"P¨®ngame la multa, quiero su aut¨®grafo"

Las primeras 52 mujeres que ingresaron en la Polic¨ªa Municipal de Madrid fueron "pioneras en todo". Ellas lo reconocen ahora con sonrisas en los labios, pero tambi¨¦n recuerdan lo dif¨ªcil que les result¨® en un cuerpo compuesto s¨®lo por hombres y dirigido por mandos militares. No se pod¨ªan casar, ten¨ªan que ir acompa?adas de sus padres a los juicios si a¨²n no hab¨ªan cumplido los 21 a?os y se caracterizaban por su falda corta y su bomb¨ªn. Tampoco llevaban pistola ni porra para poder defenderse.

Las 52 primeras polic¨ªas, que ayer recibieron un homenaje en el Ayuntamiento, fueron destinadas a la quinta agrupaci¨®n mixta de tr¨¢fico, que se encargaba de dirigir la circulaci¨®n en la almendra central de la ciudad. "Nos dec¨ªan de todo. Algunos nos gritaban que nos fu¨¦ramos a fregar a nuestras casas y a hacer la comida a nuestros maridos. Otros nos dec¨ªan piropos muy salaos, como 'p¨®ngame usted la multa, que ya tengo ganas de tener un aut¨®grafo suyo", recordaba ayer la subinspectora Mar¨ªa Dolores Dodero, ahora responsable de formaci¨®n de la Polic¨ªa Municipal.

"Nos gritaban que nos fu¨¦ramos a fregar y a hacer la comida", cuenta una subinspectora

Una de las caracter¨ªsticas de su uniforme era la falda pantal¨®n que les llegaba por debajo de la rodilla. "Pero todas nos las levant¨¢bamos para estar m¨¢s atractiva", recordaba la agente Mar¨ªa Jes¨²s Piedra. "Estuvimos en una de las ¨¦pocas m¨¢s duras, como fue la transici¨®n. Nos tragamos todas las manifestaciones de estudiantes que llegaban de la Ciudad Universitaria", a?ade la actual oficial de Villa de Vallecas, Ana ?lvarez ?lvarez.

Pero una de las m¨¢s revolucionaria del grupo fue, sin duda, Amalia Rol. Con tan solo 20 a?os se cas¨® el 19 de noviembre de 1972, lo que supon¨ªa la expulsi¨®n directa del cuerpo, tras conseguir el visto bueno de su padre. "Si quer¨ªamos ser revolucionarias, alguna ten¨ªa que dar el primer paso", comentaba ayer. Al d¨ªa siguiente de su boda, la echaron de la polic¨ªa. Rol pleite¨® con el Ayuntamiento y, tras un largo proceso contencioso-administrativo, logr¨® que se reconociera su derecho a casarse.