'San Mam¨¦s barria'
Cuestiona el autor que pueda justificarse desde el inter¨¦s p¨²blico la anunciada financiaci¨®n por las instituciones vizca¨ªnas
El debate p¨²blico en torno al nuevo campo de f¨²tbol de San Mam¨¦s aparece trufado de demasiadas cuestiones ajenas al negocio p¨²blico, aspectos emocionales que consiguen desenfocar cuestiones de mayor importancia distrayendo a la opini¨®n p¨²blica con irrelevancias hermosas, como el centelleo psicod¨¦lico con el que celebrar los anhelados goles y, lo que es peor, adjudicando roles identitarios de aroma schmittiano (amigo-enemigo) a quienes osen hacer algo que no sea aplaudir con entusiasmo el derroche de dinero. De dinero p¨²blico, desde luego.
Nuestra primera autoridad foral, el diputado general de Vizcaya, antes incluso de presentar sus proyectos, ya hizo buena gala de su profundo amor a los colores del equipo de Ibaigane y del papel que el destino del club ocupa entre sus desvelos. Otro tanto cabe decir, c¨®mo no, del alcalde de la Villa, e incluso de la mayor¨ªa de los l¨ªderes de la oposici¨®n, que, aunque no compartan con los primeros la filiaci¨®n pol¨ªtica peneuvista, no quieren quedar a la zaga en lo que respecta a su fervor atl¨¦tico, y as¨ª lo proclaman a modo de jaculatoria antes de esbozar sus matizad¨ªsimas objeciones. Que nadie pueda pensar que estamos en contra de "nuestro Athletic", y menos a¨²n en campa?a electoral, faltar¨ªa m¨¢s.
?Cu¨¢l es el inter¨¦s general que atienden las instituciones al asegurar un nuevo campo sin coste para los socios?
A m¨ª, modestamente, el f¨²tbol no me interesa lo m¨¢s m¨ªnimo. No obstante lo cual hago votos porque el equipo ofrezca a los aficionados muchas tardes de gloria. Am¨¦n. Hechas, pues, mis proclamas de rigor, a?adir¨¦ que lo que de verdad me parece importante es el uso del dinero p¨²blico, y creo sinceramente que ¨¦se es el terreno en el que las autoridades pol¨ªticas deber¨ªan situar el debate, dejando lo dem¨¢s para los comentaristas deportivos.
Planteado el asunto en estos t¨¦rminos, la primera cuesti¨®n que se suscita es la b¨²squeda del inter¨¦s general que d¨¦ sentido a toda la operaci¨®n del nuevo estadio. La Administraci¨®n -tambi¨¦n la vizca¨ªna, no lo olvidemos-, "sirve con objetividad los intereses generales", debiendo hacerlo, adem¨¢s, con eficacia, econom¨ªa y pleno sometimiento a la ley (art¨ªculo 103 de la Constituci¨®n Espa?ola).
Y bien, ?cu¨¢l es el inter¨¦s general servido con legalidad y eficacia por la Diputaci¨®n Foral -y el por Ayuntamiento, si finalmente entra en la sociedad- mediante la anunciada operaci¨®n por la que el Athletic va disponer de un nuevo campo de f¨²tbol "a coste cero", es decir, sin que sus socios pongan un euro, tal y como el propio club se ufana en proclamar?
Si alg¨²n inter¨¦s p¨²blico pod¨ªa haberse puesto sobre el tapete hubiera sido, sin duda, la necesidad de liberar el espacio que ocupa el estadio en el seno de una operaci¨®n urban¨ªstica de grandes proporciones (Olabeaga-Zorrozaurre-Basurto), de indudable inter¨¦s estrat¨¦gico para Bilbao. Es comprensible que, en el momento en el que se liberan los espacios ocupados por la antigua Feria de Muestras, disponer de unos miles de metros cuadrados en el centro urbano sin el estorbo de una mole como la La Catedral y pudiendo, de paso, dar soluci¨®n al nuevo ensanche entre la R¨ªa y el monte Cobetas, es una pr¨ªstina manifestaci¨®n del inter¨¦s general, algo que nadie discutir¨ªa. Hubiera cabido, incluso, la posibilidad de que las administraciones optaran directamente por la expropiaci¨®n del campo, justificando sin dificultad su necesidad y favoreciendo, entonces s¨ª, su traslado a una ubicaci¨®n m¨¢s adecuada. ?Porqu¨¦ no?
De hecho, jugar al f¨²tbol es algo que puede hacerse ah¨ª o en otras partes. El centenario club bilba¨ªno lo ha demostrado a lo largo de su historia y, si se hubiera llevado a cabo alguno de los proyectos que se han barajado ¨²ltimamente (Abandoibarra, Artxanda, etc.) el campo ya no estar¨ªa en su actual emplazamiento para disgusto, supongo, de los tasqueros de la calle Pozas, donde los aficionados celebran sus triunfos o remojan sus decepciones, pero sin mayores desgracias.
Hete aqu¨ª, sin embargo, que los bilba¨ªnos, demostrando una vez m¨¢s ese tradicionalismo que nos lleva a valorar por encima de todo aquellas cosas que son "de Bilbao de toda la vida", optan (o lo hace quien lo haya decidido en su nombre, que ¨¦sa es otra) por dejar el estadio donde est¨¢. Pero, si el campo de f¨²tbol se queda en San Mam¨¦s (metro arriba, metro abajo, mirando para aqu¨ª o mirando para all¨¢), ?cu¨¢l es el inter¨¦s general que lleva a las administraciones a subvencionar al Athletic la construcci¨®n de un campo nuevo, que es, lisa y llanamente, lo que se est¨¢ planteando debajo de tanto perifollo de cinco estrellas?
?Qu¨¦ ventaja urban¨ªstica o qu¨¦ otra raz¨®n p¨²blica justifica un gasto que no bajar¨¢ de los doscientos millones de euros, a deducir del bolsillo y de las necesidades de todos los vizca¨ªnos, futboleros o no?
Rafael Iturriaga Nieva es consejero del Tribunal Vasco de Cuentas P¨²blicas
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