La ¨¦pica espartana del filme '300' solivianta a Ir¨¢n

En tiempos de guerra santa, las buenas noticias para la industria de Hollywood pueden obtener alg¨²n inquietante da?o colateral en el cada vez m¨¢s enrarecido di¨¢logo entre civilizaciones. Los 71 millones de d¨®lares que 300 -la adaptaci¨®n de la novela gr¨¢fica de Frank Miller firmada por Zack Snyder- ha obtenido en la taquilla estadounidense en su primer fin de semana de exhibici¨®n acaban de ser matizados con un jarro de agua fr¨ªa: la airada reacci¨®n de la prensa y el Gobierno iran¨ª ante la cinta. Seg¨²n informa France Presse, un consejero cultural del presidente Mahmud Ahmadineyad se ha apresurado a considerar la pel¨ªcula como parte "de una guerra psicol¨®gica americana contra Ir¨¢n". El Ministerio de Exteriores del pa¨ªs ha presentado una protesta oficial contra lo que considera "un filme hollywoodiense anti-iran¨ª" y el peri¨®dico reformista Ayandeh-No no ha dudado en encabezar su cr¨ªtica de 300 con el contundente titular "Hollywood declara la guerra a los iran¨ªes".

Nueva pol¨¦mica, mientras en el aire pervive el eco de la polvareda medi¨¢tica que levantaron las caricaturas de Mahoma. Quiz¨¢ la clave est¨¦ en dilucidar si se trata de una reacci¨®n desmedida por parte de la comunidad iran¨ª o si, por el contrario, estamos ante una consecuente recepci¨®n del vehemente mensaje, lanzado en forma de arenga militar para la era digital, que formulan Miller y Snyder.

Mensaje unidimensional

En el ¨²ltimo cap¨ªtulo de The Big Fat Kill (1994) -una de las entregas de Sin City reelaboradas para el cine por Robert Rodr¨ªguez-, Miller invocaba el mito tr¨¢gico del sacrificio espartano, a trav¨¦s de la historia pos¨¦pica y hardboiled de un ej¨¦rcito de putas, poderosamente armado, que se enfrentaba a una mafia implacable. Cuatro a?os m¨¢s tarde, la recreaci¨®n conscientemente ¨¦pica de la cruenta batalla de las Term¨®pilas se convert¨ªa en el Gran Tema de su ambiciosa novela gr¨¢fica 300. La obra revelaba a un Frank Miller en completo dominio de la narraci¨®n gr¨¢fica y el trazo sint¨¦tico, pero tambi¨¦n pon¨ªa de manifiesto que hab¨ªa emprendido un preocupante camino hacia el mensaje unidimensional.

No parece casual que en El amanecer de los muertos (2004), su remake del cl¨¢sico Zombi (1978) de George A. Romero, Zack Snyder asociase, de manera casi subliminal, la figura del muerto viviente can¨ªbal y apocal¨ªptico con la del terrorista isl¨¢mico. Su adaptaci¨®n de 300 carga hasta tal punto las tintas en su descripci¨®n de la civilizaci¨®n persa que bien podr¨ªa alinearse junto a otros recientes ejemplos del cine de guerra santa como La Pasi¨®n de Cristo (2004), de Mel Gibson o World Trade Center (2006), de Oliver Stone. Monstruosos, deformes, sensualistas y de sexualidad ambigua, los persas de 300 encarnan un arquetipo barbarizado frente a la monol¨ªtica marcialidad de una Esparta sublimada como gran met¨¢fora de Occidente. Frente a quienes defienden una lectura formalista de 300, no son pocas las voces dispuestas a recordar que espect¨¢culo e ideolog¨ªa siempre han ido de la mano.