El m¨¦todo Buchanan
Cientos de autobuses flet¨® el PP hacia Madrid, y de Andaluc¨ªa han acudido m¨¢s que de ninguna otra parte, y este viernes hubo concentraci¨®n en las plazas principales andaluzas, de Almer¨ªa a C¨¢diz y Huelva, de la Fuente de las Batallas de Granada a la Plaza Nueva de Sevilla, con ¨¦nfasis en la plaza de la Constituci¨®n de M¨¢laga, donde estuvo Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, y Javier Arenas ley¨® el manifiesto. La plaza se llen¨®, aunque dicen que la pol¨ªtica no le interesa a nadie.
Manuel Chaves, el presidente de la Junta, ha recordado a prop¨®sito de estas manifestaciones las concentraciones en el Madrid fervoroso de Franco. Pero no creo que se puedan comparar estas movilizaciones de partido con las demostraciones totalitarias franquistas. El PP intenta atraer a ciudadanos que votar¨¢n ma?ana, pronto, en las elecciones municipales, y el a?o que viene, en las nacionales y en las auton¨®micas. El PP usa medios pol¨ªticos para gente que desconf¨ªa de la pol¨ªtica. Tambi¨¦n lo ha hecho el PSOE otras veces. Se trata de recurrir a m¨¦todos extraparlamentarios, a la movilizaci¨®n en la calle en torno a motivos b¨¢sicos, emocionales, ya sean el odio a la guerra a prop¨®sito de Irak, el envenenamiento de los mares por el barco Prestige o un submarino at¨®mico en Gibraltar, o la exigencia de castigo para los terroristas.
La inhibici¨®n pol¨ªtica habitual se convierte as¨ª en implicaci¨®n sentimental. El PP ha analizado el peso en su derrota electoral de las manifestaciones contra la guerra de Oriente, y ha montado o propiciado con ¨¦xito de masas una docena de manifestaciones contra el Gobierno socialista, en Madrid, pero tambi¨¦n en Sevilla, porque Andaluc¨ªa, tierra especialmente sensible a los cr¨ªmenes terroristas, es esencial para ganar unas elecciones. Lo preocupante es que tomar la calle como espacio pol¨ªtico principal entra?e un desprecio paralelo a los Parlamentos en los que hoy se es minor¨ªa, aunque se piense conquistarlos en un futuro inmediato.
El PSOE de las manifestaciones pacifistas y ecologistas explot¨® una v¨ªa que hoy aprovecha su adversario. La cosa es vieja, de la Francia de los a?os treinta, cuando las ligas patri¨®ticas y de ex combatientes se movilizaban en torno a casos de corrupci¨®n, de delincuencia com¨²n, para derribar gobiernos con acometidas aparentemente apol¨ªticas, antipol¨ªticas. La izquierda espa?ola actual, en torno al PSOE, recurri¨® a lemas ideales, como la protesta contra la guerra internacional y el ensuciamiento del planeta. La derecha, m¨¢s visceral, protesta contra cr¨ªmenes de sangre nacionales y su inexcusable castigo.
Las manifestaciones son normales en una democracia. Aqu¨ª se utilizan para provocar el efecto Buchanan. Pat Buchanan, predicador evang¨¦lico, lleg¨® a querer ser candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos. Antes fue escritor de discursos para Richard Nixon, a quien pas¨® alguna reflexi¨®n sobre el m¨¦todo para ganar elecciones: "Si dividimos el pa¨ªs en dos, podemos quedarnos con la parte m¨¢s grande". El bipartidismo propicia estas cosas. Invita a los dos partidos en lucha a que se deslegitimen mutuamente, y el bipartidismo de aqu¨ª es especialmente r¨ªgido, militarizado, basado en la obediencia al superior, a la c¨²pula del partido: el diputado que disiente es considerado un traidor.
El objetivo del PP es ganar las elecciones. El estr¨¦pito publicitario que ha formado, y que me parece inmoral, har¨ªa pensar a un extranjero que Espa?a vive en una situaci¨®n ca¨®tica de terrorismo etarra. No importa que los datos sobre cr¨ªmenes en los ¨²ltimos a?os lo desmientan, ni que el primer peligro de hoy sea, como en toda Europa, el terrorismo islamista. Pero el objetivo del PP es recuperar el poder, y creo que han encontrado un argumento que ser¨¢ atendido por muchos. La pol¨ªtica espa?ola es fea, cada d¨ªa m¨¢s fea. Va tomando la riqueza ret¨®rica de una manifestaci¨®n: un griter¨ªo de esl¨®ganes y estribillos rimados. Habr¨ªa que volver a la discusi¨®n razonable. Estas concentraciones dirigidas por el PP no tienen nada que ver con las que montaba Franco, que no esperaba ser votado por nadie. El PP est¨¢ preparando las pr¨®ximas elecciones, empezando por las municipales, como lo demuestra la exhibici¨®n en primera fila de alcaldes y alcaldesas de Andaluc¨ªa.
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