Una ¨¦poca multipolar
En un art¨ªculo de opini¨®n publicado en Le Monde el pasado 23 de febrero, el gran periodista Andr¨¦ Fontaine se hac¨ªa la siguiente pregunta -inocente, pero de extrema pertinencia para los responsables pol¨ªticos de la Uni¨®n Europea-: "?Seguir¨¢ habiendo una ¨²nica superpotencia?".
Y lo curioso es que antes del 11 de septiembre de 2001, hace escasamente seis a?os, a nadie le habr¨ªa asaltado la menor duda para responder que s¨ª. Sin vacilaci¨®n alguna. ?Es que no hab¨ªa ganado Estados Unidos la guerra fr¨ªa? ?Es que no era una superpotencia militar sin rival en el mundo? ?No ten¨ªa un poder¨ªo econ¨®mico y tecnol¨®gico igualmente sin parang¨®n? Y, entretanto, el 11 de septiembre, inesperadamente, revel¨® al mundo la vulnerabilidad del "imperio". De forma absolutamente imprevisible.
Con todo, fueron pocos quienes percibieron, entonces, que el mundo estaba a punto de entrar en una nueva ¨¦poca. Todos los miembros del Consejo de Seguridad, un¨¢nimemente, se apresuraron a manifestar su total solidaridad con Estados Unidos. As¨ª como, obviamente, los aliados europeos, la gran mayor¨ªa de los pa¨ªses ¨¢rabes y los Estados m¨¢s significativos de los cinco continentes. Se trat¨®, sin embargo, de un capital que se desbarat¨® en un tiempo r¨¦cord.
En efecto, la estrategia de la Administraci¨®n de Bush para hacer frente al terrorismo lo ech¨® todo a perder, como hoy resulta evidente. Las causas fueron la arrogancia estadounidense y lo unilateral de la apresurada represalia a la que se lanz¨® sin criterio, hasta el extremo de intentar ignorar a la propia ONU. El aprovechamiento de la OTAN, que pas¨® de "organizaci¨®n defensiva", de contenci¨®n estrat¨¦gica del "enemigo" sovi¨¦tico, a simple "brazo armado" de Estados Unidos, al atacar Afganist¨¢n -en busca de Osama Bin Laden, que, adem¨¢s, sigue libre, activo e impune- y, m¨¢s tarde, la invasi¨®n de Irak, con el falso pretexto de la existencia de armas de destrucci¨®n masiva, se revelaron operaciones absolutamente desastrosas. Para la opini¨®n p¨²blica mundial, para la propia opini¨®n norteamericana, obligando a las canciller¨ªas a replantearse sus estrategias globales.
El "atolladero" en el que se transform¨® Irak -y con ¨¦l todo Oriente Medio-, la eclosi¨®n de Ir¨¢n como potencia regional y en v¨ªas de obtener armas nucleares, la derrota de Israel en L¨ªbano, una guerra de agresi¨®n in¨²til y desastrosa, el agravamiento del conflicto palestino-israel¨ª, cada vez m¨¢s intrincado, explican, en buena parte, el resultado de las recientes elecciones norteamericanas, catastr¨®fico para Bush. Por otro lado, el descr¨¦dito universal de la Administraci¨®n de Bush -que perdi¨® toda autoridad moral, debido al desprecio mostrado hacia el derecho internacional y los derechos humanos, evidenciado principalmente en el trato infligido a los "sospechosos de terrorismo" en Guant¨¢namo y en Abu-Graib- y, sobre todo, el desorden global en el que se encuentra el mundo, ante la manifiesta impotencia de la "superpotencia" americana, hicieron el resto.
Cuando hasta Tony Blair, el m¨¢s fiel de los aliados de Bush, se ve obligado a anunciar la retirada de las tropas inglesas de Irak antes de su propia retirada de la escena pol¨ªtica y reconoce que fue v¨ªctima de un enga?o, puede comprenderse perfectamente el alcance del desastre de las pol¨ªticas de Bush. Para no hablar de la cr¨ªtica situaci¨®n econ¨®mica en la que se encuentra hoy Estados Unidos, con un crecimiento del desempleo, tensiones sociales y una inflaci¨®n que empieza a ser preocupante, y ello en el marco de una globalizaci¨®n que genera terribles desigualdades y con una criminalidad internacional bien organizada, que abarca desde el "contrabando nuclear al mercado de esclavos", como escribe Mois¨¦s Na¨ªm, ex director ejecutivo del Banco Mundial, en su libro Il¨ªcito. A lo que hay que sumar el descontento, bastante audible ya, de las jerarqu¨ªas militares.
?Est¨¢ Estados Unidos en condiciones para atacar a Ir¨¢n, aunque sea por medio de Israel? En el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas va esboz¨¢ndose un frente del no, alentado por Rusia y por China. Adem¨¢s, Putin se permite criticar abiertamente la pol¨ªtica de Bush, escogiendo para mayor resonancia la simb¨®lica ciudad alemana de M¨²nich. China, con su habitual proceso, sigue avanzando en su pol¨ªtica expansionista, manteniendo reservas tan altas de t¨ªtulos del Tesoro americano -y de d¨®lares- que le permitir¨ªan, en cualquier momento, provocar grav¨ªsimos problemas a la econom¨ªa americana. Los distintos Estados de Iberoam¨¦rica -tanto los m¨¢s radicales como los reformistas, e incluso los seudoaliados, como Colombia- est¨¢n en proceso de escapar paulatinamente, por primera vez, al control de su gran vecino del Norte.
La Uni¨®n Europea tarda en reaccionar, incapaz, por el momento, de definir una pol¨ªtica aut¨®noma y de expresarse con una sola voz. Pero, en cualquier caso, sigue siendo el ¨²nico gran polo de desarrollo global capaz de ayudar en serio a Estados Unidos a salir del callej¨®n, aparentemente sin salida, en el que se encuentra. Reformulando una nueva estrategia mundial, abierta a todos los horizontes. Una vez que desaparezca Bush, naturalmente. Pero el tiempo apremia. Y en ello estriba la mayor dificultad.
M¨¢rio Soares es ex presidente y ex primer ministro de Portugal. Traducci¨®n de Carlos Gumpert.
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