Abusos 'faller¨ªsticos' no
ROSA SOLBES
Ser¨¢ una enso?aci¨®n, o de verdad se est¨¢ produciendo un despertar de las gentes contra los abusos de cualquier g¨¦nero, incluyendo el faller¨ªstico. No, no hay que despreciar esta ¨²ltima rebeli¨®n, que en un pasado no muy lejano llegaba a adquirir tintes de gesta porque aqu¨ª el patriotismo, durante las d¨¦cadas del blau power, se ha llegado a medir con un faller¨®metro presto a detectar enemigos de la valencian¨ªa (bien entendida, por supuesto). Hasta hace cuatro d¨ªas, s¨®lo los m¨¢s valientes se atrev¨ªan a formular abiertamente objeciones a c¨®mo est¨¢ organizado el sarao, y el resto se limitaba a rezongar en los atascos, ajustar el climalit a cal y canto y sumarse al ¨¦xodo a la menor oportunidad. Resultado: una gran injusticia infligida contra la mayor¨ªa por una minor¨ªa (aunque abundante) de falleros. El 10% de la poblaci¨®n imponiendo su forma de divertirse al restante 90%.
Pero este a?o se detecta un basta ya a la "incultura del exceso" (Ferran Garc¨ªa en Las Provincias) y hasta los suplementos y p¨¢ginas especiales de los diarios se han hecho eco de este movimiento objetor que brota aqu¨ª y all¨¢, donde la gota de la indignaci¨®n va desbordando el vaso.
?C¨®mo se pretende que hagamos una vida m¨¢s o menos "normal" en medio del caos?; ?por qu¨¦ no se reclama en la Crida, adem¨¢s de la p¨®lvora, "vacaciones para todos"? Y conste que una se muestra partidaria ac¨¦rrima de las ferias y las fiestas, de los ocios y las juergas, y en general de toda actividad l¨²dica elegida libremente que nos ayude a transitar por el valle de l¨¢grimas. Siempre que para desarrollarla nadie se encuentre en la obligaci¨®n de ocasionar da?o a personas, animales o dem¨¢s elementos del medio ambiente. Y, sobre todo, que nadie se vea en la obligaci¨®n de ceder derechos bajo la condescendiente mirada de una autoridad municipal que no s¨®lo consiente sino que alienta y jalea incivismos por doquier. Y que adem¨¢s, miente.
Hace ya m¨¢s de 15 d¨ªas que a las calles de Valencia le brotaron esas p¨²stulas llamadas carpas, y se nos dijo que eso no era as¨ª. Pero ah¨ª estaban, interrumpiendo v¨ªas y taponando puertas de aparcamientos, provocando que donde antes hab¨ªa doble fila de coches ahora se llegara a la tercera y la cuarta, sublevando hasta a la Confederaci¨®n de peque?as y medianas empresas que cifra en el 20% las p¨¦rdidas ocasionadas por el caos. Entre corralitos privados (?es esto la famosa "fiesta en la calle"?), entarimados y fallas, barrios enteros se convierten en ratoneras sin v¨ªas de acceso o evacuaci¨®n en caso de emergencia.
Tom¨¦ un autob¨²s el d¨ªa 2, con la l¨ªnea ya desviada de su itinerario habitual por la presencia de toda clase de trastos en la v¨ªa p¨²blica, y baj¨¦ frente a un edificio monumental cuya fachada estaba desaparecida tras una carpa privada. Entonces, escuch¨¦ a la autoridad decir algo as¨ª como que hab¨ªa que aguantar molestias para que vengan millones de visitantes que se dejan mucho dinero. ?Es que acaso los millones de turistas (que desde luego no vienen el d¨ªa 1, ni el d¨ªa 9) ser¨¢n agasajados en estos corralitos, ya que no van a poder admirar ni fotografiar nuestro patrimonio monumental? A todo esto, el monitor del bus nos hab¨ªa ofrecido un programa festero donde se informaba que la plant¨¤ era el 16 a las 0 horas (y yo me pregunto, qu¨¦ es ya, qu¨¦ sentido tiene la plant¨¤ cuando hace ya una semana que se nos desvel¨® la falla)
La hosteler¨ªa afectada por la ZAS se queja de tener que cerrar varias horas antes que los sitios festeros, que no tienen licencia de actividad pero se amparan en la Ordenanza Municipal de Oprobios y Descalificaciones. "Est¨¢n politizados", reprochaba la alcaldesa a los vecinos de la calle Sueca. Hab¨ªan denunciado los 3 dep¨®sitos con 5.000 litros de gas¨®leo y los generadores (para alimentar 750.000 bombillas atadas con alambres) que superaban en casi 27 los decibelios permitidos. Ya hubiera querido Ca Revolta que se la hubiera medido con el mismo rasero, o la Feria Alternativa, que se le hiciera un hueco. La diferencia es que las iniciativas c¨ªvico culturales son m¨¢s bien incordios que yacimientos de votos para la mayor¨ªa gobernante.
En fin, felices fiestas y cuidado con el tufo del poliesp¨¢n.
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