Aclaraci¨®n
Como lectora asidua y sabiendo apreciar el inter¨¦s brindado por su peri¨®dico a las noticias de Polonia me veo obligada a aclarar ciertas informaciones que aparecieron en el art¨ªculo titulado Polonia repudia las Brigadas Internacionales, publicado el pasado d¨ªa 9 de marzo.
En primer lugar, no es cierto que el proyecto de ley al que se refiere el autor del art¨ªculo busque suprimir las pensiones de los veteranos de la II Guerra Mundial y de las personas que lucharon contra el fascismo. El proyecto se propone, m¨¢s bien, retirar el derecho a cobrar una renta especial a aquellos funcionarios que fueron condenados, conforme a la ley, por delitos relacionados con cr¨ªmenes del nazismo y comunismo, as¨ª como por otros delitos considerados cr¨ªmenes contra la paz, la humanidad o cr¨ªmenes de guerra. Vale la pena subrayar que esta propuesta ha sido acogida favorablemente por el profesor Andrzej Rzepli?ski, de la Fundaci¨®n de Helsinki para los Derechos Humanos
En segundo lugar, quisiera asegurar que entiendo el respeto del que goza en Espa?a el general Karol Swierczewski como comandante de la 35? Divisi¨®n Internacional en la que luchaban los dombrosiacos. Sin embargo, ser¨ªa un tanto extra?o olvidar al mismo tiempo otros episodios de su carrera militar. Karol Swierczewski, ya durante la guerra polaco-bolchevique, fue enviado como voluntario al frente oeste donde luch¨® junto con el Ej¨¦rcito Rojo contra los destacamentos polacos. En 1940 fue nombrado general del Ej¨¦rcito Rojo. En 1946, como viceministro de Defensa fue responsable de las represiones a los soldados del Ej¨¦rcito Nacional (el principal movimiento de resistencia polaco de la II Guerra Mundial en la Polonia ocupada por los nazis).
Swierczewski fue antes que nada un comunista obstinado y ni mi pa¨ªs ni los soldados polacos ten¨ªan para ¨¦l demasiada importancia. Tampoco fue un gran comandante -en m¨¢s de una ocasi¨®n, sus problemas con el alcohol provocaron importantes derrotas de las tropas polacas; ese mismo motivo generaba permanentes conflictos con el jefe del Ej¨¦rcito polaco, Zygmunt Berling-.
Respetando la memoria de todos los voluntarios que defend¨ªan la libertad y la democracia en Espa?a, espero que se pueda entender que para la inmensa mayor¨ªa de mis compatriotas Karol Swierczewski, aunque llevaba un apellido polaco, no fue m¨¢s que un general sovi¨¦tico cuyo "m¨¦rito" m¨¢s destacado fue introducir en Polonia la ideolog¨ªa comunista.
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