeros sin tener que responder ante tribunales civiles, como un instrumento esencial de su guerra contra el terrorismo.

Calificado por los organismos de derechos humanos como "el gulag americano", Guant¨¢namo encierra en sus celdas a un n¨²mero no inferior a 400 personas sospechosas de v¨ªnculos con Al Qaeda y el movimiento islamista talib¨¢n, que gobern¨® Afganist¨¢n entre 1996 y 2001.

Informaci¨®n clasificada

Las audiencias, a puerta cerrada, sin luz ni taqu¨ªgrafos, tienen lugar ante un simulacro de tribunal presidido por tres militares. El Pent¨¢gono inform¨® ayer de que har¨ªa p¨²blica una transcripci¨®n de cada audiencia, junto a un documento con informaci¨®n desclasificada sobre cada sospechoso. Las transcripciones ser¨¢n editadas al darse a la prensa "para eliminar material que pudiera considerarse perjudicial para la seguridad nacional", seg¨²n el Pent¨¢gono. "Necesitamos redactarlas con el objetivo puesto en la seguridad nacional", puntualiz¨® Whitman.

Los 14 sospechosos que ayer fueron trasladados esposados de manos y pies hasta la parodia de justicia, fueron capturados y trasladados a c¨¢rceles secretas de la CIA tras los atentados del 11-S. Su paradero fue un misterio hasta que el pasado mes de septiembre George W. Bush reconoci¨® que exist¨ªan y eran trasladados a Guant¨¢namo. Para Human Rights Watch se trata de "presos fantasmas".