"El S¨¢hara no ser¨¢ motivo de guerra con Marruecos"
Pregunta. ?No es demasiado largo, casi un cuarto de siglo, el tiempo transcurrido para que los Reyes de Espa?a vuelvan a visitar Argelia?
Respuesta. Por supuesto, es siempre largo cuando los amigos tardan mucho en volverse a ver. En todo caso, esta visita tiene para nosotros un profundo significado porque reaviva el calor de la tradicional amistad que nos vincula. Colma los esfuerzos llevados a cabo estos ¨²ltimos a?os para impulsar la cooperaci¨®n bilateral y darle m¨¢s amplias perspectivas.
P. ?Es la posici¨®n del Gobierno de Espa?a sobre el S¨¢hara un motivo de fricci¨®n con Argelia?
R. Las relaciones econ¨®micas son excelentes. Las relaciones pol¨ªticas tambi¨¦n, aunque nuestras posiciones sobre el asunto del S¨¢hara Occidental divergen un poco. Hemos dicho siempre a nuestros amigos espa?oles que tienen mucho que ganar asumiendo su responsabilidad moral e hist¨®rica sobre esta cuesti¨®n, contribuyendo activamente a que el pueblo saharaui disponga del derecho leg¨ªtimo a decidir democr¨¢ticamente su destino.
"Los actos terroristas en Argelia no tienen nada de ideol¨®gico. Son bandolerismo"
"La idea de una OPEP del gas, planteada por Ir¨¢n, merece ser examinada y discutida con todos"
P. Cuando entre 2001 y 2003 se produjo una crisis hispano-marroqu¨ª, Espa?a y Argelia ahondaron mucho su relaci¨®n. ?Echa usted de menos a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar?
R. El presidente Aznar es un gran hombre de Estado que contribuy¨® en una amplia medida a tejer con Argelia relaciones orientadas hacia el futuro y basadas en el mutuo respeto y una cooperaci¨®n ventajosa para ambos pa¨ªses. Su sucesor, el se?or Zapatero, manifiesta la misma voluntad de desarrollar la cooperaci¨®n bilateral. Dicho esto, tengo para ambos mucha consideraci¨®n y amistad.
P. ?Cu¨¢l debe de ser el papel de Espa?a en la disputa sobre su antigua colonia sahariana?
R. Espa?a, lo reitero, tiene una responsabilidad moral e hist¨®rica. No se trata de una disputa, como usted dice, sino de un serio problema de descolonizaci¨®n. Concierne a Marruecos y al Frente Polisario. Argelia apoya esta causa como lo hizo en otros lugares del mundo: Belice, Brunei, Surinam, Timor; all¨ª donde se planteaba un problema de descolonizaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ reflexi¨®n le inspira la reci¨¦n elaborada propuesta marroqu¨ª de autonom¨ªa para el S¨¢hara?
R. Ninguna soluci¨®n unilateral es viable. S¨®lo el reconocimiento del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminaci¨®n puede resolver el problema. ?sta es la posici¨®n reafirmada por la ONU.
P. ?No propuso usted hace a?os la partici¨®n del S¨¢hara entre Marruecos y un Estado saharaui?
R. La partici¨®n del S¨¢hara fue Marruecos quien la puso en pr¨¢ctica con Mauritania, entonces presidida por Mokhtar Ould Dada. Me acuerdo de aquello. Se llamaban los Acuerdos de Madrid. Entonces no se hablaba de la integridad territorial de Marruecos. Nunca propuse tal partici¨®n, porque incluso antes del abandono del S¨¢hara por Espa?a apoy¨¦ constantemente el derecho a la autodeterminaci¨®n del pueblo saharaui.
P. ?Pueden reanudarse las hostilidades entre el Polisario y Marruecos si fracasa la diplomacia?
R. Es una hip¨®tesis que, en mi opini¨®n, no hay que descartar, pero que no deseamos que se produzca. Preferimos una soluci¨®n pac¨ªfica mediante la organizaci¨®n, bajo los auspicios de la ONU, de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n.
P. ?Puede alg¨²n d¨ªa Argelia declarar la guerra a Marruecos?
R. Lo dije en m¨²ltiples ocasiones, en ning¨²n caso el asunto del S¨¢hara constituir¨¢ un casus belli entre Argelia y Marruecos.
P. ?Es el contencioso sobre el S¨¢hara el principal obst¨¢culo al desarrollo de la Uni¨®n del Magreb ?rabe (UMA)?
R. No cabe duda de que mientras el problema del S¨¢hara Occidental no se resuelva satisfactoria y definitivamente, ser¨¢ dif¨ªcil progresar en la edificaci¨®n de una UMA aut¨¦ntica y din¨¢mica que fomente el desarrollo del Magreb.
P. ?Qu¨¦ espera para abrir la frontera de Argelia con Marruecos cerrada desde hace 13 a?os?
R. No necesito recordar las circunstancias en las que la frontera fue cerrada, y que dejaron secuelas que explican la demora en reabrirla.
P. Un gasoducto une a Espa?a con Argelia desde 1996 y otro, Medgaz, est¨¢ en construcci¨®n. Incluso barajan la idea de construir un tercero que, v¨ªa Argelia, transportar¨ªa gas nigeriano a Espa?a. ?No corre el riesgo Espa?a de ser excesivamente dependiente?
R. Puede estar seguro de que Espa?a no se ha comprometido a la ligera en esta cooperaci¨®n energ¨¦tica que le permitir¨¢, a su vez, proporcionar gas al resto de Europa. No necesito subrayar las ventajas para Espa?a de esta situaci¨®n.
P. En menos de un a?o, Argelia cambi¨® su nueva legislaci¨®n sobre hidrocarburos. Introdujo cambios desventajosos para las multinacionales. ?Es Argelia un socio fiable?
R. En las relaciones econ¨®micas internacionales cada parte defiende sus intereses sin estados de ¨¢nimo. As¨ª actu¨® Argelia cuando se trat¨® de disponer de sus recursos. Me sorprende que pregunte sobre la fiabilidad de Argelia.
P. El l¨ªder supremo iran¨ª, Al¨ª Jamenei, propuso crear una OPEP del gas. ?Qu¨¦ la parece?
R. La sugerencia iran¨ª se enmarca en las tendencias introducidas por la globalizaci¨®n que llevan a los productores a solidarizarse entre s¨ª para defender sus intereses. No hay que rechazar la idea a priori. Merece ser examinada y discutida con todos los interesados.
P. ?Cree que las intenciones nucleares de Ir¨¢n son pac¨ªficas?
R. No tengo la prueba de lo contrario.
P. Argelia ya posee dos peque?os reactores nucleares. ?Qu¨¦ otros planes tiene?
R. Argelia s¨®lo se plantea el uso de la energ¨ªa nuclear con fines pac¨ªficos, tanto en lo que concierne a sus necesidades econ¨®micas como en relaci¨®n con la investigaci¨®n cient¨ªfica.
P. ?La bonanza que vive Argelia, gracias a los ingresos de los hidrocarburos, no le incita a aplazar las reformas econ¨®micas?
R. En absoluto. El proceso de reforma sigue adelante. Es vital para el pa¨ªs, porque sabemos que la riqueza petrolera no es eterna. Hay que prepararse para despu¨¦s del petr¨®leo.
P. ?C¨®mo explicar que, pese a la buena racha econ¨®mica, siga habiendo argelinos que emigren? A veces lo hacen incluso directamente a Espa?a y desembarcan en las costas de Murcia o Almer¨ªa. ?Argelia ya no controla sus fronteras?
R. Ning¨²n pa¨ªs logra controlar sus fronteras, ni siquiera las grandes potencias. En cuanto al fen¨®meno migratorio, se explica a causa de las dificultades con las que se enfrentan los pa¨ªses del sur en el contexto de una globalizaci¨®n despiadada y sectaria. ?se es el fondo del problema.
P. Tras los saltos de subsaharianos a las ciudades de Ceuta y Melilla, varios responsables marroqu¨ªes aseguraron que Argelia les facilitaba la entrada en Marruecos con tal de que se fueran de su territorio.
R. Estamos acostumbrados a este tipo de acusaciones infundadas que intentan empa?ar la imagen de Argelia y persiguen fines de propaganda interior y exterior.
P. Pese a la mejora, la violencia se cobr¨® en 2006 m¨¢s de 400 muertos, seg¨²n estimaciones de la prensa argelina. ?C¨®mo no logran acabar con el terrorismo?
R. No es f¨¢cil reabsorber de un d¨ªa para otro una crisis grave como la que atraves¨® Argelia durante la d¨¦cada de los noventa. Dicho esto, las cifras que usted da son fantasiosas. Forman parte de una determinada propaganda. Aunque es verdad que un solo muerto ya es demasiado. Sea lo que fuere, la lucha antiterrorista no ceja.
P. ?La Carta para la Paz y la Reconciliaci¨®n, que usted promulg¨®, no acab¨® con los focos de insurrecci¨®n islamista?
R. Basta con que circule por el pa¨ªs para que se d¨¦ cuenta de que la paz es una realidad, aunque a¨²n se perpetran, de vez en cuando, actos terroristas. No tienen nada de ideol¨®gico. Son bandolerismo. Estamos empe?ados en combatirlos para acabar con ellos definitivamente.
P. ?Est¨¢ convirti¨¦ndose el Sahel en un territorio incontrolado por el que circulan los hombres de Al Qaeda?
R. Desde luego no es el caso de Argelia.
P. Los salafistas argelinos se han convertido ahora en Al Qaeda del Magreb y proclaman en Internet sus amenazas. ?Tenemos los europeos algo que temer?
R. Hay que saber diferenciar entre la realidad y la propaganda y apreciar las cosas en su justa medida. Los europeos lo saben porque est¨¢n muy bien informados sobre estas cuestiones.
P. ?Es ahora Argelia un socio importante de EE UU en la lucha antiterrorista?
R. Trat¨¢ndose de lucha antiterrorista, Argelia coopera con todos los pa¨ªses susceptibles de brindarle una ayuda para acabar con esa plaga.
P. Argelia es a¨²n, a veces, descrita como un pa¨ªs en el que los civiles act¨²an sobre el escenario, pero son los militares los que detr¨¢s del tel¨®n manejan los hilos.
R. Las instituciones argelinas funcionan en conformidad con la Constituci¨®n y s¨®lo con la Constituci¨®n. Lo dem¨¢s es mera especulaci¨®n.
P. ?Habr¨¢ este a?o en Argelia un refer¨¦ndum constitucional para ampliar los poderes y prorrogar el mandato del presidente?
R. Enmendar la Constituci¨®n es un tema que est¨¢ en estudio. Si hay que cambiar algo ser¨¢, de una manera o de otra, el pueblo argelino el que deber¨¢ pronunciarse.
P. ?Solicitar¨¢ usted un tercer mandato?
R. Es algo que concierne a los argelinos.
P. ?Es satisfactorio su restablecimiento despu¨¦s de la operaci¨®n quir¨²rgica a la que fue sometido en Par¨ªs?
R. Gracias a Dios me encuentro muy bien.
![El presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JEAJPMREY2SRIVFSDSLKSH7Y6Y.jpg?auth=eaffbcf8376de253b0632c17fe903853ad73ec9c11145c5d5cb41d25c8740eee&width=414)
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